5. El pasado en reconstrucción: la memoria como guion en constante edición
La historia de una persona con TDAH no está escrita en piedra. No es un relato fijo que se mantiene inmutable con el tiempo, sino una narración en continua reescritura. La memoria no es un archivo estático, sino un guion que se edita constantemente a medida que se van obteniendo nuevos resultados en el presente y se proyectan futuros posibles.
El pasado no es lo que fue, sino lo que hoy creemos que fue
La mente no recuerda el pasado como un registro preciso, sino como una historia que se reconstruye desde el presente. Lo que hoy parece un error imperdonable, en otro momento puede verse como una lección necesaria. Un fracaso que alguna vez generó vergüenza puede resignificarse como el inicio de un camino exitoso.
El TDAH acentúa este fenómeno porque la memoria funciona de manera fragmentada y emocional. No se recuerda todo con la misma claridad ni con la misma carga afectiva. Hay momentos que se desvanecen, mientras que otros se graban con una intensidad desproporcionada. Y lo más importante: lo que recordamos del pasado cambia de acuerdo con lo que estamos viviendo en el presente.
Por ejemplo, si alguien con TDAH logra completar un proyecto después de años de lucha con la procrastinación, su memoria de ese proceso cambia. Lo que antes se sentía como una serie de fracasos ahora se ve como una evolución necesaria. En cambio, si en el presente se enfrenta a dificultades, la mente puede reinterpretar su historia con una narrativa pesimista, donde los errores pasados parecen confirmar la idea de que siempre ha sido así y siempre será igual.
El futuro proyectado cambia el significado del pasado
El pasado no solo se reinterpreta a partir del presente, sino también desde las expectativas de futuro. Si una persona con TDAH cree que está avanzando hacia algo positivo, tenderá a ver su historia como una trayectoria de crecimiento, donde cada obstáculo tuvo su propósito. Pero si el futuro se percibe incierto o inalcanzable, el pasado se revisa con una óptica de frustración y derrota.
Esta dinámica es clave en el coaching para TDAH, porque permite trabajar activamente en la narrativa personal. No se trata solo de mejorar la gestión del tiempo o la atención, sino de ayudar a la persona a reconstruir su propia historia de una manera más útil y realista.
Reescribir el pasado para cambiar el presente
Dado que la memoria es maleable, cambiar la forma en que se interpreta el pasado tiene un impacto directo en cómo se vive el presente. No se trata de mentirse o de negar lo que ocurrió, sino de encontrar nuevos significados en la historia vivida.
Ejercicios como escribir la propia historia desde una perspectiva diferente, imaginar versiones alternativas de un evento pasado o identificar momentos en los que se superaron dificultades pueden ayudar a generar una narrativa más funcional. Al cambiar la historia que nos contamos a nosotros mismos, también cambia la forma en que enfrentamos los desafíos actuales.
El pasado no es un destino inamovible, sino una construcción en constante evolución. Lo que hoy parece una limitación puede, con el tiempo, convertirse en la clave de una historia de éxito. Y cada día, con cada nueva experiencia, la historia sigue escribiéndose.