lunes, septiembre 29, 2025

Las energías del color: construyendo equipos más conscientes y efectivos

Introducción

El propósito central de este taller es sencillo pero transformador: comprender mejor tanto nuestros propios rasgos de personalidad como los de quienes nos rodean. Al hacerlo, se abre la posibilidad de construir conexiones más sólidas y de alcanzar objetivos comunes, no desde la uniformidad, sino desde la riqueza que aporta la diversidad de fortalezas.

El retrato abstracto de uno mismo

El primer ejercicio invita a la creatividad: dibujar un objeto que represente nuestra personalidad única. La propuesta va más allá del arte: se trata de un acto simbólico en el que se combinan forma y color para dar vida a lo que somos. Cada persona selecciona los colores que mejor reflejan su carácter, en las proporciones adecuadas. Un ejemplo: alguien que irradia entusiasmo y optimismo (amarillo) pero que también es atento y paciente (verde), enérgico (rojo) y analítico (azul), plasmará esa mezcla en su objeto.

Este retrato no solo es un juego gráfico; es una manera de reconocer que todos estamos compuestos de múltiples energías, en diferentes dosis, y que esa combinación define nuestra manera de actuar.

Las energías del color

El modelo de Insights Colour Energies se basa en cuatro dimensiones:

  • Rojo Fuego (Fiery Red): Determinación, orientación a la acción, energía directa. En exceso, puede percibirse como impaciencia o agresividad.

  • Verde Tierra (Earth Green): Empatía, cuidado por los demás, búsqueda de la armonía. En su cara difícil, puede llevar a la pasividad o a evitar el conflicto.

  • Amarillo Sol (Sunshine Yellow): Entusiasmo, creatividad, sociabilidad. Cuando se desborda, puede convertirse en dispersión o falta de profundidad.

  • Azul Frío (Cool Blue): Racionalidad, análisis, orden. En exceso, puede llevar a la rigidez o la sobreexigencia de datos.

En los días “malos” cada energía puede exagerarse y volverse disfuncional. Sin embargo, al reconocerlas, es posible ajustarlas para que trabajen a favor y no en contra.

Pausa reflexiva

El taller propone dos preguntas esenciales:

  1. ¿Qué rasgo de tu energía dominante es el que más orgullo te genera?

  2. ¿Qué rasgo necesitarías aprender a manejar mejor?

Estas reflexiones son claves, pues permiten pasar de la simple identificación de rasgos a la autorregulación consciente.

Subir y bajar el volumen: dial up & dial down

La metáfora de “subir o bajar el volumen” explica cómo podemos ajustar nuestras energías según la situación. A veces necesitamos más iniciativa roja, en otras más paciencia verde, o mayor capacidad analítica azul. La flexibilidad es lo que marca la diferencia entre un equipo rígido y uno verdaderamente colaborativo.

Dinámica grupal

En parejas, los participantes se formulan dos preguntas:

  • ¿Qué necesito de otras energías de color para sentirme apoyado?

  • ¿Cómo puedo usar mis fortalezas para ayudar al equipo a cumplir sus metas?

El intercambio enriquece al grupo, ya que hace visible algo que suele permanecer implícito: nuestras necesidades relacionales y la forma en que podemos complementarnos.

Compromisos de equipo

El cierre plantea un reto colectivo: ¿cómo aprovechar nuestra mezcla de energías para lograr los objetivos del 2025? La respuesta se construye en compromisos claros, que vinculan el aprendizaje individual con el futuro del grupo.

En última instancia, se vuelve a la pregunta inicial: ¿hemos cumplido el propósito de entendernos mejor para construir conexiones más fuertes y, con ello, alcanzar metas más ambiciosas?

Conclusión

El modelo de energías del color no busca encasillar, sino abrir posibilidades. Reconocer nuestra propia paleta y la de quienes nos acompañan es un camino hacia la empatía, la cooperación y el éxito compartido.



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