martes, diciembre 30, 2014

Como recordar el nombre de tus interlucutores

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- "Además de prestar atención cuando nos dan a conocer a una persona, utilicemos la memoria visual, no solo la verbal", manifiesta Antonio Yusta. "Del rostro de una persona se recuerda lo más extremo, por ejemplo, una nariz prominente. Un detalle exagerado de la cara puede ayudarnos a recordar el nombre”, añade.
- “Asociemos el nombre de una persona a ejercicios nemotécnicos, como recordar sus iniciales. Será más sencillo después. También ayuda relacionar el hecho de la presentación con varios sentidos, como la vista o el oído”, revela el psicólogo Jesús Francisco Javier Ramírez.
Marisa Fernández continúa dándonos unas sencillas pautas:
- Preste atención a la persona cuando se dirija a usted. Intente concentrarse en ella y no pensar en cuando le toca hablar a usted, en si estará bien peinado o si el traje que lleva es el adecuado.
- Intente asociar el nombre a algo importante o conocido para usted. Por ejemplo, si nos presentan a María del Mar, pensaremos en aquellas fantásticas vacaciones en la playa dándonos un baño en el mar, o recordaremos si tenemos otra amiga o familiar con ese nombre.
- Utilice la repetición. Repita el nombre de la persona cuando se la están presentando. "Encantado de conocerte, Verónica", podría pronunciar. Haga esto lentamente y no de forma rápida, para que quede claro. Emplee el nombre de la persona al principio y al final de las conversaciones. Por ejemplo: "Me preguntaba si le gustó la cena, Verónica". El uso del nombre por lo menos tres veces continuadas le ayudará a recordarlo después.
- Entrene previamente su memoria de trabajo, ya que es esa la capacidad que nos permite atender, retener y manipular distinta información durante el tiempo necesario para responder a una situación. Una forma entretenida de hacerlo es mediante el entrenamiento en gimnasios cerebrales online.

“El mecanismo por el que muchas de estas técnicas funcionan es porque promueven un procesamiento más profundo de la información, haciendo que le pongamos más esfuerzo cognitivo a la hora de aprender nuevas cosas. Repetir, relacionar, asociar, visualizar, etcétera, son acciones que consiguen que dotemos de significado a las nuevas informaciones y favorecen así su almacenamiento en la memoria a largo plazo”, insiste la neuropsicóloga.

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