miércoles, agosto 24, 2022

Piers Steel y Adultos con TDAH



Las 3 estrategias de la ciencia para deshacer de la procrastinación para siempre



La procrastinación va de todas las veces que te propusiste hacer algo y no lo cumpliste.

-La dieta que pospusiste.

-El entrenamiento que nunca te tomaste en serio.

-El compromiso de dormir más y mejor que se ve frustrado por netflix una y otra vez.

Pero más que de eso, este artículo va de la decepción cuando te miras al espejo y sabes que lo has vuelto a hacer. Qué has vuelto a fallar.

El artículo habla del malestar que sientes por dentro cuando estás perdiendo el tiempo en Instagram o en la tele en lugar de hacer lo que deberías hacer.

El artículo también habla de la culpa que sientes cuando te pasa todo eso. Del pepito grillo que te dice una y otra vez que no eres lo suficientemente bueno.

Pero lo más importante, este artículo va de entregarte las herramientas para dejar todo eso atrás y deshacerte de la culpa, la frustración y la decepción.

¿Y sabes por qué sé que te interesa?

Por que eres un procastinador

Adivinar eso sobre ti no ha tenido ningún mérito. El 95% de las personas reconocen que postergan cosas que deberían hacer. El 25%, de hecho, dicen que es una especie de dolencia crónica que entorpece sus vidas.

La procrastinación se ha convertido en una pandemia mundial. Y tú, como te decía, con toda seguridad has sido afectado.  Pero no te confundas. Lo tuyo es procrastinar, pero eso no te hace vago ni perezoso.

Y el primer paso para combatirlo es, precisamente, aprender a diferenciar esas cosas.

¿Qué es la procrastinación?

Hay dos confusiones habituales sobre este término.

La primera: cuando procrastinamos, siempre dejamos algo para más adelante. Pero cuando dejamos algo para más adelante no siempre estamos procrastinando. Por eso, procrastinar y priorizar otra cosa no es lo mismo, aunque muchas veces se confunda.

La segunda confusión es que los procrastinadores sí quieren hacer lo que tienen que hacer, pero no logran ponerse. Por su parte, los vagos y los perezosos simplemente ni quieren hacerlo, ni se lo proponen.

Por eso un vago nunca estaría leyendo este artículo. Ellos no tienen propósito de cambio. Así que tú no perteneces a ese grupo.

Con todo y con eso, podríamos definir la procrastinación como retrasar de forma irracional algo, habitualmente por desagradable o aburrido, a pesar de saber que aplazarlo es peor que hacerlo ahora.

¿Y cómo son los procrastinadores?

Piers Steel, uno de los investigadores más laureados de la motivación y la procrastinación desarrolló una ecuación para predecir la aparición de esta última.

Los tres principales factores de la ecuación son las expectativas, el interés y la distracción.
No es casual que cada uno de los factores de la ecuación se corresponda con uno de los tres grandes tipos de procrastinadores que hay:

1- Los que no esperan buenos resultados (expectativas bajas, baja autoestima y confianza).

Han fracasado con anterioridad en sus objetivos. Sea por falsas expectativas o sea por falta de compromiso, han desarrollado la creencia de que no son capaces de lograr la meta.

2- Los que no le ven valor a la tarea (interés bajo)

La tarea que procrastinan sencillamente les aburre de forma espantosa.

3- Los que sólo aprecian las recompensas inmediatas (distracción alta).

El gran problema de estos es la impulsividad. Quieres conseguir tantos premios y tan rápido como sea posible y se distraen continuamente del objetivo. Esta es la categoría predominante en las personas con TDAH.


Estrategia para dejar de procrastinar


Llegados a este punto hemos llegado ya a una conclusión clave sobre la procrastinación:

No es un problema de gestión del tiempo, es un problema de gestión de nuestras emociones.

Los tres tipos de procrastinación que hemos descrito están relacionados únicamente con cómo te sientes respecto a la tarea que tienes que hacer, y en alterar esto deberían ir todas las estrategias para vencer la procrastinación.

Estrategia nº1: Planificar de forma específica.

Aunque parezca increíble, decidir de antemano exactamente cuándo y dónde vas a hacer algo hace que sea 2 o 3 veces más probable que lo hagas.
Para que esta técnica funcione bien, tienes que ser ridículamente específico y dejarlo por escrito, en un papel en la nevera, en tu calendario o en cualquier otro lugar que tengas a la vista.

Si quisieras entrenar más, podrías escribir algo cómo:

-Lunes y jueves después del trabajo entreno 5o minutos

Si quisieras comer mejor, podrías escribir algo cómo:

-De lunes a viernes cenar verduras

Y así con cualquier tarea que estés procrastinando.

     
Estrategia nº2: Empezar por la mínima expresión.


Muchas veces procrastinamos una tarea más por lo horrible que nos parece empezar, que por lo horrible que realmente es.

Es igual que cuando entras en una piscina que no está caliente. Durante unos instantes al entrar te parece que está helada, pero en cuanto te sumerges, te das cuenta que no era ni de cerca para tanto.

Para evitar esto, cuando apliques la estrategia anterior, planifica el mínimo compromiso posible que te haga arrancar la tarea.

Con esta idea en mente, podríamos mejorar nuestros plan de entrenamiento anteriores así:

todos los lunes y jueves después del trabajo me pondré ropa deportiva e iré al gimnasio

Por su parte, podríamos cambiar el plan de las verduras y las cenas así:

De lunes a viernes habar una verdura en mi cena

Estrategia nº3: Adelantarte a las distracciones.

Si la procrastinación de todo tipo tiene un factor común, ese es la impulsividad.

Más concretamente la incapacidad de soportar el impulso de hacer otra actividad que sea más placentera.

Con esto en mente, la tercera y última estrategia consta de 2 pasos:

1- Haz una lista de todas las cosas con las actividades que suplantan la tarea que deberías hacer cuando procrastinas.

2- Elimina todos los elementos que te podrían tentar para hacer esas actividades

Si cuando llegas a casa reventado del trabajo no puedes evitar sentarte en el sofá y al final pones Netflix en vez de ir a entrenar, desconecta los cables de la tele antes de ir al trabajo.

Si cuando te entra un antojo no puedes controlarte de comer guarrerías, regala todas las que tengas en casa y no vuelvas a comprar.

La idea detrás de esto es que seguramente el problema sean las distracciones, no la tarea. Así, atajando las primeras, aumentas la posibilidad de que hagas la última.

https://malditoshabitos.com/como-vencer-la-procrastinacion-de-una-vez-por-todas/