http://solucionesparatdah.blogspot.com.es/2015/06/autoestima-y-tdah-i.html
Autoestima y TDAH I
Uno de los efectos comunes del TDAH en las personas que lo
padecen es la presencia de una baja autoestima. Mucho se habla de esta mágica
palabra pero ¿sabemos realmente qué significa y qué mecanismos implica? Para
empezar diremos que la autoestima es la valoración emocional que hacemos al
pensar sobre nosotros mismos. Es algo así como las emociones que sentimos al
escuchar nuestro propio nombre o al vernos reflejados en alguna parte, si
aceptamos a esa persona de la que hablan o que vemos reflejada en el espejo o
no, si confiamos en ella o no…
Para entender cómo llegamos esa valoración final hemos de
hablar primero del auto-concepto. El auto-concepto es de alguna manera el
filtro cognitivo que tenemos construido mediante el que nos representamos a
nosotros mismos (nuestras fortalezas y debilidades) y por el que se categorizan
todas nuestras vivencias. Este “filtro”
está condicionado por dos tipos de factores:
Internos como nuestras creencias, valores, identidad,
etc…
Externos como el
ambiente en el que nos desenvolvemos y las respuestas que recibimos de él.
Lo externo puede influir en lo interno y viceversa, así por
ejemplo un niño con TDAH puede no obtener resultados deseados en un examen,
mientras observa que los demás compañeros si los obtienen. En casa, sus padres
además le comparan constantemente con otros niños de la familia (sus primos,
hermanos, etc…) No es raro que todo este cúmulo de experiencias sean
generalizadas y hagan llegar al niño a unas conclusiones como que no vale para
estudiar. A partir de este momento la realidad que percibirá será distorsionada,
atribuyendo sus fallos en lo académico a su falta de aptitud y eliminando los
casos en los que objetivamente sí pudiera tener una buena aptitud.
Si por el contrario el mismo niño es diagnosticado de manera
temprana con TDAH y tanto sus padres como su terapeuta saben cómo inculcarle
que él tiene unas capacidades intelectuales tan buenas como otro niño o niña de
su clase y saben probarlo con hechos objetivos. Además de demostrarle una
aceptación incondicional, pase lo que pase. Es muy posible que aunque en el
futuro tenga que vivir por situaciones poco agradables (ya que por mucho que
nos empeñemos el mundo no está adaptado al TDAH) sabrá que él puede aprender de otra manera y
tendrá el coraje de superar las adversidades, lo que contribuirá a construir
una fuerte personalidad. Este proceso no sólo puede aplicarse al ámbito
académico sino también a lo
socio-emocional, a lo físico y a lo profesional.
Afortunadamente, cada vez son más los casos de niños o niñas
con TDAH que se detectan a tiempo y sobre los que se puede construir un buen
auto-concepto que se traduzca en una fuerte autoestima. Sin embargo, aún quedan
muchos casos entre adolescentes y adultos que tuvieron dificultades para
desarrollar una autoestima sana y en los que aunque sean conscientes hoy día de
sus dificultades pasadas aún conservan esos mecanismos de generalización,
distorsión y eliminación que desarrollaron de manera inconsciente en su
infancia. Librarse de ellos no es tarea fácil y requiere de un gran ejercicio
de consciencia unido a experiencias de éxito que logren desarrollar ese
“sistema inmunitario de la conciencia” que es la autoestima.
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