La ciencia en movimiento: una epistemología desde la neurodiversidad
La historia de la ciencia suele contarse como una línea ascendente: un relato donde el ser humano habría pasado de la superstición a la razón, del mito al cálculo, de la magia al laboratorio. Este guion ofrece seguridad y continuidad, pero no refleja lo que realmente ocurre.
Un pensador neurodiverso, conocedor de la experiencia del TDA-H en la adultez, propone otra lectura. En su mirada, la historia de la ciencia no es lineal, sino una edición móvil, reescrita de manera constante según los intereses del presente. Lo que hoy se recuerda como “ciencia legítima” y lo que se descarta como “error” o “superstición” depende de la perspectiva actual, no de un progreso objetivo y continuo.
La edición del pasado
Cada época selecciona, corta y monta su propia versión de la ciencia. Giordano Bruno puede ser presentado como visionario cósmico, hereje delirante o precursor de la cosmología contemporánea. La alquimia puede aparecer como superstición medieval o como semilla de la química moderna. La astrología puede ser ridiculizada como engaño o reconocida como parte de la génesis de la astronomía.
No existe una historia única de la ciencia, sino muchas versiones, ensambladas y reeditadas a partir de las necesidades culturales y políticas de cada presente.
Un sujeto epistémico en movimiento
Esta visión se alinea con la experiencia cognitiva de la neurodiversidad. El adulto con TDA-H no piensa en línea recta: organiza su mundo en constelaciones, asociaciones rápidas y narrativas múltiples. Su atención, lejos de ser un flujo continuo, funciona en ráfagas, saltos y retornos.
Del mismo modo, la ciencia no avanza como un río tranquilo, sino como una serie de destellos, interrupciones y recombinaciones. Lo que parecía descartado puede volver como descubrimiento; lo que parecía central puede ser desplazado al margen.
El sujeto epistémico implícito en la ciencia clásica es estático y visual: alguien que observa, mide y describe desde la quietud. El sujeto epistémico inspirado en la neurodiversidad es espacial y rítmico: alguien que piensa al moverse, que convierte el cuerpo en método y lo sensorial en evidencia.
Principios de una epistemología neurodiversa
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El conocimiento se hace en movimiento, no solo en reposo.
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La dispersión revela conexiones que el pensamiento lineal oculta.
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Lo sensorial es evidencia, no distracción.
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El tiempo cognitivo es discontinuo, hecho de ráfagas y urgencias.
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La historia de la ciencia es edición móvil, no línea evolutiva.
Implicaciones educativas
Aceptar esta epistemología supone cambiar la enseñanza de la ciencia. No todos los estudiantes aprenden desde la quietud, la repetición y la linealidad. Algunos necesitan caminar para recordar, contar historias para comprender, tocar y oler para fijar un concepto. La neurodiversidad, lejos de ser un obstáculo, es una oportunidad para ensanchar lo que consideramos conocimiento válido.