TDA-H y la Adicción al Smartphone: Un Desafío de Impulsos y Autocontrol
La relación entre el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H) y las adicciones tecnológicas es un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años. En particular, el uso excesivo de los teléfonos inteligentes está comenzando a ser reconocido como una adicción similar a las de sustancias como el alcohol o la nicotina, una comparación que, si bien sorprendente, se encuentra respaldada por investigaciones recientes.
El cerebro de las personas con TDA-H tiene características particulares que predisponen a una mayor vulnerabilidad hacia conductas adictivas, y el smartphone, con su constante flujo de información, puede actuar como un detonante. Al igual que otras formas de adicción, como las relacionadas con el tabaco o el alcohol, el uso excesivo del móvil activa circuitos cerebrales asociados con la recompensa y el deseo, especialmente el núcleo accumbens y la corteza cingulada anterior, áreas esenciales en el procesamiento del placer y la gratificación. Esto se traduce en una "búsqueda constante" de recompensas, que se intensifica con cada notificación o interacción en las redes sociales.
Un estudio reciente titulado "Effects of smartphone restriction on cue-related neural activity" pone de manifiesto cómo, al reducir el uso del smartphone durante 72 horas, se activan patrones cerebrales similares a los de la abstinencia por sustancias. Este fenómeno afecta especialmente a los neurotransmisores clave como la dopamina y la serotonina, alterando la regulación emocional y la capacidad de autocontrol. Las personas con TDA-H, cuyo cerebro ya enfrenta dificultades en la gestión de impulsos, pueden experimentar una disminución adicional en la actividad de la corteza prefrontal, la región encargada de tomar decisiones y moderar comportamientos impulsivos.
La relación entre el TDA-H y el uso excesivo de smartphones no es fortuita. Para aquellos con este trastorno, el dispositivo móvil puede convertirse en una herramienta que exacerba su tendencia a buscar estímulos inmediatos. Cada interacción con el teléfono, ya sea revisando las redes sociales o respondiendo mensajes, se convierte en una mini gratificación que refuerza el comportamiento. A largo plazo, este patrón de respuesta instantánea puede dificultar aún más el establecimiento de hábitos de autocontrol y de concentración sostenida.
La solución no radica solo en la abstinencia total, sino en la implementación de estrategias que fomenten un uso más consciente y controlado de la tecnología. El coaching TDA-H puede ofrecer herramientas efectivas para mejorar la regulación emocional y cognitiva. La clave está en ayudar a las personas a desarrollar habilidades de introspección y autoobservación que les permitan reconocer sus patrones de conducta y diseñar intervenciones personalizadas. Establecer tiempos de descanso tecnológico, practicar mindfulness y trabajar en la tolerancia a la frustración son algunas de las estrategias que pueden ayudar a reducir la dependencia del smartphone.
En el fondo, la reflexión sobre el uso del móvil nos invita a reconsiderar nuestras prioridades. ¿Estamos utilizando la tecnología de manera que nos beneficia, o nos hemos convertido en sus prisioneros, dejando que interrumpa nuestra capacidad de enfocarnos y vivir en el presente? Para aquellos con TDA-H, la gestión de estas herramientas debe ser tratada como parte integral de su desarrollo personal, en un proceso que promueva el autocontrol, la autocompasión y la serenidad frente a las distracciones tecnológicas.
Marzo 2025