El
Dr. John J. Ratey, es
profesor de la Harvard Medical School y en febrero de 2010 realizó el curso Exercise
and the Brain para que los participantes aprendieran a instruir a sus
pacientes sobre los cambios en el cerebro y en el estado de ánimo que se
producen tras el ejercicio físico aeróbico Este psiquiatra ha demostrado
realizar ejercicio aeróbico en sus diferentes formas logra que el alumno
"se prepare" mejor para aprender, aumentando la atención, la
motivación y el control de la impulsividad. Es autor, entre otros, del
libro Spark: The Revolutionary New Science of Exercise and the Brain.
Un
estudio reciente,
publicado en la revistaScience, mostró que el ejercicio activo provoca
en el cerebro cambios demostrables en la cantidad de receptores de dopamina o,
en otras palabras, cómo influye en la bioquímica cerebral humana. Estos
hallazgos invitan al optimismo ante la posibilidad de que contribuyan a
nuevos tratamientos para personas con problemas en la memoria a corto plazo
como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el ictus o
la encefalomielitis miálgica.
El
Dr. Ratey no pretende decir, ni dice, que el ejercicio haga a los niños más
inteligentes,; simplemente los prepara para aprender mejor. Después de un
ejercicio moderado, el cerebro "mejora el rendimiento" y es más
eficiente por un aumento de neurotransmisores como la dopamina, la
serotonina y la norepinefrina. Éstas hormonas están relacionadas con la
regulación del humor, la atención y el equilibrio mental. Propone que, desde el
experimento en una escuela de Charleston, el hacer pausas breves con
mini- sesiones con ejercicio durante 10 minutos de ejercicio dentro de las
aulas, sirven para mantener la atención de los niños, aunque sea temporalmente
siendo más beneficiados.los más distraídos.
La
memoria a corto plazo o memoria de trabajo, es la capacidad de retener
información durante cortos periodos de tiempo, por ejemplo en los procesos de
resolución de problemas. La dopamina es una molécula mensajera que desempeña
una función primordial en este tipo de memoria. La función de la dopamina como
neurotransmisor es transportar mensajes desde una célula nerviosa a otra. Los
fallos en el sistema de la dopamina pueden dañar la memoria a corto plazo,
daños que se asocian con una serie de disfunciones psiquiátricas y
neurológicas, además de con el proceso de envejecimiento natural.
Todos
sabemos que el ejercicio es bueno para el cuerpo, pero no sabíamos que mejoraba
el rendimiento cerebral. El Dr. Ratey explora la conexión entre el ejercicio y
el rendimiento del cerebro y su importancia para el tratamiento con ejercicio
físico del TDAH por varias razones. Casi inmediatamente, tras el ejercicio
aumenta la dopamina y la norepinefrina y las mantiene durante un período de
tiempo parecido al del metilfenidato (medicación para el TDAH). También
ayuda a frenar la impulsividad y posponer los deseos de gratificación
inmediata. Según este especicialista, el ejercicio:
·
Mejora el aprendizaje, el humor, la
motivación y las ganas de hacer las cosas
·
Influye en el aprendizaje directo, a
nivel celular, mejorando el potencial del cerebro para acceder y procesar la
información nueva. El ejercicio crea el adecuado ambiente paralas células
cerebrales
·
Aumenta la neurogénesis, que es la producción
de nuevas neuronas por la liberación de factores que fomentan la acción de las
células madre
·
Mejora la respuesta al estrés creando
una resistencia interna a los factores estresantes gracias los enzimas
antioxidantes propios, la reparación y reconstrucción de las proteínas, y
mejorar lossistemas de eliminación de residuos tóxicos en el interior de las
células nerviosas.
·
Mejora el estado de ánimo al elevar
los niveles de "nuestros neurotransmisores antidepresivos": dopamina,
norepinefrina y serotonina.
El
TDAH no tiene un método diagnóstico definitivo ni exacto y, a menudo, el
tratamiento con medicación es controvertido y muchos creen, entre ellos
yo, que es una enfermedad sobretratada por la presión de los laboratorios
farmacéuticos que hacen su agosto con ella.
El
Dr. John J. Ratey defiende que debería incluirse el ejercicio físico en el
tratamiento, y que el ejercicio puede reducir o incluso eliminar la
necesidad de la medicación. La razón, como se puede intuir, es sencilla
tras lo dicho hasta ahora; en el TDAH el ejercicio aumenta la concentración
tanto de la dopamina como de la noradrenalina, así como de otras sustancias
químicas cerebrales: el mismo efecto que se consigue con la medicación. Por ese
motivo el Dr. Ratey siempre ha mantenido que una dosis de ejercicio es como
tomar un poco de metilfenidato o similar ; su efecto es idéntico a tomar un
estimulante.
En
EEUU algunas escuelas tienen pausas para hacer ejercicio cada hora, cada par de
horas, o parecidas. Un paciente con TDAH podría beneficiarse de una pausa para
ejercicios de 10-15 minutos cada hora, suficiente para conseguir que se acelere
el pulso durante al menos unos cuantos minutos.
Cuando
tenga tiempo les hablaré del Tread Desk (una
cinta continua para hacer ejercicio mientras se está trabajando con el
ordenador.) El paradigma del ejercicio contra la medicación es el nadador
olímpico Michael Phelps, que fue diagnosticado de TDAH a los 9 años y comenzó a
ser tratado con medicación. Aun así descubrió que le era imposible permanecer
en la escuela. Entonces comenzó a nadar. Cuando alcanzó las 3 horas de
ejercicio diario, no volvió a necesitar la medicación nunca más.
¡Bien,
Dr. Ratley! aunque todavía se están realizando ensayos clínicos específicos con
ejercicio y TDAH. Es evidente que hay un espectro de gravedad en este trastorno
y sólo el ejercicio no sería suficiente pero se logrará que muchos menos niños vayan
medicados. Eso sí, habrá que cambiar un poco, muy poco, el orden de la clase.