martes, diciembre 02, 2025

ARISE: El Modelo del Cambio que Nace de Tus Recursos

Cómo externalizar el problema, activar soluciones, transformar hábitos y evolucionar tu identidad desde el poder que ya tienes


📝 INTRODUCCIÓN DEL LIBRO

Vivimos en una época saturada de información psicológica, técnicas de autoayuda, diagnósticos y recetas universales. Sin embargo, la mayoría de estos enfoques tropiezan con un dilema fundamental: intentan arreglar a las personas como si estuvieran rotas.
El problema no es la falta de técnicas; es el marco desde el que se mira a la persona.

Este libro nace para proponer una alternativa radicalmente diferente.

No partimos del déficit. Partimos del recurso.
No partimos del problema. Partimos de la historia.
No partimos del pasado. Partimos de lo que ya funciona.
No partimos del trauma. Partimos de la capacidad.

El Modelo ARISE (A Resource-Integrated System for Evolution) reúne lo mejor de cinco tradiciones terapéuticas:

  • la narrativa, que separa a la persona del problema;

  • lo sistémico breve, que busca excepciones y soluciones reales;

  • lo estratégico, que interrumpe patrones y abre caminos inesperados;

  • lo cognitivo-conductual, que convierte microcambios en hábitos duraderos;

  • y lo psicodinámico centrado en recursos, que integra la identidad profunda.

A estas capas se suma un elemento contemporáneo fundamental:
la comprensión del sistema nervioso como motor del cambio, especialmente valiosa para el trabajo con adultos con TDAH, ansiedad, creatividad fluctuante o alta sensibilidad.

Este libro no ofrece un modelo teórico abstracto.
Es una guía para intervenir, acompañar y transformar.
Es un puente entre psicoterapia y coaching.
Es un mapa que ayuda a la persona a desplegar su propia versión más capaz.

ARISE no pretende cambiar quién eres.
Pretende ayudarte a convertirte en quien ya eras cuando el problema no estaba.

Si estás listo para abandonar la lógica de la deficiencia y abrazar la lógica del potencial, este viaje es tuyo.


📚 ÍNDICE GENERAL (con títulos que resumen cada capítulo)


PRIMERA PARTE — EL CORAZÓN DEL CAMBIO

Capítulo 1 — No eres el problema: la externalización como liberación

Cómo separar identidad y dificultad reabre la capacidad de cambio.

Capítulo 2 — Descubrir lo que ya funciona: el arte de las excepciones

Las soluciones no se inventan: se descubren en tu propia experiencia.

Capítulo 3 — Recursos visibles e invisibles: tu sistema interno de fortalezas

Cómo mapear capacidades, apoyos y microcompetencias que ya existen.


SEGUNDA PARTE — EL MODELO ARISE

Capítulo 4 — El viaje ARISE: una visión integrada del cambio humano

De externalizar a evolucionar: la estructura profunda del modelo.

Capítulo 5 — A: Awareness – Externalizar el problema, recuperar el yo

Técnicas narrativas, renombramiento, identidad alternativa.

Capítulo 6 — R: Resources – Soluciones, excepciones y objetivos reales

El algoritmo sistémico breve para encontrar lo que funciona.

Capítulo 7 — I: Intervention – Intervenciones estratégicas que rompen patrones

Cómo desactivar ciclos, maniobras paradójicas y tareas precisas.

Capítulo 8 — S: Stabilization – Convertir el cambio en hábito

Activación, exposición, reestructuración ligera y diseño del entorno.

Capítulo 9 — E: Evolution – La identidad que emerge cuando el síntoma cae

Integración psicodinámica de recursos y evolución del yo.


TERCERA PARTE — NEUROPSICOLOGÍA DEL CAMBIO

Capítulo 10 — Cómo aprende el sistema nervioso: activación, interés y seguridad

La ciencia que explica por qué algunas intervenciones funcionan y otras no.

Capítulo 11 — El modelo de activación por interés (Dodson)

Por qué el TDAH no responde a importancia, sino a estímulo, novedad y propósito.

Capítulo 12 — El cuerpo como aliado: regulación, microseñales y estados de rendimiento

Cómo crear las condiciones fisiológicas del cambio.


CUARTA PARTE — APLICACIONES

Capítulo 13 — ARISE en coaching: acompañar sin patologizar

Cómo llevar el modelo al rendimiento, liderazgo y creatividad.

Capítulo 14 — ARISE para TDAH adulto: usar el sistema nervioso como brújula

Adaptación práctica paso a paso: hiperfoco, interés, estructura flexible.

Capítulo 15 — ARISE en ansiedad, relaciones y toma de decisiones

Aplicaciones clínicas y no clínicas.


QUINTA PARTE — PRÁCTICA DEL MODELO

Capítulo 16 — La sesión ARISE: estructura, preguntas y tono

Cómo suena una sesión real.

Capítulo 17 — Diálogos modelo y casos integrados

Ejemplos completos.

Capítulo 18 — Tu propio ARISE: cómo aplicar el modelo en tu vida o tu práctica

Manual del lector.


EPÍLOGO — Elevarse desde dentro

El cierre natural de un modelo que ya existía en ti.


📘 **CAPÍTULO 1

No eres el problema: la externalización como liberación**


Introducción del capítulo

La mayoría de las personas que llega a terapia o coaching lo hace con una sensación sutil pero poderosa: “algo en mí está mal”.
No lo dirán así, pero su lenguaje lo revela:

  • “Soy ansioso”.

  • “Soy un desastre”.

  • “No sirvo para concentrarme”.

  • “Siempre arruino las cosas”.

  • “Soy demasiado sensible”.

  • “No tengo fuerza de voluntad”.

Estas frases son más que descripciones: son fusiones.
El problema se convierte en identidad.
El síntoma se vuelve nombre propio.
La dificultad se declara parte del carácter.

Cuando eso ocurre, el cambio se vuelve casi imposible, porque no se puede intervenir sobre aquello que se percibe como esencia.

Este capítulo inaugura el viaje ARISE mostrando el primer paso decisivo:
separar a la persona del problema.
No para negar el sufrimiento, sino para liberar la fuerza que estaba atrapada en esa confusión.


🟣 1. Cuando el problema se vuelve identidad

Vivimos en una cultura que etiqueta rápido.
Desde el rendimiento escolar hasta el diagnóstico clínico, tendemos a convertir comportamientos en adjetivos, y adjetivos en esencia:

  • De “me cuesta concentrarme” a “soy inatento”.

  • De “me siento triste” a “soy depresivo”.

  • De “a veces me bloqueo” a “soy incapaz”.

Cuanto más se repite un patrón, más se siente como “yo”.
Y cuanto más identidad tiene el problema, más pequeño se vuelve el repertorio de posibles soluciones.

Cuando el problema ocupa el yo, el yo se encoge.

El objetivo de la externalización no es trivial:
es restaurar el espacio interno donde el cambio puede ocurrir.


🟣 2. La idea central de la externalización

La externalización, desarrollada en la tradición narrativa, sostiene lo siguiente:

El problema es el problema.
La persona es la persona.

No se trata de una metáfora motivacional:
es una forma radicalmente distinta de conceptualizar la experiencia humana.

Significa que:

  • El problema tiene historia propia.

  • Tiene momentos en que aparece y desaparece.

  • Tiene estrategias, ritmos, preferencias.

  • Afecta, influye, complica… pero no define.

Si el problema es separado del yo, entonces:

  • se puede observar,

  • se puede describir,

  • se puede negociar,

  • se puede limitar,

  • se puede vencer.

La externalización es, ante todo, un acto de restitución del poder personal.


🟣 3. Cómo el lenguaje construye realidades internas

El lenguaje no solo describe la experiencia: la crea.

No es lo mismo decir:

  • “Soy un desastre”
    que

  • “El Desorden me visita en ciertos momentos”.

La primera frase coloca el problema dentro del yo.
La segunda lo sitúa como algo que interactúa con el yo.

Esto cambia la dinámica psicológica:

De identidad → a relación.
De culpa → a curiosidad.
De fusión → a manejo.

La persona deja de preguntarse:

  • “¿Qué está mal en mí?”

y comienza a preguntarse:

  • “¿Qué hace el problema para interferir?”

  • “¿Cuándo disminuye su influencia?”

  • “¿Cómo interactúo con él?”

  • “¿A qué le teme el problema?”

  • “¿En qué condiciones pierde poder?”

Es un giro completo en la forma de experimentar dificultades.


🟣 4. La cartografía del problema: nombre, forma, propósito

Externalizar no es negar.
Es describir con precisión y humanidad.

A) Nombrar el problema

Elegir un nombre externo y concreto:

  • “La Niebla”.

  • “El Miedo Repentino”.

  • “El Crítico”.

  • “La Ola”.

  • “El Ruido Mental”.

  • “La Postergación”.

  • “El Desorden”.

El nombre debe resonar con la experiencia interna de la persona.

B) Describir su forma

  • ¿Cómo se presenta?

  • ¿Qué sensaciones trae?

  • ¿Qué pensamientos activa?

  • ¿Qué rituales induce?

C) Explorar qué “quiere” el problema

  • ¿Qué pretende proteger?

  • ¿Qué teme?

  • ¿Qué intenta evitar?

  • ¿Qué historia tiene?

En muchos casos, el problema nació como un mecanismo de supervivencia que quedó obsoleto.

Darle una historia al problema humaniza la experiencia sin justificarla.


🟣 5. La externalización reduce la vergüenza y abre la agencia

La vergüenza es el pegamento que fusiona al yo con el problema.
Cuando la externalización ocurre, la vergüenza cae —y con ella, la resistencia.

Es muy distinto pensar:

  • “Soy flojo”
    que

  • “La Postergación me visita más cuando estoy sobrecargado”.

El segundo enunciado abre puertas a intervenir:

  • ¿Qué detona a la Postergación?

  • ¿Qué la calma?

  • ¿Qué la debilita?

  • ¿Qué fortalece al yo ante ella?

Así se activa la agencia:
la sensación de “puedo hacer algo al respecto.”


🟣 6. Externalizar no significa evadir responsabilidad

Una crítica común es que externalizar podría “quitar responsabilidad”.

Es exactamente al revés.

Cuando la persona se separa del problema, recupera control:

  • Ya no se culpa, se orienta.

  • Ya no se juzga, se organiza.

  • Ya no se condena, se compromete.

La responsabilidad no desaparece:
se hace posible.


🟣 7. Cuándo sabemos que la externalización funcionó

Observamos varios marcadores:

  1. El lenguaje cambia:
    “yo soy” → “a veces aparece”.

  2. La persona describe el problema con curiosidad, no con vergüenza.

  3. Surgen excepciones:
    “Hay momentos en que no está tan presente”.

  4. Aparece el yo agente:
    “Cuando hago esto, el problema pierde fuerza”.

  5. La conversación se vuelve más liviana, más creativa y más orientada al futuro.


🟣 8. Externalización como antesala del resto del modelo ARISE

La externalización no es un fin en sí.
Es la puerta que permite:

  • Encontrar excepciones (Capítulo 2).

  • Descubrir recursos (Capítulo 3).

  • Romper patrones estratégicamente (Capítulo 7).

  • Estabilizar cambios en hábitos (Capítulo 8).

  • Reformular identidad (Capítulo 9).

Sin externalización, la persona sigue luchando contra sí misma.
Con externalización, lucha junto a sí misma contra un fenómeno externo.

Es el paso que transforma todo el proceso terapéutico.


🟣 9. Ejemplo breve de externalización en acción

Cliente: “Soy muy caótico. Todo me sale mal.”
Terapeuta: “Cuando dices ‘caótico’, ¿te refieres a ti como persona o a algo que se instala en tu vida en ciertos momentos?”
Cliente: “…Supongo que es algo que aparece. No estoy así todo el tiempo.”
Terapeuta: “¿Cómo lo llamarías cuando aparece?”
Cliente: “El Desorden.”
Terapeuta: “Bien. Y cuando el Desorden aparece, ¿qué hace? ¿Y qué haces tú?”
Cliente: “Me confunde. Pero no siempre gana.”
Terapeuta: “Excelente. Ya tenemos un punto de partida.”

La externalización comenzó a abrir posibilidades.


🟣 Conclusión del capítulo

El primer paso del modelo ARISE no busca reparar, sino reorganizar.
Busca devolver a la persona al lugar del que nunca debió salir:
el lugar del protagonista.

Cuando el problema deja de ser identidad y se convierte en algo separado, la vida cambia de textura.
Ya no es una batalla interna, sino un proceso de manejo, aprendizaje y evolución.

En los próximos capítulos, veremos cómo este acto inaugural permite descubrir lo que ya funciona, activar recursos y construir una identidad capaz de evolucionar.



📘 **CAPÍTULO 2

Descubrir lo que ya funciona: el arte de las excepciones**


Introducción del capítulo

Una de las ideas más innovadoras de la Terapia Sistémica Breve es que las soluciones no nacen de analizar el problema, sino de estudiar los momentos en los que el problema no domina.

Este enfoque, contraintuitivo y profundamente práctico, rompe con la tradición psicoterapéutica occidental centrada en causas, orígenes, traumas fundacionales y mecanismos ocultos.
En lugar de preguntar “¿por qué sucede esto?”, pregunta:

“¿Cuándo no sucede?”
“¿Qué haces tú cuando el problema se debilita?”
“¿Qué condiciones hacen que funcione mejor?”

El modelo ARISE toma este principio y lo convierte en la columna vertebral de su fase R: Resources.

Este capítulo te enseñará a descubrir excepciones incluso en los casos más aparentemente estancados y a transformarlas en evidencia interna de capacidad, el combustible real del cambio humano.


🟢 1. Qué es exactamente una excepción

Una excepción es un momento, situación, gesto o circunstancia en la que:

  • el problema es menos intenso

  • aparece con menos fuerza

  • no aparece

  • la persona reacciona de manera más eficaz

  • el sistema responde de manera diferente

  • algo positivo emerge sin explicación aparente

Es importante destacar:

Las excepciones no son milagros ni casualidades: son datos.
Son micro-soluciones ya existentes, aunque no reconocidas.

El modelo ARISE no inventa soluciones:
las descubre en la experiencia real de la persona.


🟢 2. Por qué las excepciones son más importantes que las causas

Cuando buscamos causas:

  • entramos al pasado,

  • analizamos en exceso,

  • generamos explicaciones,

  • pero rara vez encontramos algo aplicable de inmediato.

Cuando buscamos excepciones:

  • encontramos recursos,

  • descubrimos habilidades reales,

  • identificamos condiciones favorables,

  • abrimos puertas al cambio.

Las causas explican,
pero las excepciones transforman.

Una excepción contiene todos los ingredientes de una posible solución:

  • condición del entorno

  • estado interno

  • contexto relacional

  • acción emergente

  • microhabilidad

  • creencia temporal

  • nivel de activación del sistema nervioso

  • interacción concreta con el problema

En pocas palabras:
una excepción es un prototipo funcional de la solución.


🟢 3. La mente humana tiende a no ver excepciones

¿Por qué no las vemos?

Porque el cerebro está programado para:

  1. detectar patrones negativos

  2. confirmar creencias previas

  3. generalizar el problema

  4. proteger la identidad asociada al síntoma (aunque sea dolorosa)

  5. filtrar momentos que contradicen la narrativa dominante

Por eso alguien puede decir:

  • “Siempre procrastino”,
    —aunque haya momentos en que sí actúa.

  • “Nunca hablo claro”,
    —aunque existan ocasiones en que se expresa firme.

  • “No puedo concentrarme”,
    —aunque ciertas actividades lo mantengan absorto durante horas.

Las excepciones están ahí,
solo necesitan ser descubiertas.


🟢 4. El arte de preguntar para descubrir lo que ya funciona

El terapeuta o coach que trabaja con ARISE no pregunta “por qué”.
Pregunta “cuándo” y “cómo”.

Preguntas maestras:

  • “¿En qué momentos el problema es un poco menos fuerte?”

  • “¿Cuándo lograste manejarlo mejor?”

  • “¿Qué hiciste tú, aunque fuera pequeño?”

  • “¿Quién lo notó?”

  • “¿Qué cambió en tu entorno ese día?”

  • “¿Qué parte de ti estaba más presente en ese instante?”

  • “¿Cómo te diste cuenta de que estabas funcionando mejor?”

Estas preguntas no buscan explicación, sino evidencia de capacidad.

Cada excepción es una grieta en el muro del problema.
A través de esas grietas, entra la luz.


🟢 5. Cómo convertir excepciones en recursos

Cuando encuentras una excepción, el trabajo no termina ahí.
Hay que convertirla en recurso replicable.

Proceso ARISE para transformar excepciones en recursos:

  1. Aislar la excepción
    Identificar un ejemplo concreto.

  2. Desmenuzar la secuencia
    Qué pasó primero, después, durante.

  3. Identificar condiciones externas
    Lugar, tiempo, personas, estímulos.

  4. Explorar condiciones internas
    Estado emocional, nivel de activación, intención, pensamiento funcional.

  5. Detectar la microhabilidad
    Ese gesto mínimo que marcó la diferencia.

  6. Nombrar el recurso
    Convertirlo en algo reconocible y reutilizable.

  7. Escalarlo
    En qué otras situaciones podría funcionar.

  8. Planificar reproducción
    Cuándo se aplicará de nuevo.

Este proceso convierte una experiencia aislada en una herramienta interna.


🟢 6. Microéxitos: la moneda del cambio real

En el mundo terapéutico y del coaching, solemos glorificar los grandes cambios.
Pero el cerebro humano no funciona así.

El sistema nervioso no se transforma con grandes decisiones,
sino con microéxitos acumulados.

Una excepción es la semilla de un microéxito.
El ARISE convierte esa semilla en un hábito y luego en una identidad.

Por ejemplo:

  • Si alguien con ansiedad social tuvo una conversación más relajada que de costumbre,
    eso es un recurso, no un accidente.

  • Si alguien con TDAH logró trabajar 17 minutos sin distraerse,
    eso es una excepción, no algo irrelevante.

La mente quiere ignorarlo.
El terapeuta lo convierte en oro.


🟢 7. La magia de la pregunta pretratamiento

Antes incluso de que la terapia comience formalmente, existe una intervención poderosa:

“¿Qué has hecho ya que te ha ayudado, aunque sea un poco, antes de venir aquí?”

Esta pregunta:

  • rompe la narrativa del fracaso,

  • activa memoria de competencia,

  • reduce impotencia,

  • instala esperanza realista,

  • permite al cliente llegar como colaborador, no como paciente pasivo.

Toda la filosofía ARISE empieza aquí.


🟢 8. Cuando la persona dice “no hay excepciones”

Esto es común en depresión, ansiedad severa y TDAH crónico.

En estos casos, ARISE interviene con suavidad:

  • “¿Y qué haces para seguir adelante a pesar de todo?”
    (Aparecen microhabilidades de perseverancia.)

  • “¿Quién sabe que estás luchando?”
    (Aparecen recursos relacionales.)

  • “¿Cómo es un día un 1% mejor que el peor día?”
    (Aparece un punto de apoyo real.)

  • “¿Qué te impide estar 10 veces peor?”
    (Aparece control inadvertido.)

Si nada más aparece, se utiliza:

  • excepciones de intención (cuando la persona quiso mejorar pero no pudo)

  • excepciones de resistencia (cuando no colapsó)

  • excepciones de supervivencia (cuando mantuvo algo de vida en medio del dolor)

Siempre hay un hilo.
El objetivo es encontrarlo.


🟢 9. Ejemplo breve de descubrimiento de excepciones

Cliente: “Tengo ansiedad siempre. No hay ningún momento en el que esté bien.”
Terapeuta: “¿Ni siquiera un instante del día en el que respiras más libre?”
Cliente: “…Bueno, cuando estoy con mi perro, me siento más tranquilo.”
Terapeuta: “Eso ya es un dato importante. ¿Qué ocurre en ti fisiológicamente en esos momentos?”
Cliente: “Me baja la tensión, respiro mejor.”
Terapeuta: “Eso significa que tu sistema sabe regularse. Solo necesitamos descubrir cómo reproducir esa condición en más contextos.”

Ahí está la excepción.
Ahí está el recurso.


🟢 Conclusión del capítulo

Las excepciones son pequeñas, humildes, pero poderosas.
Son la prueba viva de que el problema no tiene el control total.
Son el indicio de que existe una versión más libre y funcional de la persona.
Son la materia prima del cambio real.

Este capítulo es el puente perfecto hacia el siguiente:
los recursos, visibles e invisibles, que emergen de estas excepciones y que definirán el núcleo operativo de la fase R del modelo ARISE.


📘 **CAPÍTULO 3

Recursos visibles e invisibles: tu sistema interno de fortalezas**


Introducción del capítulo

Cada persona posee un conjunto complejo y dinámico de recursos: habilidades, actitudes, experiencias, impulsos adaptativos, modos de supervivencia, capacidades relacionales y patrones de acción que han funcionado en diferentes momentos de la vida.

El problema es que casi nunca los vemos.

Cuando la mente está dominada por una narrativa problemática (“soy ansioso”, “soy desorganizado”, “soy débil”), los recursos se vuelven invisibles.
La atención se estrecha hacia lo que falta.
El sistema nervioso se alinea con el déficit.
La identidad se reduce a un conjunto de síntomas.

El modelo ARISE se rebela contra esa visión.
En lugar de preguntar “¿qué está roto?”, pregunta:

“¿Qué ha funcionado en ti y cómo podemos ampliarlo?”

Este capítulo explora cómo identificar, expandir y utilizar los recursos de la persona como el verdadero motor del cambio terapéutico y evolutivo.


🟢 1. Qué es un recurso (y qué no lo es)

Un recurso no es solo una habilidad.
Es todo aquello que ayuda a la persona a avanzar, resistir, adaptarse o actuar mejor, incluso de manera mínima.

Hay dos tipos:

A) Recursos visibles (explícitos)

Son obvios, reconocidos, fáciles de nombrar:

  • paciencia

  • creatividad

  • constancia

  • sentido del humor

  • empatía

  • capacidad de análisis

  • habilidades sociales

  • disciplina deportiva

  • inteligencia práctica

B) Recursos invisibles (implícitos)

Son los más interesantes: están ahí, pero la persona no los reconoce como fortalezas.

Ejemplos:

  • el hecho de que siga intentándolo

  • su capacidad de sobrevivir a situaciones duras

  • su sensibilidad emocional (que puede ser brújula)

  • su necesidad de movimiento (que puede ser regulador)

  • su intuición

  • su capacidad de hiperfoco en TDAH

  • la forma en que se calma sin darse cuenta

  • su capacidad de retirarse cuando necesita protegerse

Los recursos invisibles suelen aparecer:

  • en excepciones,

  • en microacciones,

  • en deseos,

  • en historias de vida,

  • en lo que el problema teme.


🟢 2. Tres fuentes de recursos en ARISE

Para trabajar recursos de forma sistemática, ARISE los busca en tres lugares:


1) Recursos que vienen de las excepciones

El capítulo anterior muestra cómo cada excepción contiene:

  • una habilidad implícita

  • una condición favorable

  • una estrategia emergente

  • un estado interno funcional

  • una relación protectora

Estas son las joyas escondidas.
No son teorías: son hechos vividos por la persona.

Ejemplo:

La persona dice: “Ese día pude concentrarme un poco más”.
En realidad significa:

  • su sistema nervioso sí sabe enfocarse,

  • existe un contexto que lo facilita,

  • hay una forma de activar ese estado,

  • hay una acción pequeña que lo permitió.

Eso es un recurso.


2) Recursos que vienen de la historia de vida

En la psicología tradicional, el pasado se explora para buscar traumas.
En ARISE se explora para buscar pruebas de capacidad:

  • momentos de valentía

  • resiliencia en la infancia

  • relaciones que aportaron seguridad

  • decisiones acertadas

  • aprendizajes espontáneos

  • superación de antiguas crisis

En cada etapa de la vida, la persona ha puesto en juego recursos que siguen disponibles.

Aunque ya no se noten, siguen siendo parte de su infraestructura psicológica.


3) Recursos que vienen del futuro preferido

Esta es una aportación de la terapia narrativa y del coaching:
el futuro también contiene recursos.

¿Cómo?

Porque cuando la persona imagina una versión más funcional de sí misma:

  • describe habilidades que ya existen en forma embrionaria,

  • activa microestados fisiológicos de posibilidad,

  • reconoce capacidades dormidas,

  • proyecta pasos que solo son imaginables desde cierto nivel de competencia.

Por ejemplo:

  • “En mi mejor versión, hablo claro.”
    (→ ya existe una parte de ti que sabe hablar claro.)

  • “En mi futuro, soy más organizado.”
    (→ existe una semilla de organización presente.)

  • “Me visualizo siendo más valiente.”
    (→ hay momentos en el pasado en que ya lo fuiste.)

ARISE convierte las imágenes del futuro en pistas del presente.


🟢 3. Los recursos no son estáticos: son ecológicos

Un recurso no existe en abstracto.
Existe en relación con un contexto.

Por eso, en ARISE, identificamos recursos según:

  • el entorno

  • la persona que acompaña

  • la hora del día

  • el nivel de activación del sistema nervioso

  • la tarea

  • el tipo de desafío

  • el estado emocional

Esto hace al proceso mucho más preciso.
No buscamos “ser disciplinado” en general.
Buscamos en qué condiciones la disciplina ya aparece.

El cambio deja de ser un acto de voluntad para convertirse en un diseño de condiciones.


🟢 4. Preguntas que revelan recursos invisibles

Aquí está una de las partes más prácticas del capítulo.
Estas preguntas permiten descubrir fortalezas que el cliente no ha visto.

💬 Preguntas sobre resistencia y supervivencia

  • “¿Qué te permite seguir adelante, incluso en días difíciles?”

  • “¿Qué hace que no estés peor de lo que podrías estar?”

💬 Preguntas sobre deseo y preferencia

  • “¿Qué te gustaría recuperar de ti?”

  • “¿Qué parte de ti quiere mejorar?”

💬 Preguntas sobre el entorno

  • “¿Con quién funcionas mejor?”

  • “¿En qué lugares sientes más claridad?”

💬 Preguntas sobre el cuerpo

  • “¿Qué hace tu cuerpo cuando está en su mejor versión?”

  • “¿Cómo sabes fisiológicamente que algo está funcionando?”

💬 Preguntas sobre pasado

  • “¿Cuándo has sido fuerte antes?”

  • “¿Qué logros pasados te muestran de lo que eres capaz?”

Cada respuesta es una puerta hacia recursos que ya existen.


🟢 5. Convertir recursos en herramientas

Una vez identificados, los recursos pasan por un proceso de transformación:

1. Nombrar el recurso

Ejemplo: “la mini-organización”, “la respiración que te centra”, “la fuerza tranquila”.

2. Traducirlo en acción concreta

Ejemplo:

  • del recurso “claridad matinal” → “empezar el día con una tarea de impacto bajo”.

3. Asociarlo a condiciones precisas

Ejemplo:

  • “funciona mejor cuando hay silencio y una hora límite”.

4. Integrarlo en un ritual

Ejemplo:

  • la persona activa su recurso antes de afrontar un desafío.

5. Escalarlo

Llevarlo a otros contextos.

Este proceso convierte recursos sueltos en una infraestructura interna.


🟢 6. La relación entre recursos y narrativa

Cuando la persona reconoce un recurso, su identidad se expande.
Ya no se ve como alguien “fallado”, sino como alguien:

  • capaz,

  • adaptable,

  • con historia,

  • con instintos útiles,

  • con habilidades latentes.

Las narrativas internas cambian:

  • De “no puedo”
    a

  • “si pude antes, puedo otra vez”.

  • De “no tengo recursos”
    a

  • “mis recursos solo estaban dormidos”.

La narrativa es el software;
los recursos, el hardware.
Juntos crean el sistema operativo de la evolución humana.


🟢 7. Ejemplo breve de detección de recursos

Cliente: “No tengo disciplina.”
Terapeuta: “Dime un área de tu vida donde sí hayas sido disciplinado alguna vez.”
Cliente: “Bueno… cuando entrenaba para una carrera hace unos años.”
Terapeuta: “Eso ya es un recurso. ¿Qué condiciones te permitieron esa disciplina?”
Cliente: “Tener un objetivo claro, amigos que me apoyaban y entrenamiento temprano.”
Terapeuta: “Perfecto. Ya tenemos tres recursos reproducibles: claridad, apoyo y ritmo matinal.”

El recurso no aparece de la nada:
se revela.


🟢 Conclusión del capítulo

La persona nunca es un vacío que debe ser llenado.
Es un sistema rico en herramientas, historias, destrezas y capacidades que simplemente han quedado fuera de la vista consciente.

El modelo ARISE construye el cambio sobre este principio simple y poderoso:

Lo que buscas ya está en ti.
Nuestra tarea es descubrirlo, nombrarlo y ampliarlo.

Los recursos son la materia prima que alimentará las fases posteriores:
la intervención estratégica, la estabilización conductual y la evolución identitaria.


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