"El Precio de la Superficialidad: Coaching TDA-H y las Soluciones Fáciles que Nos Desvían de lo Importante"
En el ámbito tecnológico, muchas veces las soluciones más efectivas son aquellas que requieren mayor complejidad, pero también un mayor costo y dedicación. Un ejemplo claro de esto es el caso del Technicolor, que, aunque ofreció una calidad de imagen superior, fue desplazado por métodos más baratos y de fácil implementación, como el Eastmancolor. Aunque la calidad de la tecnología más costosa era indiscutible, el Technicolor se vio opacado por opciones más accesibles, pero menos robustas. Esta tendencia hacia la simplificación y la reducción de costos ha permeado diversos campos, incluido el coaching TDA-H, donde se imponen soluciones aparentemente fáciles y rápidas, pero vacías de profundidad y relevancia.
El coaching TDA-H se ha visto invadido por propuestas simplistas que prometen cambios rápidos y resultados inmediatos. Técnicas y métodos que apelan a la motivación instantánea y a la "superficialidad emocional" se venden como la solución al trastorno, pero no hacen frente a las verdaderas barreras que enfrentan las personas con TDA-H. Es en este contexto donde surgen las "agendas ocultas": mecanismos psicológicos invisibles que interfieren con nuestras metas y nos desvían de lo realmente importante. Las soluciones fáciles, por más atractivas que sean, no abordan estas dinámicas subyacentes. En lugar de mirar en profundidad el complejo entramado de evitación, procrastinación y conflictos internos, se prefieren estrategias que simplemente "alivian" los síntomas, sin transformar lo que realmente necesita cambiar.
Este enfoque superficial es el equivalente al paso de tecnologías que, por ser más accesibles, no eran necesariamente mejores. El verdadero cambio requiere, como en las antiguas técnicas cinematográficas, un sistema que combine diversas estrategias de forma integrada. Al igual que el técnico de las películas en tres capas de color, necesitamos abordar el TDA-H desde una perspectiva más compleja y holística, que no se quede en la fachada de soluciones rápidas. El trabajo genuino pasa por desentrañar las capas más profundas de la mente, por reconocer y confrontar las agendas ocultas y los patrones de evitación que nos sabotean, un proceso que, aunque laborioso, es mucho más eficaz que los atajos que nos venden como soluciones mágicas.
En última instancia, las propuestas simplistas que predominan en el coaching TDA-H no son más que una falsa promesa de éxito inmediato. En lugar de aportar soluciones duraderas, terminan siendo una réplica barata de lo que realmente se necesita: un enfoque que, como las tecnologías más costosas y elaboradas, demande tiempo, esfuerzo y, sobre todo, una comprensión profunda de los procesos internos que, finalmente, son los que nos permitirán alcanzar nuestras metas.