Coaching, TDAH, pensamientos geométricos y diagramas de Venn
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición que suele asociarse con la impulsividad, la dificultad para mantener la atención y una tendencia a la dispersión. Sin embargo, más allá de estos rasgos comúnmente señalados, quienes tienen TDAH a menudo poseen una forma de pensamiento que podríamos describir como geométrica: sus ideas no siguen una línea recta, sino que se despliegan en múltiples direcciones, intersectándose y conectándose de maneras inesperadas.
El pensamiento geométrico en el TDAH
Para muchas personas con TDAH, el pensamiento no es un flujo ordenado de causa y efecto, sino una estructura más parecida a un mapa conceptual o un diagrama de Venn. Las ideas aparecen, se superponen y se combinan en configuraciones que pueden parecer caóticas para quienes no están acostumbrados a este tipo de procesamiento mental. En lugar de una progresión lineal, el pensamiento se mueve en espirales, saltos y asociaciones aparentemente aleatorias que, sin embargo, pueden llevar a conexiones innovadoras.
Este estilo de pensamiento tiene ventajas y desventajas. Por un lado, facilita la creatividad y la resolución de problemas de manera no convencional. Por otro, puede generar una sensación de saturación cognitiva, donde las ideas se acumulan sin una estructura clara, dificultando la toma de decisiones y la concreción de proyectos.
Coaching y estructuración del pensamiento
El coaching, cuando se aplica a personas con TDAH, puede aprovechar esta tendencia natural al pensamiento geométrico en lugar de intentar forzarlas a un modelo de procesamiento más rígido. Una estrategia útil es emplear herramientas visuales como los diagramas de Venn, que permiten representar la intersección y relación entre diferentes ideas de manera clara y estructurada.
Un diagrama de Venn puede ayudar, por ejemplo, a organizar prioridades, diferenciando entre lo urgente, lo importante y lo opcional. También puede servir para descomponer una meta en sus componentes esenciales, visualizando los puntos de convergencia entre habilidades, intereses y oportunidades.
Otra herramienta eficaz en el coaching para el TDAH es la externalización del pensamiento mediante mapas mentales y esquemas gráficos. Estas estrategias no solo permiten visualizar la relación entre conceptos, sino que también ayudan a reducir la sobrecarga cognitiva, proporcionando un marco estructurado para gestionar la información.
Aprovechando la diversidad cognitiva
El pensamiento geométrico y asociativo de las personas con TDAH no debe ser visto como una deficiencia, sino como una forma diferente y valiosa de procesar la información. El coaching, cuando se adapta a esta lógica de funcionamiento, puede convertirse en una herramienta poderosa para transformar el aparente caos en una estructura flexible y productiva, permitiendo que estas personas organicen sus ideas sin perder la riqueza de sus conexiones mentales.