fuente: http://adultosdesorganizados.blogspot.com.es/2013/11/ni-challenger-ni-manzana-botas.html
Hace bastante escribí mi versión personalizada de las etapas del proceso de Diagnóstico del Deficit de Atención. Ahora, con muchas mas millas recorridas, con un maravilloso equipo que me acompaña en este proceso me veo tentada a actualizarlo.
Hace bastante escribí mi versión personalizada de las etapas del proceso de Diagnóstico del Deficit de Atención. Ahora, con muchas mas millas recorridas, con un maravilloso equipo que me acompaña en este proceso me veo tentada a actualizarlo.
I. Etapa del
Descubrimiento: Challenger
Cómo se inicia?
Leiste el blog?
Viste un video?
Leiste un artículo en el diario?
Alguien subió algún artículo en Facebook?
Te llego un Tweet?
No olvidemos la extraña situación pero posible de que tu
médico, tu terapeuta o tu psiquiatra te lo hayan mencionado como
factible, y te refieran a alguien que sabe del tema.
Consecuencias:
Brote abrupto de optimismo.
Climax de expectativas.
Entras en la web, pasas 16 horas sin comer leyendo todo lo
que sea ADHD, ADD, TDA, TDAH, todo lo que aparece te inspira y te emociona.
Te entusiasmas tanto que realmente sentís como si tus pies
fuesen a despegar del piso levantando vuelo al mejor estilo Challenger.
Consejo: Cuidado.
La euforia, y las
altas expectativas desvían y alteran tu buen juicio crítico.
No todo lo que lees es serio.
No todo lo que está descripto es factible para tu caso.
Es mas, no tienes aún
diagnóstico, lo tuyo es una posibilidad.
No te dejes llevar por suposiciones de cambios inmediatos.
Llame ya y solucione
todo por su TDAH no sirve, en caso en que alguien te dice que exista.
Y el TDAH tiene muchas cosas positivas pero sigue siendo un
problema médico, con muchas complejas caras que no hacen fácil tan fácil
encontrarlo.
Todo problema médico,
tiene un tratamiento médico.
II. Etapa de la
Espera. La Manzana de Newton.
Acá llegas ya casi convencido de que sos uno mas de los
adultos que viven con TDAH y no fueron vistos.
Mandas correos.
Llamas por teléfono.
Pides un turno, en caso en que haya alguien que te responda
y le creas capaz de ayudarte.
Aquí aparecen los obstáculos concretos. Es porque salís de
tu mente al mundo real a coordinar acciones.
Allí te das cuenta, que no hay nadie adonde vives.
O es demasiado lejos,
o demasiado caro, o demasiado largo el proceso.
Te das cuenta que tu sistema de cobertura de Salud olvidó
incluir el cerebro entre los órganos del cuerpo que enferman, o no se
desarrollan a tiempo, o lo que sea.
Tu cobertura te dice que cubre 1 consulta por mes, o una al
año, o que vayas a atenderte por cartilla. Cuando hace años que venís
haciéndolo y todos los profesionales por los que rotaste te dijeron que tenías
problemas con la Autoridad, o que eras vago, o que todo es algo de tu infancia,
que necesitas resolver conflictos con tu padre, tu abuelo o con quien sea que
creen responsable de tus oscilaciones emocionales.
O tal vez fueron las muchas psicopedagogas, que te hicieron
creer que necesitabas vivir con ellas hasta terminar un posgrado, que no eras
capaz de resumir, de recordar, de priorizar, vaya la lista parecería
interminable.
Llegas a la lista de profesionales, y te das cuenta que
todos se dedican a niños, como si el TDAH fuera solo un problema que se agota
cuando te crecen los pelos del pecho, o empiezas a usar soutien. Nuevamente
impaciente, te sentís incómodo.
La euforia inicia la caída en picada.
Crece la ansiedad, el displacer y el enojo.
Con la misma velocidad que subiste bajás como la manzana de
Newton.
Tu cabeza no para.
Tus piernas se detienen
El empujón del inicio, del blog, del video, del artículo, no
te alcanza.
Te piden que vayas a una reunión, queda lejos.
Te piden que llenes escalas.
Que son mas largas que la cola del subte cuando hay huelga
de ómnibus.
Te piden hablar con tus padres, tu pareja, tus hermanos,
como si fuera sencillo a esta altura de tu vida rastrearlos. Siempre que aún te
hablen, siempre que aún te acepten.
Te agarra un atracón de angustia, o uno de bronca, o uno de vacío.
Te agarra un atracón de angustia, o uno de bronca, o uno de vacío.
Te negás a completar tantas preguntas, te enojás con ellos.
Te enojás con Barkley.
Te enojas con you tube, con google, con la dopamina, con todos.
Consejo: Cuidado.
Porque las soluciones
marca ACME ( un viejazo) si existen son como los atajos.
Solo te llevan al corto plazo.
Cuidado porque en serio, desgraciadamente el diagnóstico y
tratamiento del TDAH en los adultos es algo que se inició hace relativamente
poco tiempo.
Son pocos los profesionales serios que saben del tema.
Muchos de los que se venden como oferta de soluciones, ya
sea terapeutas, médicos, coachs, o lo que sea solo aplican herramientas que
ignoran para que sirven.
Asesorarse lleva tiempo.
Muchas personas que preguntan encuentran ayuda.
Muchas asociaciones, brindan ayuda para este proceso.
Que la persona a la que vayas te haya sido recomendada,
sería bueno.
No compres humo, pero tampoco te bajes del barco cuando no
iniciaste el viaje.
Si estás cansado, busca quien te acompañe.
III Etapas posibles
bifurcación del camino
III. A . Etapa de
negación y de huida en un solo acto.
Te pusiste muy ansioso.
Te atacó el pesimismo.
Perdiste el número de teléfono. Gastaste el dinero que
sacaste para pagar la consulta.
Crees que no vale la pena.
Después de todo, ya tenés un trabajo, después de todo nada
malo te pasa.
Tenés novio, o estás casado.
Ya tuviste hijos.
Es un poco tarde.
Crees en serio que la web es una telaraña.
Empezás a convencerte
de que la medicación es mala, y te agarras de donde sea para huir en el primer
tren que salga de regreso.
E inventás excusas.
Y mentís algo en lo que estás graduado con honores.
Y te victimizas pensando en tus posibilidades.
Desconfias de todos, desconfias porque sale caro, desconfias porque otros dicen que el TDAH es un invento de los laboratorios, desconfiás porque es mas fácil.
En realidad, te
sentís inseguro, y para que innovar si ya pasó la etapa del colegio, maldito
sistema que nos llena de cosas para consumir…
Y la poca plata que
tenés porque tu trabajo no es tan bueno, tampoco crees te permitiría mantener
un tratamiento, y no te animás siquiera a preguntar si hay otras formas. Te
vas.
Y volves a esconderte, detrás de la máscara, y detrás del
silencio, y volvés a sentirte dependiente, inútil, tonto y demasiado cansado
para la lucha.
Consejo:
No te metas en la caja de nuevo.
No te cubras con la frazada.
Ponete las botas y salí a pelearla.
Si esperaste tanto tiempo sufriendo, si perdiste tantas
oportunidades y dejaste congelados en el freezer tantos sueños…
No valdrá la pena por el resto de la vida que te espera, que
hagas algo en serio?
Podés sacar conclusiones pero no aceptes verdades
absolutistas, menos de quienes militan en la psicología que niega la
neurociencia, y combate los avances de la medicina son como gurúes del siglo
XXI.
No te resignes.
Buscá nuevamente ayuda.
Tal vez la primera vez no fue la mejor opción.
Mirá al horizonte y cree que es posible. Es una inversión y
no un gasto.
III B. Etapa
Aceptación y Trabajo:
Si elegiste la espera, y llegaste al diagnóstico.
Si decidiste o alguien te ayudó a ponerte las pilas, y
miraste hacia delante.
Aquí proyectarás
metas.
Tendrás que diseñar objetivos.
Aquí aceptarás que tienes un problema y deberás ignorar los
atajos.
Decidiste hacerte cargo.
EL tratamiento no son solo pastillas¡¡¡!!!
FELICITACIONES ¡¡!!!
Las emociones y los pensamientos dicen al unísono quiero el
cambio y ningún cambio se dá vertiginosamente.
Ir a hacerte esa rutina de análisis que te piden, es bueno,
seguro que llevas bastante sin hacer nada por ti mismo.
Ir por un
electrocardiograma, o una evaluación completa al cardiólogo, es bastante
atinado, si pasaste los 40 mas aún, si estás estresado tu corazón y tus vasos
lo agradecerán seguramente.
Sabemos que el camino
puede ser complejo, pero es el de
salida.
O hasta ahora fue
acaso simple?
Busca que quien te ayude tenga compasión, entienda algo mas
que lo biológico, que no solo te medique, que no solo hable contigo.
Busca que alguien te explique, que te acompañe con paciencia
y cariño, seguramente vas a necesitar mucho de eso.
Es duro enterarse que uno tiene un problema que pudo haber
sido tratado en nuestra infancia, y no fue visto. Pero enojarte con tus padres,
tus maestros, tus profesionales no generará un cambio hacia adelante.
Suelta la mochila de la ansiedad y del enojo y sigue hasta
la meta.
Te esperan del otro lado muchos adultos como yo que pudieron
hacerlo.!!!
No te salves.
No te escondas.
Recuerda quien eres, y avanza.
Dra. Norma Echavarria