Fenomenología del Espíritu: el scroll infinito antes de TikTok
Hegel no tenía smartphone.
Pero inventó el scroll.
Cada paso de la conciencia en La Fenomenología del Espíritu funciona como un video que promete la verdad absoluta.
Y dura lo que dura tu atención.
Primero, la certeza sensible.
Lo inmediato.
“Esto es lo real.”
Swipe.
Ya no sirve.
Después, la percepción.
Ordenar, clasificar, explicar.
Swipe.
Contradicciones.
Luego el entendimiento.
La razón que quiere abarcar todo.
Swipe.
Quiebra.
Cada video promete plenitud.
Cada estadio de la conciencia también.
Pero ninguno aguanta.
TikTok vive de la ilusión de que el próximo video será “el bueno”.
Hegel vive de la ilusión de que el próximo concepto será “el absoluto”.
El algoritmo y la dialéctica tienen algo en común:
se alimentan de tu deseo de cierre,
pero no te lo dan.
Scroll infinito.
Fenomenología infinita.
La diferencia es brutal:
Hegel promete que al final sí hay un Absoluto.
TikTok no tiene final.
El absoluto se convierte en dopamina.
Pero la sensación es idéntica:
tú sigues deslizando.
La conciencia sigue avanzando.
Y ninguno de los dos te deja salir fácil.