#2 Recompensa tu trabajo
Es un principio humano básico terminar la mayoría del trabajo durante el último período de tiempo asignado, dejar todo para el último momento. Por lo tanto, solo recompensarte cuando hayas alcanzado tu objetivo no es suficiente para proporcionar suficiente motivación en el trabajo diario. Para poder soportar periodos de aburrimiento e incomodidad, debemos recompensar regularmente nuestros logros. Sin embargo, la mayoría de nosotros hemos adquirido el hábito de recompensarnos solo al completar una tarea, mientras subestimamos la importancia de recompensas más pequeñas para que podamos comenzar.
Al combinar esfuerzo y recompensas, puedes aprender a asociar tu trabajo con algo deseable. Este fenómeno se llama laboriosidad, es decir, diligencia aprendida, un término que fue acuñado por Robert Eisenberger, profesor de psicología de la Universidad de Houston. En lugar de recompensarte solo al completar una tarea, el truco es recompensarte cuando te acercas a tus objetivos. De esta manera, cambias el enfoque de recompensar el producto final a recompensar el rendimiento en sí mismo.
Haz
Establezca su propio horario de recompensa continua. ¡Sé creativo! Podría tratarse de dedicar tiempo a Instagram después de una hora de trabajo concentrado, disfrutar de un descanso con un café o terminar un duro día de trabajo con un par de episodios de tu serie favorita. Recuerda que para tener éxito, debe obtener una recompensa predecible. Es importante que esté claro lo que debe hacer para alcanzar la recompensa, que siempre se recompensa después de hacer lo que se propuso hacer, y que el no seguir el plan significa que no habrá recompensa.
#1 La importancia de establecer metas realistas
#3 Falta de energía
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