TDA-H y el fenómeno de “presumir de diagnóstico”
En los últimos años, las redes sociales se han llenado de conversaciones sobre salud mental. Lo que antes se vivía en silencio o incluso con vergüenza, hoy muchas personas lo comparten abiertamente. Entre ellas, destacan quienes tienen un diagnóstico de TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad) y que, en ocasiones, llegan incluso a mostrarlo con orgullo, como parte de su identidad.
A este gesto algunos lo llaman “presumir de diagnóstico”. La expresión puede sonar provocadora, pero detrás de ella hay un fenómeno interesante que merece ser comprendido con empatía.
Del estigma a la visibilidad
Durante décadas, hablar de TDA-H significaba enfrentarse a etiquetas negativas: vago, inmaduro, disperso, inconstante. La mayoría de adultos que hoy reciben el diagnóstico crecieron escuchando críticas en lugar de explicaciones.
En ese contexto, compartir públicamente el diagnóstico no es exhibicionismo: es un acto de reparación y autoafirmación. Decir “tengo TDA-H” puede significar:
-
“Ya sé por qué funciono distinto”.
-
“No estoy solo en esto”.
-
“Mi manera de ser también tiene valor”.
Identidad y comunidad
Cuando alguien habla abiertamente de su diagnóstico, también está buscando a otros con quienes identificarse. Las comunidades en línea han creado un espacio de pertenencia donde las personas con TDA-H pueden reírse juntas de sus olvidos, compartir trucos de organización o simplemente sentirse entendidas.
Desde fuera, puede parecer una moda o incluso un exceso. Desde dentro, es la necesidad humana de comunidad y validación.
Lo positivo de contar con orgullo
Hablar del diagnóstico puede tener efectos muy positivos:
-
Rompe el silencio y ayuda a normalizar la neurodiversidad.
-
Inspira a otros a pedir ayuda o buscar evaluación.
-
Refuerza la autoestima: lo que antes era vergüenza ahora es un rasgo que se puede nombrar sin miedo.
-
Crea referentes: ver a alguien con TDA-H que comparte su experiencia de manera abierta muestra que es posible convivir con el diagnóstico y crecer.
El equilibrio necesario
Por supuesto, un diagnóstico no debería convertirse en una excusa que lo explica todo ni en una identidad rígida que reduce a la persona a tres letras. El reto está en usarlo como herramienta de autoconocimiento, no como cárcel.
Lo importante es reconocer que cada vez que alguien “presume” de TDA-H en redes o en una conversación, no está diciendo “mírenme, soy especial”, sino algo mucho más profundo:
“Estoy aprendiendo a aceptar cómo soy, y quiero que el mundo también pueda hacerlo.”
En resumen
Lo que algunos critican como presumir de diagnóstico es, en realidad, un paso hacia la visibilidad, la autoaceptación y la tolerancia. El TDA-H no es un trofeo ni un estigma: es una parte de la identidad que puede vivirse con humor, con orgullo y con apertura.