lunes, marzo 24, 2025

¿Una mente fuera de lugar? TDAH y la hipótesis del cazador en la era moderna

Imagina a un cazador de hace miles de años, recorriendo la llanura con los sentidos afilados como cuchillas. Su mente está en constante alerta: un leve crujido en la maleza puede significar peligro o comida. No hay distracciones banales, solo la inmediatez de la supervivencia. Ahora, trasládalo a una oficina moderna. Sentado en un escritorio bajo luces artificiales, se le exige que responda correos electrónicos, complete formularios y siga una rutina monótona sin estímulos inmediatos ni consecuencias vitales. Lo que en otro tiempo fue una ventaja adaptativa, en este contexto, se convierte en un problema.

La hipótesis del cazador, propuesta por Thom Hartmann, sugiere que el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) no es una disfunción, sino un perfil adaptativo que ha quedado fuera de contexto. En sociedades nómadas y cazadoras, la impulsividad, la rapidez de reacción y la búsqueda constante de estímulos eran cualidades esenciales. En la civilización sedentaria, sin embargo, estas mismas características pueden ser vistas como una incapacidad para ajustarse a las normas establecidas.

El choque entre dos mentes

El ser humano sedentario de la ciudad ha desarrollado un aparato mental distinto. Su entorno no exige respuestas inmediatas a amenazas de vida o muerte. La estabilidad, la rutina y la planificación a largo plazo son sus pilares. Los sistemas educativos y laborales están diseñados para premiar la concentración sostenida, la paciencia y la adhesión a estructuras predefinidas.

Para la mente cazadora, esto es un suplicio. Su atención salta entre estímulos porque está programada para detectar oportunidades y amenazas. Necesita desafíos inmediatos, acción, consecuencias reales por sus decisiones. Sin esto, se apaga, se frustra o se dispersa.

El problema no es el individuo, sino el entorno. En lugar de encajar a la fuerza a quienes tienen una mente orientada a la acción en sistemas que los castigan, ¿no sería más sensato rediseñar esos sistemas para aprovechar sus capacidades?

Coaching y adaptación: el arte de crear líneas vivas

Si aceptamos que el TDAH es una expresión de esta mente cazadora en un mundo que ya no caza, la clave no es "corregir" a la persona, sino crear estrategias que le permitan funcionar dentro del sistema sin traicionar su naturaleza.

Aquí entra el concepto de líneas vivas, estructuras dinámicas que aprovechan el instinto de urgencia y el enfoque en lo inmediato. Algunas formas de implementarlas incluyen:

  • Deadlines con consecuencias reales: No basta con fijar fechas arbitrarias; la mente cazadora necesita que haya algo en juego.

  • Tareas de alto impacto: Actividades que impliquen desafío, cambio y novedad.

  • Entornos que permitan movimiento: Espacios de trabajo que integren acción en lugar de restringirla.

  • Estrategias de fragmentación: En lugar de forzar la concentración prolongada, estructurar tareas en intervalos intensos con descansos estratégicos.

Repensando el "déficit"

Tal vez el TDAH no sea un trastorno, sino una evidencia de que el cerebro humano no evolucionó para el mundo que ha construido. La solución no está en medicar la diferencia, sino en aprender a usarla. Si logramos adaptar el entorno en lugar de obligar al individuo a adaptarse a la fuerza, podríamos descubrir que estas "dificultades" son, en realidad, ventajas en el contexto adecuado.

La pregunta clave es: ¿cuántos talentos estamos desperdiciando solo porque intentamos encajar mentes de cazadores en oficinas diseñadas para agricultores?



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