- "Además de prestar
atención cuando nos dan a conocer a una persona, utilicemos la memoria visual,
no solo la verbal", manifiesta Antonio Yusta. "Del rostro de una
persona se recuerda lo más extremo, por ejemplo, una nariz prominente. Un detalle
exagerado de la cara puede ayudarnos a recordar el nombre”, añade.
- “Asociemos el nombre de
una persona a ejercicios nemotécnicos, como recordar sus iniciales. Será más
sencillo después. También ayuda relacionar el hecho de la presentación con
varios sentidos, como la vista o el oído”, revela el psicólogo Jesús Francisco
Javier Ramírez.
Marisa Fernández continúa
dándonos unas sencillas pautas:
- Preste atención a la
persona cuando se dirija a usted. Intente concentrarse en ella y no pensar en
cuando le toca hablar a usted, en si estará bien peinado o si el traje que
lleva es el adecuado.
- Intente asociar el
nombre a algo importante o conocido para usted. Por ejemplo, si nos presentan a
María del Mar, pensaremos en aquellas fantásticas vacaciones en la playa
dándonos un baño en el mar, o recordaremos si tenemos otra amiga o familiar con
ese nombre.
- Utilice la repetición.
Repita el nombre de la persona cuando se la están presentando. "Encantado
de conocerte, Verónica", podría pronunciar. Haga esto lentamente y no de
forma rápida, para que quede claro. Emplee el nombre de la persona al principio
y al final de las conversaciones. Por ejemplo: "Me preguntaba si le gustó
la cena, Verónica". El uso del nombre por lo menos tres veces continuadas
le ayudará a recordarlo después.
- Entrene previamente su
memoria de trabajo, ya que es esa la capacidad que nos permite atender, retener
y manipular distinta información durante el tiempo necesario para responder a
una situación. Una forma entretenida de hacerlo es mediante el entrenamiento en
gimnasios cerebrales online.
“El mecanismo por el que
muchas de estas técnicas funcionan es porque promueven un procesamiento más
profundo de la información, haciendo que le pongamos más esfuerzo cognitivo a
la hora de aprender nuevas cosas. Repetir, relacionar, asociar, visualizar,
etcétera, son acciones que consiguen que dotemos de significado a las nuevas
informaciones y favorecen así su almacenamiento en la memoria a largo plazo”,
insiste la neuropsicóloga.
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