jueves, noviembre 14, 2024

Nervio Vago y TDAH en el Adulto

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en adultos está estrechamente relacionado con dificultades en la regulación de la atención, impulsividad y, en muchos casos, ansiedad crónica. Los adultos con TDAH a menudo experimentan dificultades para manejar el estrés, lo que puede empeorar la inestabilidad emocional y las relaciones interpersonales. De hecho, como se menciona en el texto, el sistema nervioso, especialmente el nervio vago, juega un papel crucial en la gestión del estrés y la activación de respuestas emocionales adecuadas. En este contexto, el nervio vago y sus ramas (dorsal y ventral) son fundamentales para la regulación de nuestras respuestas fisiológicas y emocionales.

El nervio vago tiene un impacto profundo en la gestión de la ansiedad y el estrés, que son comunes en personas con TDAH. La teoría polivagal, de Stephen Porges, sugiere que cuando el nervio vago, en particular la rama ventral, no funciona correctamente, las personas pueden entrar en estados crónicos de lucha o huida (respuesta de estrés), o incluso de inmovilización con miedo, lo que afecta negativamente tanto el bienestar físico como emocional. Esto puede llevar a dificultades para regular las emociones, un síntoma típico en los adultos con TDAH.

En adultos con TDAH, el nervio vago no siempre está en su estado óptimo. Si la función del nervio vago está alterada, las personas pueden experimentar dificultades en la regulación emocional y el estrés crónico, lo que puede empeorar los síntomas de TDAH, como la impulsividad y la falta de atención. La activación del nervio vago puede ser una estrategia eficaz para mejorar la regulación emocional y aliviar algunos de los síntomas relacionados con el TDAH, como la ansiedad y la sobrecarga sensorial.

Ejercicio práctico para adultos con TDAH: Activación del nervio vago

Un ejercicio práctico que puede ayudar a activar el nervio vago y, por ende, mejorar la regulación emocional y disminuir los síntomas de ansiedad, es el ejercicio BASIC de Stanley Rosenberg. Este ejercicio está diseñado para activar la rama ventral del nervio vago, promoviendo un estado de relajación y enfoque. A continuación se describe el ejercicio:

Ejercicio BASIC para activar el nervio vago:

  1. Posición inicial: Acuéstate sobre tu espalda en un lugar cómodo. Asegúrate de estar en un ambiente tranquilo y sin distracciones.

  2. Colocación de las manos: Entrecruza los dedos de tus manos y colócalos en la parte posterior de tu cabeza, de manera que el peso de tu cabeza repose cómodamente sobre tus manos.

  3. Movimiento ocular: Mantén tu cabeza en su lugar, mirando hacia el frente. Luego, mueve solo tus ojos hacia la derecha (tan lejos como puedas sin mover la cabeza) y mantenlos allí durante 30 segundos a 1 minuto.

  4. Relajación: Durante este tiempo, es probable que empieces a tragar, suspirar o incluso bostezar. Estos son signos de relajación.

  5. Cambio de dirección: Vuelve los ojos al centro y luego repite el movimiento hacia la izquierda, manteniéndolos allí hasta notar señales de relajación (similar a los anteriores).

  6. Final: Después de terminar ambos lados, gira suavemente la cabeza hacia la derecha y la izquierda para notar cualquier cambio en la movilidad del cuello.

Este ejercicio es sencillo, pero eficaz. Al realizarlo, estás activando la rama ventral del nervio vago, que está asociada con la relajación, la calma y una mayor conexión social. Este tipo de activación puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la concentración, dos aspectos que suelen verse comprometidos en adultos con TDAH.

Realiza este ejercicio durante unos minutos al día, especialmente cuando sientas que la ansiedad o la falta de enfoque están afectando tu productividad o bienestar emocional.