Patios coeducativos para combatir la 'dictadura' de la pelota en los colegios
Las líneas de los campos de fútbol establecen una
"enorme frontera" que delimita los espacios ocupados por los niños y
"arrincona" a las chicas y las limita a un papel secundario.
Un decreto de inclusión y equidad del Gobierno valenciano
pretende identificar las barreras físicas y virtuales en los centros educativos
para poder eliminarlas
Miguel Giménez
Los niños a la pista, las niñas a las orillas: el machismo
de patio de colegio
El patio del colegio está, tradicionalmente, colonizado por
los juegos de pelota con los niños invadiendo la mayor parte del espacio y
relegando a las chicas a un papel secundario. El balón se convierte en un medio
de discriminación entre clases, entre quienes les gusta el fútbol (y dentro de
éstos entre quienes juegan bien y quienes no lo hacen tan bien) y quienes no
les gusta.
Desde diferentes administraciones, como es el caso de la
Generalitat Valenciana, se está trabajado en cambiar esta tendencia a través de
proyectos de innovación desde el punto de vista coeducativo. "Cada vez son
más los centros con patios inclusivos", alrededor de un 10% (unos 600)
según informan desde la Conselleria de Educación.
Todo surge, explica el director general de Política
Educativa, Jaume Fullana, a raíz de una jornada informativa celebrada el 1 de
abril de 2017 titulada 'Edusiona’t amb els espais educatius' en la que
participaron unos 400 profesionales y en la que se presentaron un total de
nueve experiencias de centros.
"La clave es que la configuración del patio
determina un público determinado", apunta Fullana, quien explica cómo las líneas
del campo de fútbol establecen una "enorme frontera" que facilita que
los espacios centrales de las zonas de recreo estén ocupados
"principalmente" por los niños y las chicas queden "arrinconadas
y con un papel secundario".
El objetivo de la Conselleria, sostiene, es
cambiar esos roles, "y para eso debemos saber la escuela que
queremos".
Para ello, se han abierto espacios de reflexión y diálogo
con el objetivo de escuchar a los expertos y "mirar hacia el interior de
las escuelas". Así, se han llevado a cabo diversas experiencias y
proyectos en numerosas escuelas por todo el territorio valenciano y "los
que funcionan, se repiten".
Algunas de estas experiencias consisten en la redistribución
de zonas en los patios, diferenciando entornos y democratizando el espacio. De
este modo, en determinados proyectos se reserva una zona para juegos de pelota,
pero también otras para otros usos; se habilitan zonas verdes y huertos
educativos; se pintan en el suelo 'tableros' para juegos tradicionales como el
'sambori' (rayuela), el tres en raya, las carreras de chapas, el fútbol con
chapas, el twister... convirtiendo el patio en un lugar de ocio pero también de
aprendizaje, a través de juegos inclusivos y no excluyentes.
Todo ello, desarrollado a partir del decreto de inclusión y
equidad que busca identificar las barreras (físicas y virtuales) y eliminarlas
tanto en el centro y su entorno como en la clase.
Este decreto tiene por objeto establecer y regular los
principios y las actuaciones encaminadas al desarrollo de un modelo inclusivo
en el sistema educativo valenciano "para hacer efectivos los principios de
equidad e igualdad de oportunidades en el acceso, participación, permanencia y
progreso de todo el alumnado, y conseguir que los centros docentes se
constituyan en elementos dinamizadores de la transformación social hacia la
igualdad y la plena inclusión de todas las personas, en especial de aquellas
que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad y en riesgo de
exclusión".
Aunque el camino es largo y todavía queda mucho trecho por
recorrer, ya se están dando pasos importantes y decididos hacia la igualdad
real en las escuelas, hacia la democratización de los patios de recreo.
#democratizarelrecreo