El TDAH en el Contexto Judicial: Desafíos y Consideraciones Forenses
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta las funciones ejecutivas del cerebro, incluyendo la atención, la memoria de trabajo y el control de los impulsos. Aunque comúnmente se asocia con la infancia, sus manifestaciones en la adultez pueden tener un impacto significativo en el ámbito legal, tanto para víctimas y testigos como para los propios acusados. A diferencia de la afantasía, que incide en la calidad de la memoria sensorial, el TDAH influye directamente en la capacidad de la persona para procesar, organizar y recuperar información de manera estructurada, lo que plantea serios desafíos para el sistema judicial.
Impacto en Testigos y Víctimas con TDAH
La fiabilidad del testimonio es fundamental en cualquier proceso judicial. Sin embargo, cuando un testigo o una víctima tiene TDAH, su testimonio puede ser interpretado erróneamente.
Dificultades en la narración: Las personas con TDAH pueden tener problemas para organizar su relato de forma cronológica o coherente. Pueden saltar de un punto a otro, introducir detalles irrelevantes o parecer dispersos. Esto no es un signo de falta de sinceridad, sino un reflejo de las deficiencias en la memoria de trabajo y la organización verbal.
Vulnerabilidad a preguntas sugestivas: La impulsividad y la falta de atención sostenida pueden hacer que las personas con TDAH sean más susceptibles a la presión durante un interrogatorio. Pueden responder precipitadamente, aceptar sugerencias implícitas en las preguntas o cambiar su versión, no por mentir, sino por un esfuerzo por complacer o por la dificultad de mantener la concentración en los detalles precisos.
Recuerdo selectivo: La atención de una persona con TDAH puede haberse fijado en aspectos específicos y dejar de lado otros. Por ejemplo, pueden recordar con gran detalle la marca de un zapato, pero no el color de la camisa del sospechoso. Esto puede hacer que su testimonio parezca incompleto o poco fiable.
Implicaciones en Acusados con TDAH
Las ramificaciones del TDAH en un acusado son particularmente complejas y pueden influir en la valoración de la culpabilidad y la responsabilidad penal.
Capacidad de planear y premeditar: En algunos casos, el TDAH se relaciona con una menor capacidad para inhibir impulsos y anticipar las consecuencias de las acciones. Esto no exime de responsabilidad, pero puede ser un factor a considerar en la valoración de la premeditación o el dolo.
Dificultades en el proceso judicial: Un acusado con TDAH puede tener problemas para concentrarse en las instrucciones del juez, seguir el hilo de un interrogatorio o recordar los consejos de su abogado. Esto puede afectar su capacidad para ejercer una defensa adecuada.
Riesgo de falsas confesiones: Al igual que los testigos, los acusados con TDAH son vulnerables a la presión de los interrogatorios. La fatiga mental y el deseo de que el proceso termine pueden llevarlos a confesar delitos que no cometieron. La impulsividad puede anular su juicio en momentos de estrés.
Consideraciones y Buenas Prácticas para la Justicia
Para abordar estos desafíos, se necesitan protocolos que adapten el proceso judicial a las particularidades del TDAH.
Evaluación Forense: Es crucial que un experto forense evalúe al individuo para determinar si el TDAH es un factor relevante. Esta evaluación debe ser rigurosa y no simplemente basarse en un autodiagnóstico.
Adaptación de Interrogatorios y Testimonios: Jueces y abogados deberían ser instruidos sobre cómo interactuar con personas con TDAH. Esto incluye:
Formular preguntas cortas, claras y directas, evitando la doble negación o las preguntas compuestas.
Permitir pausas para que el individuo pueda procesar la información.
Evitar la presión o las preguntas sugestivas que puedan inducir respuestas imprecisas.
Validar el testimonio no por su estructura perfecta, sino por la consistencia de los hechos clave.
Valoración de la Culpabilidad: En la valoración de la responsabilidad penal, se debe tener en cuenta si el TDAH pudo haber afectado la capacidad de la persona para actuar de manera controlada o planificada. Esto no es una excusa, sino un factor que puede modular el juicio.
El TDAH, al igual que la afantasía, nos recuerda que la justicia debe ser flexible y empática con la diversidad neurológica. Incorporar este conocimiento no solo mejora la fiabilidad del testimonio y la equidad del juicio, sino que también refuerza la premisa de que la justicia debe tratar a cada persona de manera individualizada, reconociendo las capacidades y limitaciones inherentes a su condición.