Del DISC a los Roles Dinámicos: Cómo Comprender las Interacciones Humanas Más Allá de la Personalidad
El clásico modelo DISC ha sido una herramienta muy útil para entender estilos de comportamiento. Sin embargo, la vida real —y las personas— son mucho más dinámicas que cuatro categorías fijas.
Hoy, la nueva generación de modelos humanos busca ir más allá de los tipos de personalidad, para comprender cómo los roles, la energía, la fisiología y la historia personal interactúan en cada momento.
1. Las interacciones son encuentros de roles, no de personalidades
Cada interacción ocurre entre un rol activo de una persona y un rol activo de otra, no entre dos personalidades completas.
Estos roles pueden ser:
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Funcionales, activados por tareas, objetivos o contexto.
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Reactivos, activados por emociones, ansiedad o experiencias pasadas.
Esta visión abre nuevas posibilidades para el coaching, la psicología y el autoconocimiento, ayudando a entender por qué a veces actuamos de maneras contradictorias y cómo podemos regular esas respuestas.
2. Trauma y patrones subyacentes
Muchas conductas que solemos etiquetar como “problemas de personalidad” —como la procrastinación, la hiperreactividad o el bloqueo emocional— no son rasgos fijos.
Son roles influenciados por la historia de cada persona: experiencias pasadas, traumas o aprendizajes que moldean nuestras respuestas.
Desde esta mirada, el objetivo no es juzgar, sino reencauzar la energía y facilitar el cambio a través de la conciencia y la práctica.
3. La fisiología como modulador del rol
La energía corporal, el cansancio, la respiración o el estrés influyen directamente en qué rol se activa y cómo se expresa.
Por ejemplo:
Un rol “D” (dominante) puede ser empático y colaborativo cuando hay suficiente energía, pero volverse brusco o autoritario si hay fatiga o tensión.
Esta perspectiva integra la inteligencia somática al modelo: la mente y el cuerpo trabajan juntos en la expresión de cada rol.
4. El observador interno: la clave de la autorregulación
El “observador interno” es una herramienta fundamental. Representa la capacidad de notar qué rol estamos activando, reconocer la influencia de las emociones y la fisiología, y ajustar la respuesta de manera consciente.
Es, en esencia, el músculo de la autorregulación y del aprendizaje emocional dentro del modelo.
5. Neurodiversidad y respeto por la diferencia
Cada persona tiene una forma legítima y única de procesar la información, comunicarse y alcanzar resultados.
Reconocer esta neurodiversidad evita juicios innecesarios y promueve entornos más inclusivos, empáticos y efectivos.
💡 En resumen:
“Cada interacción es un encuentro entre roles, no personalidades. Los roles se activan según el contexto, la fisiología y las experiencias previas. El observador interno permite ver, regular y adaptarse. Coaching y psicología ayudan a encauzar los roles influenciados por trauma o estrés, respetando la diversidad de formas de pensar y actuar.”
Este enfoque mantiene la claridad visual y conceptual del modelo DISC, pero le añade una capa más profunda, realista y humana:
una que reconoce que somos roles en movimiento, guiados por la energía, la conciencia y la relación.