Si eres un adulto con TDAH, es probable que te cuesta esfuerzo recordar lo que acabas de leer. A muchas personas –con y sin TDAH– les ocurre.
No es raro que te distraigan tus propios pensamientos o estímulos externos, sobre todo si estás leyendo algo no muy interesante, o directamente aburrido. Te das cuenta a menudo de que estás perdiendo el hilo o saltándote palabras en pasajes largos, o que desvías la atención a todas las palabras de la página. Puede que te cueste reconocer y recordar los puntos principales de lo que acabas de leer, o puedes simplemente adormilarte mientras estás leyendo.
El tiempo que dedicas a la lectura te puede parecer eterno, especialmente si ves que tienes que leer y releer (y volver a releer) para asimilar correctamente la información. Afortunadamente, hay algunas estrategias que puedes probar cuando parece imposible recordar lo que lees.
Consejos para leer y recordar
- Lee en voz alta, en vez de hacerlo en silencio.
- Camina o pasea mientras lees.
- Haz breves descansos para moverte.
- Utiliza audiolibros o pide a alguien que lea para ti.
- Habla de lo que acabas de leer. Cuéntaselo a un amigo, o simplemente habla en voz alta contigo mismo.
- Utiliza rotuladores de colores vivos para subrayar lo principal.
- Toma notas mientras lees, después vuelve al principio y sintetiza lo principal.
- Desliza un marca-páginas o una regla por la página mientras vas leyendo, para no despistarte.
- Si tienes que leer un texto largo, divídelo en fragmentos manejables; descansa y date un premio después de cada parte.
- Averigua qué es lo que te va mejor: un lugar silencioso o con algo de ruido de fondo.
- Ten una libreta a mano. Si te distrae una idea, anótala para recordarla y volver sobre ella más tarde. Una vez hayas apuntado la idea, deja de pensar en ella por ahora.