Coaching para el TDA-H: Rodearse de los Mejores Momentos y los Mejores YoEs
En la vida, no siempre somos la mejor versión de nosotros mismos. Hay días en los que nuestra mente parece estar más lúcida, organizada, incluso inspirada, y otros en los que todo parece difuso y fuera de control. Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos aprender a rodearnos de esos momentos de claridad, extraer de ellos las mejores estrategias y, lo más importante, aprender de ellos cuando nos enfrentamos a los momentos de oscuridad? El coaching para el TDA-H puede ser la clave para crear un espacio donde uno no solo se rodea de sus mejores momentos, sino también de sus mejores yoEs. De esta manera, cada paso hacia el autoconocimiento se convierte en una oportunidad para acceder a la mejor versión de uno mismo, incluso cuando parece estar más distante.
1. Conectar con el Yo Más Lúcido: Extrayendo lo Mejor de Cada Momento
Los momentos de lucidez, cuando nuestra mente se encuentra en su punto máximo de claridad, son esenciales para establecer estrategias efectivas. Es en estos momentos cuando las ideas fluyen con facilidad y los planes se desarrollan con fluidez. El coaching puede ser el puente entre esos momentos y la vida diaria, ayudando a que las personas con TDA-H se conecten con sus mejores pensamientos y los utilicen como punto de partida para enfrentar los días más difíciles. Además, este momento de claridad es el más propenso para la escritura reflexiva: llevar un diario de vida, escribir ensayos o incluso libros durante estos momentos puede convertirse en un vehículo invaluable de autoconocimiento. Al registrar pensamientos y emociones, uno no solo captura la esencia de su lucidez, sino que también establece una conexión profunda con su propio ser.
2. Rodearse de los Mejores YoEs: Aprender de los Altibajos
Lo que define el progreso personal no es solo la capacidad de tener pensamientos inspirados, sino también la habilidad de aprender de los momentos en los que nuestra mente no está en su mejor forma. El coaching para el TDA-H permite integrar ambas partes: los momentos de claridad y los de confusión. Aprender a rodearse de los mejores yoEs, aquellos momentos en los que uno está más centrado y funcional, es un ejercicio que va más allá del mero éxito. Escribir sobre las fluctuaciones emocionales, los altibajos del día a día, permite que uno se observe desde una perspectiva más amplia. A través de un ejercicio constante de reflexión escrita, se puede acceder a las mejores versiones de uno mismo, incluso en los días más complejos. Este proceso crea un espacio de aprendizaje continuo, donde la escritura se convierte en una herramienta de autodescubrimiento y crecimiento.
3. Creación de un Espacio Personal de Excelencia: La Fusión de Pensamientos y Acciones
Al final, el objetivo del coaching es construir un espacio donde no solo se acepten las oscilaciones naturales de la mente, sino que se utilicen a favor del bienestar personal. Crear una estructura flexible que permita a las personas con TDA-H navegar tanto los días lúcidos como los más complejos es clave para mantener un equilibrio. Este enfoque permite que cada paso dado, incluso los más inciertos, se transforme en una oportunidad para ser una mejor versión de uno mismo. La práctica constante de la escritura, como herramienta de reflexión, se convierte en una forma poderosa de aprender no solo de los momentos luminosos, sino también de los más oscuros. Al escribir, uno se retroalimenta de sí mismo, construyendo un archivo interno de sabiduría que puede ser consultado y utilizado para futuras decisiones y desafíos.
A través del coaching, es posible rodearse de los momentos y las versiones más brillantes de uno mismo, creando un ciclo continuo de crecimiento personal y aprendizaje. Al escribir sobre estos momentos y reflexionar sobre ellos, uno no solo aprende a manejar el TDA-H, sino también a abrazar cada aspecto de su vida como una oportunidad para crecer y mejorar.
Fecha: 15 de marzo de 2025