lunes, marzo 24, 2025

Lo que se ve y se toca, lo que se oye y se siente: una mirada al coaching en TDAH

El sentido común nos dice que lo real es aquello que podemos ver y tocar. Un objeto tiene límites claros, una forma definida, un volumen que ocupa un espacio. Si algo es una cosa, no puede ser otra al mismo tiempo. Pero esta certeza se desvanece cuando entramos en el dominio del sonido.

Una nota musical no es una entidad aislada; en su vibración resuenan armónicos, una multitud de frecuencias que existen simultáneamente dentro de un solo sonido. Un acorde no es una suma de notas separadas, sino una totalidad envolvente. De manera similar, en una persona con TDAH, los distintos aspectos de su identidad y funcionamiento no pueden comprenderse desde una lógica de piezas separadas, sino desde una integración dinámica.

El coaching en TDAH a menudo se enfoca en la organización del tiempo, el control de impulsos y la gestión de la atención, como si estos aspectos fueran elementos independientes que solo requieren ajustes. Pero lo que realmente define la experiencia del TDAH es la forma en que todos estos aspectos coexisten, se superponen y se entrelazan, como las cuerdas de una guitarra resonando al unísono.

Un adulto con TDAH puede ser brillante en la creatividad pero inconstante en la planificación; impulsivo en lo social pero reflexivo en lo intelectual. No es que haya una contradicción, sino que, al igual que en la música, las notas de su personalidad no siguen el esquema rígido de la percepción visual-táctil, sino la fluidez de la experiencia auditiva. No es un problema de identidad fragmentada, sino de una identidad polifónica.

Desde esta perspectiva, el coaching para el TDAH no debería basarse en imponer un orden externo que "corrija" lo que parece caótico, sino en ayudar a la persona a encontrar su propia armonía. No se trata de silenciar ninguna nota, sino de aprender a escuchar cómo todas pueden coexistir en una composición coherente.

Al final, todos somos muchos a la vez. Somos distintos roles, emociones, impulsos y pensamientos que no siempre encajan en un esquema predefinido. Entender esto no solo transforma la forma en que abordamos el TDAH, sino también la manera en que nos concebimos como seres humanos: no como una entidad única y estática, sino como una sinfonía en permanente evolución.

21 de marzo de 2025



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