El TDAH es como conducir bajo la lluvia con
limpiaparabrisas viejos. Ves todo borroso, vas a toda velocidad y te desespera
no ver bien.
El TDAH es como escuchar una emisora de radio con muchas
interferencias y esforzarte para escuchar lo que están diciendo.
El TDAH es como tratar de construir un castillo de naipes en plena
tormenta de arena. Hay que construir algo para protegerse del viento antes de
pensar siquiera en coger las cartas.
El TDAH es como estar todo el tiempo acelerado: se te ocurre
una idea e intentas llevarla a cabo; entonces, sin saber por qué, se te ocurre
otra idea antes de que hayas terminado la anterior, y te pones a darle vueltas,
pero claro, una tercera idea interrumpe a la segunda, y tienes que atenderla, y
de pronto la gente está llamándote desorganizado, impulsivo y todo tipo de
palabras despectivas, sin tener ni idea de lo que hablan. (Doctor Edward M. Hallowell)