Coaching y TDAH: Cómo transformar el reto en motivación
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es, para muchas personas, un desafío constante. No se trata solo de dificultades con la atención o el control de impulsos, sino de una forma particular de experimentar el mundo, donde la mente siempre está en movimiento, buscando estímulos y nuevas conexiones. Desde el coaching, la clave no está en evitar la dificultad, sino en abrazarla como parte del proceso de crecimiento.
La tensión como motor de cambio
Cuando algo nos exige un esfuerzo extra, es fácil caer en la frustración o el agotamiento. Sin embargo, esa tensión interna puede convertirse en un estímulo para el desarrollo. Muchas personas con TDAH funcionan mejor bajo presión, no porque disfruten del estrés, sino porque este les proporciona la activación necesaria para enfocarse. La clave está en canalizar esa energía hacia objetivos concretos.
En este sentido, el coaching no busca eliminar la tensión, sino redirigirla para que se convierta en combustible. En lugar de ver la dificultad como un obstáculo, la abordamos como una oportunidad para aprender, definir estrategias y mejorar el rendimiento.
La importancia del interés y la motivación
Para alguien con TDAH, la motivación es un factor determinante. Si una tarea no despierta interés, el esfuerzo por concentrarse será monumental. Pero cuando un desafío resulta estimulante, la hiperfocalización puede convertir a la persona en alguien extraordinariamente productivo. Aquí es donde entra en juego la idea de diseñar estrategias que alineen las tareas con los intereses personales:
- Convertir lo aburrido en un juego: Introducir dinámicas de gamificación o desafíos personales puede hacer que una tarea monótona se vuelva atractiva.
- Aprovechar la creatividad: Muchas personas con TDAH tienen una imaginación poderosa. Usar estrategias visuales, narrativas o kinestésicas puede ser clave.
- Establecer tiempos límite y recompensas: Plazos cortos y metas claras pueden ayudar a mantener la motivación sin caer en la procrastinación.
Definir un propósito claro
Así como un actor necesita construir bien su personaje para que tenga sentido dentro de una historia, cualquier persona con TDAH se beneficiará enormemente de definir un propósito claro en lo que hace. Cuando hay una razón potente detrás de una meta, la motivación se mantiene incluso en los momentos difíciles.
El coaching ayuda a encontrar esa conexión entre la tarea y el propósito, reforzando la autoconfianza y la sensación de control. No se trata de evitar la dificultad, sino de utilizarla como una señal de que estamos en el camino del crecimiento. Como bien decía alguien apasionado por su trabajo: “Las cosas difíciles son las cosas que te hacen estar en tensión, y esa tensión es la que te lleva a definir bien tu personaje”. Lo mismo ocurre en la vida: los retos nos ayudan a definir quiénes somos.
Fecha: 2025-03-21