sábado, junio 24, 2023

¿Por qué después del alivio del diagnóstico de TDA-H, ahora estoy peor?

Por qué después del alivio del diagnóstico de TDA-H, ahora estoy peor?

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDA-H) es una condición neuropsiquiátrica que afecta tanto a niños como a adultos. Obtener un diagnóstico preciso de TDA-H puede ser un alivio para muchas personas, ya que finalmente pueden entender las razones detrás de sus desafíos diarios. Sin embargo, es posible que algunas personas experimenten una sensación de empeoramiento después de recibir el diagnóstico. En este artículo, exploraremos las posibles razones detrás de esta situación y cómo abordarla de manera efectiva.

 

El proceso de diagnóstico y sus implicaciones emocionales

El diagnóstico de TDA-H puede ser un proceso liberador y esclarecedor para muchas personas. Les brinda una explicación de sus dificultades cognitivas y de atención, y les permite acceder a tratamientos y apoyos específicos. Sin embargo, también puede generar una variedad de emociones contradictorias, como alegría, alivio, confusión y frustración.

 

Después de recibir el diagnóstico, es común que las personas pasen por una etapa de adaptación emocional. Pueden sentirse abrumadas por la cantidad de información nueva que deben procesar y pueden surgir sentimientos de tristeza o incluso enojo. Además, algunas personas pueden experimentar un mayor estrés o ansiedad debido a la responsabilidad de gestionar su condición de manera efectiva.

 

Expectativas y ajuste a la nueva realidad

Otra razón por la cual algunas personas pueden sentirse peor después del diagnóstico de TDA-H es debido a las expectativas que se generan. A menudo, se espera que el diagnóstico sea un punto de inflexión en el que todas las dificultades desaparezcan de inmediato. Sin embargo, la realidad es que el tratamiento del TDA-H implica un enfoque multidimensional y a largo plazo.

 

Es posible que después del diagnóstico, las personas se den cuenta de que el tratamiento no es una solución rápida y mágica. Pueden enfrentar desafíos adicionales al encontrar las estrategias y terapias adecuadas para manejar su condición. Esto puede generar sentimientos de decepción o desesperanza, ya que pueden esperar una mejora instantánea que no se materializa.

 

La importancia de la educación y el apoyo adecuado

Para abordar estos sentimientos de empeoramiento después del diagnóstico, es esencial contar con una educación adecuada sobre el TDA-H y tener acceso a un apoyo adecuado. La comprensión de la condición y sus implicaciones puede ayudar a ajustar las expectativas y promover una perspectiva más realista sobre el proceso de tratamiento.

 

Es fundamental buscar apoyo de profesionales especializados en TDA-H, como médicos, psicólogos y terapeutas. Estos expertos pueden brindar orientación personalizada, estrategias de manejo y apoyo emocional. Participar en grupos de apoyo con personas que comparten experiencias similares también puede ser beneficioso, ya que brinda la oportunidad de compartir desafíos, aprender de las experiencias de otros y recibir apoyo mutuo.

 

La importancia de la autocompasión y el autocuidado

Además de recibir apoyo externo, también es fundamental cultivar la autocompasión y el autocuidado. Es normal sentirse abrumado o frustrado ante los desafíos del TDA-H, pero es importante recordar que la autocrítica y la exigencia excesiva solo empeorarán la situación.

 

Practicar la autocompasión implica tratarse con amabilidad y comprensión frente a las dificultades. Reconocer que el TDA-H es una condición neuropsiquiátrica que presenta desafíos legítimos y aprender a aceptar las propias limitaciones sin juzgarse duramente. Esto implica tomar descansos cuando sea necesario, establecer límites adecuados, cuidar la salud física y emocional, y buscar actividades que brinden bienestar y satisfacción.

 

Además, es importante recordar que cada persona con TDA-H es única y su experiencia puede variar. Algunas personas pueden experimentar una mejora significativa en su calidad de vida después del diagnóstico y encontrar estrategias efectivas para manejar sus síntomas. Sin embargo, otras pueden enfrentar desafíos persistentes y requerir un enfoque más individualizado en el tratamiento.

 

En resumen, es normal que algunas personas se sientan peor después de recibir el diagnóstico de TDA-H. Esto puede deberse a una variedad de factores, como la adaptación emocional, las expectativas poco realistas y la falta de apoyo adecuado. Es fundamental buscar educación, apoyo profesional y cultivar la autocompasión y el autocuidado para manejar estos sentimientos y desarrollar estrategias efectivas para vivir bien con el TDA-H. Recuerda que cada persona es única y el proceso de ajuste puede llevar tiempo, pero con el apoyo adecuado, es posible encontrar el equilibrio y la satisfacción en la vida diaria.


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