⚙️ Gestión Creativa de la Realidad: Estrategias No Convencionales para Mentes con TDA-H
Una guía para dejar de pelear con uno mismo y empezar a diseñar realidades vivibles
📍Punto de partida:
No existen personas sin contexto.
El TDA-H no se diagnostica en el vacío. Aparece cuando se exige linealidad donde hay espiral, orden donde hay caos fértil, previsión donde hay improvisación lúcida.
Por eso, el trabajo real no es modificar a la persona, sino rediseñar el modo en que se encuentra con el mundo. Y para eso, propones dos verbos claves:
Cuestionar la realidad (darle nuevos significados, preguntarle si es justa, si es útil, si se puede doblar).
Gestionar la realidad (construir sistemas, rutinas, vínculos y trucos que permitan habitarla sin autoboicot).
🛠️ Primera herramienta: El último momento distribuido
Muchas personas con TDA-H no trabajan sin urgencia.
La urgencia activa dopamina, foco, acción.
Pero esperar al “último momento” clásico es peligroso.
Solución:
Crear muchos “últimos momentos artificiales”.
Pequeñas entregas, citas simuladas, acuerdos simbólicos.
No trabajar para una fecha. Trabajar para hoy a las 18:00. Y luego para mañana. Y luego para el martes.
Esta táctica no castiga el estilo TDA-H: lo aprovecha.
🎙️ Segunda herramienta: El truco del ingeniero de sonido
No te enfrentes a la grabación como “momento importante”.
Graba cuando “no es en serio”.
Escribe cuando “solo estás probando”.
Ordena cuando “solo vas a mover esto un poquito”.
Esto activa el sistema motor sin alarma.
Baja la autoconciencia, y con ella el bloqueo.
Se entra en flujo por la puerta lateral del juego, no por la presión del deber.
🤝 Tercera herramienta: Delegar sin depender
Ejemplo brillante:
"Si yo no cocino bien, lavo los platos muy bien."
El equilibrio relacional no pasa por la autosuficiencia, sino por la complementariedad explícita y negociada.
Eso implica:
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Identificar tus puntos ciegos sin culpa.
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Buscar alianzas productivas que te completen, no te corrijan.
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Coordinar roles como si fueras un equipo, incluso en pareja o en casa.
Vivir como un conjunto de roles bien coordinados, más que como un