El experto en trauma Bessel van der Kolk, MD, explica en su libro "El cuerpo lleva la cuenta" cómo el trauma deja una huella indeleble tanto en el cuerpo como en la mente.
Después de una experiencia traumática, el cerebro recalibra el sistema de alerta temprana del cuerpo en defensa propia, lo que puede contribuir al desarrollo del TDAH en algunas personas.
Van der Kolk sugiere que el trauma puede afectar negativamente la capacidad de un niño para concentrarse y regular sus emociones y comportamiento.
Un enfoque multidisciplinario para tratar el trauma y el TDAH, que incluye terapia cognitivo-conductual, terapia ocupacional, medicamentos y enfoques de autocuidado, puede ayudar a los pacientes a recuperarse del trauma y mejorar su capacidad para regular sus emociones y comportamiento.
Aprender a ser consciente de las sensaciones corporales puede ayudar a reducir la intensidad de la excitación emocional y a superar el trauma.
La conexión mente-cuerpo puede ayudar a las personas con TDAH y trauma a tomar control físico y emocional sobre sus respuestas corporales y emocionales.
El trauma crónico puede afectar la capacidad del cerebro para procesar información de manera efectiva y coordinar funciones ejecutivas como la atención y la regulación emocional, lo que puede manifestarse en el TDAH.
Van der Kolk destaca la importancia de tratar tanto el trauma como el TDAH de manera integral y multidisciplinaria para ayudar a las personas a recuperarse y mejorar su calidad de vida.
