lunes, septiembre 22, 2025

De lo inacabado a lo en pausa

En Egipto, las ciudades hablan otro idioma. Al recorrer Giza o El Cairo, la vista tropieza con edificios que parecen ruinas anticipadas: muros sin pintar, columnas que apuntan al cielo como promesas congeladas, balcones que esperan décadas a ser terminados. Para un visitante, ese paisaje es chocante. Para los habitantes, es normal: construir poco a poco, añadir una planta cuando haya dinero o cuando un hijo se case, detener la obra sin que eso signifique abandono.

Es fácil llamar a eso lo inacabado. Pero quizás es más justo llamarlo lo en pausa. No se trata de fracaso, sino de otro ritmo: una economía que no permite hacerlo todo de golpe, una cultura que acepta que la vida se construye por etapas.


El eco en el TDAH adulto

Algo parecido ocurre con las personas adultas con TDAH. En sus biografías abundan los proyectos abiertos, los comienzos entusiastas que se quedaron a medio camino, los planes que nunca alcanzaron el cierre soñado. Desde la mirada productivista, eso se etiqueta como “inacabado”, casi como ruina personal.

Pero, ¿y si lo miramos como pausa? Un libro a medio escribir no es un fracaso: es un libro que puede retomarse. Una idea pendiente no es un error: es una semilla en espera. La pausa no borra el valor de lo hecho, ni impide que más adelante vuelva la energía para continuar.


Habitar lo en pausa

El Cairo nos enseña que en los edificios “inacabados” se vive, se celebra, se cocina. No son ruinas, son hogares. Del mismo modo, en la vida con TDAH se puede habitar con plenitud lo que ya está construido, aunque otras partes sigan abiertas.

El trabajo terapéutico no es culpar por lo que falta, sino aprender a:

  • Aceptar lo en pausa como parte de la identidad, no como mancha.

  • Cerrar pequeños ciclos: pintar una habitación aunque la casa entera siga sin techo.

  • Disfrutar lo habitable: reconocer los espacios donde ya ocurre la vida.


De la ruina al reservorio

Ver lo inacabado como ruina produce culpa. Verlo como pausa lo convierte en reservorio de futuro. Ese cambio de mirada es fundamental para los adultos con TDAH: no se trata de una vida rota, sino de una vida con espacios abiertos, lista para crecer cuando llegue el momento.


Conclusión

El paisaje urbano de Egipto, con sus hierros expuestos y sus muros en espera, ofrece una metáfora poderosa: lo que parece inacabado es, en realidad, un recordatorio de que la vida no se mide en fachadas perfectas, sino en la capacidad de habitar lo que tenemos mientras seguimos dejando lugar para lo que vendrá.




Clica Aquí. www.atencion.org