lunes, marzo 24, 2025

"La Verdadera Sabiduría: Integrando lo Espiritual y lo Científico en el Coaching TDA-H"

En el entorno contemporáneo del coaching, especialmente cuando se trabaja con clientes que tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H), los desafíos se vuelven multidimensionales. A menudo, los terapeutas se enfrentan a situaciones en las que la espiritualidad, la pseudociencia o incluso teorías alternativas surgen de manera inesperada durante las sesiones. Desde el tarot hasta las creencias en contactos extraterrestres o cursos de milagros, el abanico de temas que un cliente puede traer a la mesa es amplio y diverso. En una época donde lo espiritual convive con un contexto secular y científico, los profesionales deben abordar con apertura estas preocupaciones sin dejar de lado sus principios científicos.

La mentalidad de apertura y la flexibilidad

Un coach terapeuta debe ser capaz de mantener la calma ante cualquier tema planteado por un cliente, sin sorprenderse ni alarmarse, por insólito que este sea. La terapia, más allá de su base científica, debe tener una flexibilidad que permita integrar lo que el cliente considera relevante para su bienestar, siempre que esta integración no comprometa el enfoque terapéutico ni sus principios fundamentales. Si un cliente trae a colación el tarot, la espiritualidad laica o creencias sobre extraterrestres, esto no debe percibirse como una amenaza, sino como una oportunidad para explorar la manera en que esas creencias están influyendo en su percepción de la realidad y en su bienestar emocional.

La ciencia como referencia, pero sin dogmatismos

La ciencia, especialmente en el contexto de la neurociencia y la psicología cognitiva, proporciona una estructura sólida y empírica para abordar el TDA-H. No obstante, un terapeuta debe reconocer que cada individuo es portador de una cosmovisión única, forjada por sus vivencias, creencias y el contexto social y cultural en el que se encuentra. En este sentido, la ciencia y las creencias populares no son opuestas, sino que pueden convivir si se entiende que ambas formas de conocimiento tienen sus propias lógicas y estructuras.

La importancia de la cultura popular y la inteligibilidad

La comprensión de los fenómenos contemporáneos que están moldeando la cultura popular, como las teorías de conspiración, la fascinación por lo extraterrestre o los movimientos espirituales alternativos, no es solo un tema de curiosidad. En un mundo donde los medios de comunicación, internet y las redes sociales ofrecen acceso a una información fragmentada y muchas veces sin filtro, los terapeutas deben estar informados sobre estos movimientos. El conocimiento de lo que las personas consumen culturalmente y creen espiritualmente es fundamental para establecer una conexión genuina con ellas, especialmente cuando esas creencias están influyendo en sus emociones y su comportamiento.

Lo esencial no es caer en la tentación de validar o invalidar dichas creencias, sino comprender cómo afectan al cliente. ¿Están estas creencias proporcionando consuelo y propósito? ¿Están distorsionando su percepción de la realidad o dificultando su capacidad para manejar el TDA-H? A partir de ahí, el coach puede usar esas creencias como un punto de partida para profundizar en las verdaderas necesidades emocionales y psicológicas del cliente.

La ciencia con un "ropaje" cultural

La ciencia no debe ser vista como un dogma absoluto, sino como el marco más avanzado de conocimiento que, en constante evolución, busca comprender la realidad. A medida que los avances en cibernética y neurociencia nos permiten modelar una comprensión más precisa del cerebro y la mente, también debemos reconocer que este "ropaje" de conocimiento puede enriquecerse con otras formas de interpretación de la experiencia humana.

El hecho de que lo espiritual o lo esotérico se haya vuelto más accesible y popular no debe ser motivo de desdén ni rechazo. Los terapeutas deben poder explorar las tensiones entre lo científico y lo popular, ayudando a sus clientes a encontrar una vía intermedia que no subvierta la búsqueda de la verdad, sino que la complemente. El coaching no es solo el aprendizaje de técnicas o estrategias basadas en la ciencia, sino también el entendimiento profundo de las personas, sus creencias y las herramientas que utilizan para darle sentido al mundo.

La tarea del coach en un mundo complejo

Un coach terapeuta debe tener una visión holística, comprender la complejidad de la mente humana y estar dispuesto a incorporar lo que el cliente lleva a la sesión, ya sea espiritualidad, ciencia o incluso creencias marginales. La clave es que estas herramientas y perspectivas sean parte de un proceso de autodescubrimiento y crecimiento, sin caer en la trampa de relativizar todo conocimiento. La ciencia sigue siendo la forma más precisa y confiable para explorar el cerebro humano, pero esto no debe impedirnos aceptar que la realidad de un individuo puede ser tan válida como los datos científicos. Así, el verdadero arte del coaching consiste en encontrar el equilibrio entre el mundo tangible de la ciencia y las múltiples formas de inteligibilidad que surgen del contexto humano.


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