lunes, marzo 24, 2025

Coaching y TDAH: Definir Objetivos Sin Complicarse

El mundo del coaching está lleno de siglas y modelos para definir objetivos. Desde el método SMART hasta el GROW, cada uno propone una estructura para organizar las metas. Sin embargo, antes de que existieran estas metodologías, ya teníamos una herramienta clara y efectiva: la gramática y la sintaxis que aprendimos en la escuela.

Las preguntas básicas —qué, quién, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué— no solo sirven para construir oraciones, sino que también ayudan a ordenar el pensamiento. Además, estas mismas preguntas permiten comprender el sistema de categorías de Kant, que explica cómo organizamos nuestra experiencia del mundo. Es decir, sin darnos cuenta, en la escuela ya aprendimos a estructurar la realidad y a clarificar nuestras intenciones.

Aplicación Práctica en el Coaching

Por ejemplo, supongamos que una persona con TDAH quiere mejorar su productividad. En lugar de perderse en modelos complicados, puede responder estas preguntas esenciales para estructurar su objetivo de manera clara y sencilla:

  • Qué: Organizar mis tareas diarias y completarlas sin procrastinar.
  • Quién: Yo, la persona que quiere mejorar su productividad.
  • Cómo: Usando listas de tareas, recordatorios y pausas estratégicas.
  • Cuándo: Todas las mañanas, antes del mediodía.
  • Dónde: En mi espacio de trabajo o estudio.
  • Por qué: Porque la falta de organización me genera estrés y afecta mi rendimiento.
  • Para qué: Para cumplir mis responsabilidades sin agobiarme y tener más tiempo libre.

Al responder estas preguntas, el objetivo toma forma de manera natural, sin necesidad de encasillarlo en esquemas artificiales. Además, al incluir "por qué" y "para qué", se integran la causa y la motivación, lo que es fundamental para quienes tienen TDAH.

Coaching y la Simplicidad Esencial

Por lo general, las metodologías sofisticadas añaden capas innecesarias de complejidad a lo que ya sabemos hacer intuitivamente. La gramática que aprendimos en la escuela no solo estructura el lenguaje, sino que también organiza el pensamiento.

Por lo tanto, recuperar esta herramienta básica nos permite definir objetivos con mayor claridad. En consecuencia, quienes tienen dificultades con la planificación pueden beneficiarse de este enfoque sencillo y práctico.

En definitiva, no se trata de rechazar los modelos del coaching, sino de recordar que, en esencia, ya contamos con una forma natural y efectiva de ordenar nuestras metas.


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