La integración de ejercicio físico y terapia cognitivo
conductual puede ser una herramienta muy efectiva en el tratamiento de diversos
trastornos mentales y emocionales. El ejercicio físico puede mejorar el estado
de ánimo y reducir los niveles de ansiedad y estrés, mientras que la terapia
cognitivo conductual puede ayudar a las personas a cambiar sus patrones de
pensamiento y comportamiento negativos.
Juntos, el ejercicio físico y la terapia cognitivo conductual pueden ofrecer una forma holística de abordar los trastornos mentales y mejorar la salud mental de las personas. Además, la práctica regular de ejercicio físico puede ser una herramienta importante para mantener la salud mental a largo plazo y reducir el riesgo de recaídas en aquellos que han sufrido trastornos mentales en el pasado.