Descubrí que hay algo llamado "productividad
tóxica" que es muy común entre las personas con TDAH.
La productividad tóxica es cuando tratamos de ser más
productivos de lo que podemos manejar, lo que nos lleva a sentirnos abrumados,
estresados y a menudo a tener una crisis de ansiedad. También nos hace sentir
como si nunca pudiéramos hacer lo suficiente, lo que a su vez nos lleva a
trabajar más y más duro, lo que empeora aún más el ciclo.
Lo que descubrí es que la mayoría de los sistemas de
productividad no funcionan para las personas con TDAH porque están diseñados
para hacer más cosas en menos tiempo, y no tienen en cuenta que nuestro cerebro
funciona de manera diferente. Como resultado, intentamos seguir estos sistemas
y cuando no podemos hacerlo, nos sentimos como si hubiéramos fracasado.
Lo que necesitamos son sistemas de productividad que estén
diseñados específicamente para nuestras mentes. Necesitamos sistemas que nos
permitan trabajar con nuestras fortalezas y limitaciones en lugar de tratar de
cambiar la forma en que funciona nuestro cerebro.
Una cosa que he descubierto es que el enfoque en hacer menos
cosas, pero hacerlas mejor, puede ser muy efectivo para las personas con TDAH. En
lugar de tratar de hacer todo de una vez, podemos centrarnos en una tarea a la
vez y hacerla bien. También podemos aprovechar nuestras fortalezas, como la
creatividad y la capacidad de pensar fuera de la caja, para encontrar
soluciones innovadoras y más eficientes para hacer las cosas.
En resumen, la productividad tóxica es un problema común para las personas con TDAH y necesitamos sistemas de productividad diseñados específicamente para nosotros. Necesitamos centrarnos en hacer menos cosas, pero hacerlas mejor y aprovechar nuestras fortalezas para encontrar soluciones más eficientes. Con la investigación adecuada y la experimentación, podemos encontrar un sistema de productividad que funcione para nosotros y nos permita alcanzar nuestro potencial.