Siempre es más fácil creer «Si él o ella
cambiara, yo sería feliz». No está en nuestra
mano cambiar a los otros. Pero sí tenemos control sobre lo que nosotros hacemos. Si deseas que otro cambie,
quizás puedes pensar en lo que harías si esa
persona cambiara. Descubre una imagen clara de las cosas que podrías hacer o serías capaz de hacer si esa
persona cambiara. Luego piensa en algo muy
pequeño desde esa visión, y hazlo independientemente. Puede quitarle presión
a tu pareja y darte una nueva perspectiva de lo que eres capaz de hacer.
Piensa en una relación actual que valores pero con la que no estés completamente satisfecho. Si pudieras cambiar a la otra persona de esa relación, ¿qué cambiarías?
Como
resultado del cambio de esa persona, ¿qué podrías hacer de una forma diferente? Enumera distintas acciones.
¿Qué diferencia representaría para ti hacer esas cosas?
Al hacer
esas cosas, ¿qué haría aparecer
en ti, como persona?
¿Qué
notarían otros en ti a medida que empiecen a verte hacer esas cosas a pequeña
escala?
¿Cuándo puedes empezar
a valorarte y creer en ti?
Durante la semana que viene, intenta
hacer algo a muy pequeña
escala que haga emerger en ti lo que valoras
y crees sobre ti.