lunes, abril 07, 2025


El filtro y la plantilla: dos metáforas para comprender el Efecto Tetris en el Coaching para TDA-H
por atencion.org

Cuando hablamos del Efecto Tetris en el contexto del Coaching para personas con TDA-H, nos referimos a una dinámica profunda y muchas veces inadvertida: lo que hacemos de forma repetida no solo modifica nuestra manera de actuar, sino que configura el modo en que interpretamos la realidad. Lo que repetimos moldea nuestra atención, nuestras categorías perceptivas, nuestros automatismos y, en definitiva, el guion invisible con el que caminamos por el mundo.

Pero ¿cómo entender esta influencia? ¿Qué metáfora nos permite captar mejor lo que ocurre cuando una persona con TDA-H repite ciertas conductas, pensamientos o tareas? Aquí se abren dos imágenes potentes: la del filtro y la de la plantilla.

El filtro: dejar pasar y dejar fuera

El filtro representa una selección. Como quien mira el mundo a través de unas gafas con cierto color o que solo permiten ver ciertos detalles, esta metáfora alude a un mecanismo que deja pasar unos estímulos y bloquea otros. Para el TDA-H, cuya atención ya está modulada de forma distinta, el filtro puede ser una herramienta para entrenar el foco: decidir a qué prestar atención y qué dejar de lado.

Por ejemplo, alguien que constantemente revisa si ha olvidado algo puede terminar generando un filtro de “posibles errores”, de tal forma que todo lo que percibe pasa primero por esa criba: ¿está bien hecho? ¿me faltó algo? ¿qué me criticarían? El mundo se convierte en un catálogo de fallos potenciales.

Desde el coaching, intervenir en ese filtro implica diseñar nuevas prácticas atencionales: ejercicios que reorienten la mirada hacia fortalezas, hacia logros, hacia la presencia plena del momento. Es como cambiar el tipo de filtro en la lente.

La plantilla: imponer una forma

La plantilla, en cambio, no solo selecciona: impone forma. Es una figura previa, un molde, una matriz que le da estructura a lo que percibimos. Si el filtro decide qué entra, la plantilla decide cómo encaja.

Una persona con TDA-H que ha sido constantemente corregida puede terminar usando una plantilla de “soy desorganizado” o “nunca termino nada”. Esa plantilla no se limita a filtrar eventos congruentes con esa idea: le da forma a lo vivido. Cuando empieza un nuevo proyecto, ya hay una estructura mental que lo predispone al abandono. Cuando se equivoca, la plantilla le dice: esto confirma lo que ya sabías de ti. La plantilla convierte lo singular en evidencia de lo general.

El coaching aquí requiere otro tipo de trabajo. No basta con redirigir la atención: es necesario cuestionar el molde, ver de dónde proviene, desarmarlo, y crear nuevas plantillas desde la experiencia directa. Se trata de una forma de autoobservación activa, en la que la persona con TDA-H empieza a esculpir su propio modelo interno a partir de nuevas vivencias deliberadamente diseñadas.

Entre la atención y la forma

Ambas metáforas son útiles, pero apuntan a distintos niveles del Efecto Tetris:

  • El filtro actúa sobre la atención: ¿qué veo y qué ignoro?

  • La plantilla actúa sobre la interpretación: ¿cómo organizo lo que veo?

En el Coaching para TDA-H, identificar si lo que interfiere es un filtro mal calibrado o una plantilla rígida permite intervenir con mayor precisión. A veces hay que ayudar a alguien a dejar de mirar solo los peligros. Otras veces hay que cuestionar el marco completo desde el cual interpreta su historia personal.

No se trata de elegir una metáfora sobre la otra, sino de reconocer que el Efecto Tetris opera en múltiples capas. Lo que repetimos instala filtros atencionales, pero también siembra plantillas interpretativas. Así, los hábitos construyen no solo nuestra manera de actuar, sino nuestro modo de estar en el mundo.

No se trata de elegir una metáfora sobre la otra, sino de reconocer que el Efecto Tetris opera en múltiples capas. Lo que repetimos instala filtros atencionales, pero también siembra plantillas interpretativas. Así, los hábitos construyen no solo nuestra manera de actuar, sino nuestro modo de estar en el mundo.

Ahora bien, esta forma de ver también tiene sus límites. El Efecto Tetris —y las metáforas que lo acompañan— puede llevarnos a pensar que todo se reduce a estructuras internas moldeadas por la repetición, como si la mente fuera una hoja en blanco que se adapta pasivamente a lo que se le impone. Pero eso ignora la agencia, la espontaneidad, la resistencia creativa y, sobre todo, el papel del entorno.

Las personas con TDA-H no solo están condicionadas por lo que repiten, sino también por lo que les falta repetir, por lo que no les fue permitido ensayar, por las condiciones materiales, educativas y afectivas que delimitan su campo de juego. El filtro y la plantilla pueden iluminar mucho, pero no alcanzan a explicar el impulso vital que nos lleva a romper con nuestros propios patrones o a crear nuevos sentidos desde la contradicción.

En ese intersticio entre repetición y ruptura, entre estructura y acontecimiento, se juega algo que el coaching debe cuidar: no patologizar la forma en que alguien filtra o moldea su mundo, sino acompañar en el descubrimiento de nuevas posibilidades. Porque si bien el Efecto Tetris es potente, no es destino.

07 de abril de 2025
por atencion.org


Clica Aquí. www.atencion.org