lunes, marzo 24, 2025

El Desafío de Jugar el Papel de Estudiante: Coaching para el TDAH

Para algunas personas, el simple hecho de estar sentadas cuatro horas seguidas en una sala de clases es una tarea titánica. No porque les falte inteligencia o interés, sino porque el rol que se espera que desempeñen choca con su naturaleza. Desde la perspectiva del coaching y la psicología social, podemos entender este fenómeno a través de una idea fundamental: las personas somos actores que interpretamos distintos papeles en nuestra vida cotidiana.

Cada grupo social –la escuela, el trabajo, la familia, los amigos– funciona como un escenario donde los participantes deben seguir ciertas reglas implícitas. Estas reglas conforman lo que podríamos llamar "el juego social": normas no escritas que dictan cómo debemos comportarnos en cada contexto. Algunas personas encuentran fácil adaptarse a ciertos juegos, mientras que otros se sienten como si estuvieran forzados a representar un papel que no les encaja.

El Juego del Estudiante y el Desafío del TDAH

Imagina que te invitan a una obra de teatro en la que debes interpretar a un monje en absoluto silencio durante horas. Para algunos, este papel sería natural, incluso placentero. Para otros, sería una tortura. Ahora bien, en el sistema escolar tradicional, el "papel" de estudiante implica permanecer sentado, atender pasivamente, organizar tareas y retener información de una manera estructurada. Para quienes tienen TDAH, este guion no solo es difícil, sino que a veces es completamente contraintuitivo.

Esto se debe a que el TDAH no es un problema de inteligencia ni de voluntad, sino una diferencia en la forma en que el cerebro regula la atención, la motivación y la energía. Las personas con TDAH suelen prosperar en juegos donde hay dinamismo, interacción constante y recompensas inmediatas, pero se ven en apuros en juegos que requieren largos periodos de quietud y concentración sostenida en tareas que no les resultan estimulantes.

¿Cómo Facilitar la Adaptación a un Rol Difícil?

El coaching para personas con TDAH no busca cambiar quiénes son, sino ayudarles a encontrar estrategias para que el "juego" escolar o laboral sea más llevadero. Algunas claves incluyen:

  1. Ajustar el escenario: Si el juego es demasiado rígido, pequeñas modificaciones pueden marcar una gran diferencia. Pausas activas, movimiento controlado y cambios en la metodología de enseñanza pueden facilitar la adaptación.

  2. Reinterpretar el papel: No se trata de forzarse a ser alguien que no se es, sino de encontrar maneras personales de encajar en el rol. Por ejemplo, un estudiante con TDAH puede beneficiarse de tomar apuntes de forma creativa, usar herramientas visuales o convertir el estudio en un desafío gamificado.

  3. Desarrollar herramientas metacognitivas: Comprender cómo funciona la propia mente ayuda a generar estrategias personalizadas. Si sé que me cuesta mantener la atención por mucho tiempo, puedo dividir mis tareas en bloques más pequeños o buscar formas de hacerlas más atractivas.

  4. Crear juegos más afines: A veces, la solución no es adaptarse al juego existente, sino encontrar otros escenarios donde se pueda prosperar. Muchos adultos con TDAH descubren que los entornos laborales más flexibles o los trabajos creativos les permiten desempeñarse con excelencia sin sentirse atrapados en un papel que no les encaja.

Al final, todos jugamos distintos roles a lo largo de nuestra vida, pero algunos papeles nos resultan más naturales que otros. El desafío para quienes tienen TDAH no es simplemente "actuar bien" en el juego que se les impone, sino encontrar maneras inteligentes y creativas de jugarlo a su favor.