lunes, marzo 24, 2025

Creencias y TDA-H: No Cambian por Repetirlas, Sino por Desafiarlas

Las personas con TDA-H suelen arrastrar una serie de creencias limitantes que se han ido construyendo a lo largo de los años. "Soy desorganizado", "siempre fracaso en lo que intento", "no puedo concentrarme en nada", son solo algunas de las ideas que se repiten con frecuencia. Frente a esto, muchas corrientes de desarrollo personal proponen un enfoque basado en afirmaciones positivas: repetir constantemente frases como "soy organizado" o "tengo buena concentración" con la esperanza de que el cerebro las termine aceptando como verdaderas.

Sin embargo, el problema con este enfoque es que la mente no cambia simplemente porque le digamos algo diferente. Si una persona ha acumulado años de evidencia que refuerza una creencia negativa, la mera repetición de una frase contraria no basta para modificar su estructura cognitiva. De hecho, si la afirmación es demasiado lejana a la realidad percibida, el efecto puede ser el contrario: en lugar de inspirar confianza, genera rechazo e incredulidad.

La transformación ocurre en la práctica

Lo que realmente cambia una creencia no es repetirla como un mantra, sino someterla a la prueba de la realidad. En el coaching para TDA-H, esto implica diseñar pequeñas experiencias donde la persona pueda desafiar de manera controlada sus propias expectativas.

Por ejemplo, alguien que cree que "siempre olvida las cosas importantes" puede probar estrategias concretas para recordarlas, como el uso de alarmas o listas visuales. Con el tiempo, al notar que estos métodos funcionan, empezará a cuestionar su creencia inicial. No porque alguien le haya dicho que "sí puede recordar las cosas", sino porque ha visto con sus propios ojos que hay una forma efectiva de hacerlo.

Este enfoque es especialmente importante en personas con TDA-H, porque muchas de sus creencias limitantes se han formado a partir de experiencias reales de dificultad. Por eso, el cambio no puede basarse solo en palabras, sino en experiencias concretas que demuestren que existen alternativas.

La clave está en la evidencia

El proceso de transformación de creencias no ocurre de la noche a la mañana. Requiere tiempo, paciencia y una estrategia que permita acumular pequeñas evidencias de que la realidad es más flexible de lo que parecía.

En lugar de obligarnos a creer algo nuevo sin pruebas, podemos empezar preguntándonos: ¿Y si esta creencia no fuera tan cierta como pienso? Luego, con pequeñas acciones, podemos ir construyendo una nueva versión de nuestra historia, basada en experiencias reales en lugar de suposiciones del pasado.

Porque al final, las creencias no cambian porque las repitamos, sino porque las desafiamos.

atencion.org
17 de marzo de 2025




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