Mapeo de dificultades invisibles en la clase de baile
1. Filosofía central
Cada estudiante tiene su forma única de procesar información, sentir, actuar e interpretar el mundo.
Los problemas en la clase no reflejan mala voluntad ni falta de esfuerzo, sino diferencias cognitivas y emocionales.
Entender esto desde el principio permite al alumno y al docente evitar juicios personales, y enfocarse en la observación y comprensión.
2. Tipos de dificultades invisibles
Procesamiento sensorial y cognitivo
Algunos estudiantes se saturan con demasiada información simultánea (ver + escuchar + ejecutar).
Otros requieren instrucciones muy específicas para avanzar.
Memoria y ritmo de aprendizaje
Algunos aprenden rápido pero se estancan; otros tardan pero luego avanzan de forma exponencial.
Diferencias entre memoria técnica, memoria musical y memoria procedural.
Creatividad vs. replicación
Algunos replican movimientos de forma precisa pero no improvisan; otros improvisan con facilidad pero olvidan secuencias.
Interpretación de la corrección
Lo que para unos es ayuda, para otros puede sentirse como crítica.
La percepción del feedback depende de la historia emocional, autoestima y estilo cognitivo.
Gestión emocional y frustración
Bloqueos internos, ansiedad, miedo a entorpecer a la pareja o grupo, sensación de “no avanzar”.
La respuesta emocional ante el error es un indicador del estilo de procesamiento emocional.
Estilos sociales y de conexión
Algunos destacan en complicidad con la pareja o sincronización grupal, aunque su repertorio sea limitado.
Otros tienen un gran repertorio pero menor capacidad de conexión o “flow coral”.
3. Principio fundamental
Estas dificultades no son fallas personales, sino diferencias de procesamiento, percepción y aprendizaje.
La clave al inicio de cualquier taller o clase es ayudar a los estudiantes a entenderse a sí mismos:
Conocer cómo funcionan, cómo aprenden y qué les genera bloqueo o motivación.
Interpretar los problemas de otros como miopía del observador, no como crítica hacia uno mismo.