sábado, diciembre 30, 2023

La terapia conductual se asemeja a jugar un juego de rol de varias maneras.

La terapia conductual se asemeja a jugar un juego de rol de varias maneras. En ambos casos, estás inmerso en un proceso de descubrimiento y crecimiento personal.


En la terapia conductual, identificas patrones de comportamiento y pensamiento, al igual que al identificar las habilidades y características de un personaje en un juego de rol. Al comprender estas características, puedes trabajar en fortalecerlas o modificarlas, similar a cómo se desarrollan las habilidades de un personaje a lo largo del juego.


El proceso de la terapia, al igual que en un juego de rol, implica aprender nuevas estrategias y habilidades para abordar desafíos específicos. En el juego, avanzas a través de niveles, mientras que en terapia, avanzas a través de sesiones, practicando y enfrentando desafíos más complejos a medida que progresas.


Ambos también involucran un proceso de prueba y error: en la terapia, se intentan diferentes enfoques para manejar situaciones, al igual que en un juego de rol donde pruebas distintas estrategias para superar obstáculos.


La terapia con un enfoque conductual se asemeja a los juegos de rol en el sentido de que avanzas desbloqueando nuevas habilidades que te dan acceso a otras destrezas. Al igual que en un juego donde abres nuevos territorios para explorar, en la terapia vas quitándole espacio al miedo.


La terapia cognitivo-conductual se asemeja a un juego de rol donde no interpretas un solo personaje, sino varios con historias, miedos y objetivos que se entrelazan. En este juego, es crucial tener una visión panorámica de tu vida: tus roles, los valores que los impulsan, la comunicación, además la importancia les das y cómo se equilibran en general.


Al explorar este panorama, se obtiene información valiosa para establecer objetivos significativos. Es como redactar un guion para cada uno de tus roles, reconociendo cómo interactúan y se influyen entre sí. Esta comprensión profunda facilita la identificación de áreas donde puedes mejorar y te ayuda a establecer metas concretas y alineadas con tus valores, como si fueras el guionista de una gran historia donde cada personaje tiene un papel fundamental.


En la terapia cognitivo-conductual y en los juegos de rol, es común quedar atrapado en una etapa o situación, repitiendo la misma acción una y otra vez, similar a un burro intentando romper una pared con la cabeza y, al no lograrlo, intenta con más fuerza.


Durante la terapia, identificaremos estos bucles o loops que te mantienen estancado, explorando qué los ha informado y cómo se mantienen en tu vida. Es como desentrañar la narrativa detrás de cada situación repetitiva para comprender qué te impulsa a seguir repitiendo esa acción, aunque no te lleve al resultado deseado.


El objetivo es analizar qué papel desempeñas tú en estos bucles: qué acciones repites, qué pensamientos predominan y cómo influyen tus emociones en este proceso. Al identificar estos patrones, podemos trabajar juntos para romper el ciclo, explorar nuevas estrategias y encontrar formas más efectivas de avanzar hacia tus metas.


La terapia cognitivo-conductual para adultos es similar a los juegos de rol, donde tu personaje viene con una señal de fábrica: una tendencia a catastrofizar, una amígdala hiperactiva y un lóbulo frontal que lucha por controlar emociones intensas. En este proceso terapéutico, se trabaja en entrenar herramientas y habilidades para comprender cómo funcionan tus pensamientos.


Se trata de aprender a anticipar situaciones que puedan desregular tus emociones y saber cómo actuar cuando esas emociones ya están en pleno curso. Es como adquirir habilidades especiales en el juego, pero en la vida real, donde aprendes a identificar patrones de pensamiento que desencadenan reacciones emocionales intensas y a utilizar estrategias específicas para regularlas en el momento adecuado. Este entrenamiento te ayuda a manejar mejor las situaciones desafiantes y a tomar decisiones más conscientes y efectivas en tu vida diaria.


La terapia con enfoque conductual se asemeja a los juegos de rol en la manera en que ambos utilizan un sistema de registro para nuestro historial. En la terapia, tu agenda personal es crucial; es como tu bitácora de vuelo, el libro que detalla tu viaje. Es el lugar donde planificas la aventura de descubrirte a ti mismo.


En esta agenda, se compone música con tus distintos roles, deseos y altibajos de la vida. Es un espacio vivo que se adapta a medida que avanzas, registrando avances y dificultades. Al igual que en un juego de rol, donde registras cada logro, cada desafío superado y cada estrategia aprendida, tu agenda terapéutica es el archivo de tu crecimiento, donde reflejas tu progreso y evolución en tu vida cotidiana.


La agenda de una persona es como un reflejo de su vida diaria y sus prioridades.


Revela cómo invierten su tiempo, qué les importa y cómo organizan sus actividades.


Somos una suma de nuestras acciones, y la agenda es un testimonio claro de quiénes somos y qué valoramos en el día a día.


Es un registro fiel de nuestras elecciones, compromisos y metas, lo que nos brinda una visión precisa del presente de una persona.


Si quieres adivinar el presente de una persona, simplemente revísale la agenda: somos lo que hacemos.