Aquí tienes algunas ideas prácticas para ayudar a un joven que no está asistiendo a clase y se siente presionado por sus padres:
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Establecer una rutina estructurada: La falta de asistencia puede generar un sentimiento de desconexión. Crear una rutina diaria con horarios fijos para estudiar, descansar y realizar otras actividades puede ofrecerle estructura y reducir el estrés.
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Buscar un propósito personal: Reflexionar sobre los motivos personales para estudiar puede ayudar a encontrar motivación. Si no ve el valor inmediato en la carrera, podría explorar cómo sus estudios se alinean con sus intereses a largo plazo.
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Dividir el trabajo en bloques pequeños: El temor de enfrentar todo el contenido académico puede generar parálisis. Dividir las tareas en bloques más pequeños y alcanzables puede hacer que se sienta menos abrumado.
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Hablar con sus padres: Mantener un diálogo abierto con los padres sobre las preocupaciones puede ser clave. Quizás se pueda negociar un plan de acción para mejorar la situación académica en lugar de enfrentarse solo a la presión.
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Buscar apoyo académico o terapia: Si la falta de asistencia a clases se debe a problemas emocionales o dificultades para concentrarse, podría ser útil buscar apoyo académico o incluso terapia para trabajar en los bloqueos internos.
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Explorar alternativas para completar la carrera: Existen opciones como clases en línea, tutorías personalizadas o incluso cambiar de modalidad para adaptarse mejor a sus necesidades. Investigar alternativas podría aliviar la sensación de presión.
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Fomentar el autocuidado: El estrés puede aumentar cuando se descuida la salud emocional y física. Asegurarse de descansar bien, hacer ejercicio y mantener una alimentación adecuada puede mejorar su bienestar general y, en consecuencia, su rendimiento académico.
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Reconocer los logros pequeños: Celebrar cada paso, por pequeño que sea, puede ayudar a aumentar la confianza y la motivación. Cada avance en la recuperación del compromiso académico es una victoria.
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Establecer un sistema de recompensas: Crear un sistema de recompensas por cumplir con ciertas tareas o metas podría ofrecerle incentivos adicionales para retomar el estudio de manera gradual.
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Buscar un mentor o alguien de confianza: Hablar con un amigo, un hermano mayor o alguien de confianza que haya pasado por situaciones similares puede ofrecerle consejos prácticos y apoyo emocional.
Este proceso es complejo y requiere paciencia, pero pequeñas acciones concretas pueden generar un cambio positivo.