miércoles, febrero 12, 2025



El efecto Téris: el descubrimiento más importante de la psicología

Por Jorge Orrego Bravo

En 1994, un periodista de la revista Wired buscaba entender el impacto que un simple videojuego podía tener en el cerebro humano. No se trataba de cualquier juego, sino del Tetris, aquel icónico rompecabezas digital que desafía a los jugadores a encajar piezas en perfecta armonía antes de que la pantalla se desborde. Para muchos, no era solo una forma de entretenimiento; era un fenómeno mental.

Jugadores de todo el mundo confesaban haber soñado con las piezas del Tetris, imaginaban cómo encajaban los coches en el tráfico o cómo los edificios de una ciudad podían disponerse como bloques cayendo del cielo. Sus mentes habían sido invadidas por un patrón que no podían ignorar. De este fenómeno emergió el término “efecto Tetris”, que, lejos de ser una simple anécdota, abrió una puerta a una de las comprensiones más fascinantes de la psicología moderna.

Cuando el cerebro sigue jugando mientras dormimos

El psiquiatra Robert Stickgold, de la Universidad de Harvard, decidió llevar esta observación al laboratorio en el año 2000. Para su experimento, reunió a un grupo de voluntarios, entre ellos cinco personas con amnesia severa, y los hizo jugar al Tetris durante varias horas al día. Luego, mientras dormían, los despertaba en intervalos de una o dos horas para preguntarles sobre sus sueños.

Los resultados fueron asombrosos: el 63% de los participantes reportó haber visualizado formas y patrones similares a los del juego. Incluso los sujetos con amnesia, incapaces de recordar lo que habían hecho durante el día, experimentaban las mismas imágenes oníricas. ¿La conclusión? Los sueños no son solo un desfile de imágenes sin sentido, sino una herramienta clave en la consolidación de la memoria y el aprendizaje.

Según Stickgold, el cerebro no se detiene cuando dormimos; al contrario, se encarga de organizar, filtrar y reforzar la información adquirida durante el día. Soñar con Tetris no es más que el reflejo de un proceso más profundo: la mente sigue ensayando lo que hemos practicado, buscando patrones y optimizando el conocimiento recién adquirido.

El mundo filtrado a través de nuestras obsesiones

El efecto Tetris no es exclusivo de los videojuegos. Se trata de un fenómeno que atraviesa múltiples aspectos de la vida. Cuando un marino pasa meses en alta mar, al volver a tierra firme sigue sintiendo el vaivén del océano en su cuerpo. Un contable que pasa horas revisando hojas de cálculo puede encontrar patrones numéricos en situaciones cotidianas. Un abogado ve inconsistencias en cualquier conversación y un profesor tiende a explicar y estructurar el mundo como si aún estuviera en el aula.

Nuestro cerebro no solo aprende, sino que adapta su percepción del mundo a lo que hacemos con frecuencia. Si pasamos horas clasificando, organizando o identificando patrones en un área específica, es inevitable que esa forma de pensar se cuele en nuestra vida cotidiana.

El arte de encajar la realidad

Curiosamente, este principio no solo se aplica a la memoria y la percepción, sino también a procesos creativos como la escritura. Escribir es como jugar Tetris: las ideas caen en nuestra mente de forma caótica y debemos organizarlas, editarlas y rotarlas hasta que encajen en un texto coherente.

Así como un mal movimiento en Tetris puede arruinar la estructura de un juego, un párrafo mal colocado puede distorsionar la fluidez de una historia. La edición es el equivalente a girar y ajustar las piezas hasta encontrar el orden ideal. Y cuando todo encaja perfectamente, la narrativa fluye con naturalidad.

Lo que piensas, eres

El efecto Tetris nos recuerda que la repetición moldea nuestra forma de pensar. Si llenamos nuestra mente de pensamientos caóticos y negativos, nuestra realidad se impregnará de esa perspectiva. Pero si practicamos patrones constructivos, nuestra manera de ver el mundo cambia.

Tal como lo decía Gandhi:

"Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en acciones.
Cuida tus acciones, porque se convertirán en hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino".

Así funciona nuestro cerebro: lo que le damos, lo procesa y lo refuerza. La cuestión es decidir qué tipo de piezas queremos que caigan en nuestro juego mental.

📅 12 de febrero de 2025