Aunque la técnica del palacio de la memoria tradicionalmente se asocia con imágenes mentales vividas, la experiencia muestra que no es necesario generar visualizaciones cuasi-perceptuales para que funcione. Lo que realmente importa son tres elementos clave:
Estructura espacial interna: Saber dónde están los objetos en tu casa o habitación proporciona un mapa mental. No necesitas verlos en tu mente; basta con conocer sus posiciones y relaciones conceptuales.
Conexiones exageradas o asociaciones: Vincular un objeto con otro a través de historias, emociones o conceptos sensoriales (tacto, sonido, olor, sensación de tamaño o textura) permite que la memoria se ancle. Estas conexiones funcionan como “ganchos” para la información.
Narrativa secuencial: Contar una historia que recorra los objetos mantiene la secuencia y facilita la recuperación. La historia no requiere visualización; basta con conceptos dinámicos y asociaciones lógicas o sensoriales.