jueves, agosto 11, 2022

El circuito de la procrastinación... y su punto débil

1.–Afrontamos una tarea.

2.–Por medio de pensamientos anticipamos el sufrimiento que creemos que nos supondrá hacer la tarea.

3.–Aparece la ansiedad por causa de esos pensamientos.

4.–Empezamos a negociar con nosotros mismos para evitar sentir

ansiedad.

5.–Aumenta la ansiedad porque una parte de nosotros quiere hacer la

tarea y otra quiere evitarla.

6.–Con la ansiedad en su pico máximo, tomamos la decisión de

procrastinar.

7.–Para evitar el sentimiento de culpa y los remordimientos posteriores acordamos no procrastinar la próxima vez.

8.–Como forma de disminuir la ansiedad nos dedicamos a una actividad que nos resulte pasivamente placentera y que no nos suponga ningún esfuerzo.

Para reconocer cuando estamos entrando en la espiral de la procrastinación es necesario que tengamos claras estas etapas. Desde el momento en que estemos ante la perspectiva de empezar una tarea que creemos que nos causará cierta incomodidad, debemos estar alerta ante dos aspectos fundamentales:

1.–Nuestros pensamientos.

2.–Nuestro nivel de ansiedad.

Una vez que nos damos cuenta de que estamos empezando a tener pensamientos negativos hacia la tarea que tenemos que realizar, se nos presenta la primera oportunidad de romper la espiral de la procrastinación.

Decidirse a empezar en este momento, y empezar realmente, le costará mucho menos esfuerzo que solos unos minutos más tarde, cuando la ansiedad ya haya hecho su aparición y nuestra parte emocional comience a tratar de combatirla tomando el control de nuestras decisiones.