Loa sintomas del TDAH y del trastorno por estrés postraumático se parecen, además el estrés postraumático en la persona con TDAH conduce a una mayor gravedad clínica en términos de comorbilidad psiquiátrica y funcionamiento psicosocial.
¿Es la exposición al trauma un factor de riesgo para la manera en que se desarrolla un TDAH? ¿Podría ser el diagnóstico de TDAH, en algunos casos, una mala interpretación de los síntomas relacionados a la exposición traumática?
Muchos adultos con TDAH, señalan haber vivido en casa y/o en la escuela experiencias repetitivas de agresión, humillación, culpa, resentimiento, burla, crítica y/o rechazo, es muy posible que la acumulación de estos "grandes o mini traumas" hayan hecho de las personas con TDAH sujetos susceptibles e hipersensibles a situaciones que, a su ver y por evacación, impliquen evaluación social o peligro.
Los síntomas de
estrés post traumático y el TDAH, por separados, son muy parecidos. La relación entre el
trauma temprano y el TDAH ha sido el foco de una gran cantidad de
investigaciones y de controversias. En este artículo trataremos de introducir
qué puede ocurrir cuando el cerebro con TDAH está expuesto al trauma.
En primero lugar:
En primero lugar:
-Las personas con TDAH
de por sí ya se enfrentan al desafío de regular sus respuestas al medio
ambiente.
En segundo lugar:
-La exposición al trauma provoca en la persona con TDAH, una desregulación
intensa del sistema nervioso central.
Los traumatismos emocionales crónicos a temprana edad, a menudo hacen que el sistema nervioso esté
en alerta máxima perpetua, lo que complica el desafío del cerebro con TDAH a
responder de manera apropiada y coherente a la estimulación del ambiente,
familiar, social y/o laboral.
Si bien hay poca investigación que aclara el impacto
del trauma temprano en el cerebro con TDAH, este resumen de lo que sabemos, arrojará algo de luz sobre una interacción
compleja que es esencial comprender.
La hipersensibilidad fisiológica hace que el cerebro con
TDAH tienda a ser reactivo en lugar de ser proactivo. A veces,
su sistema nervioso busca una mayor estimulación en un intento de mejorar el
enfoque, mientras que, en otras ocasiones, su sistema ya saturado responde de
manera insuficiente, lenta, aletargada,
en un intento de evitar una mayor estimulación.
De manera similar, en
la respuesta del cerebro al trauma, hay quienes tienden hacia expresiones
externas de ansiedad y miedo, incluyendo hiperactividad y agresión, y aquellos
que tienden más hacia una inhibición de la respuesta, a la pereza, el cansancio
y la apatía.
Aquellos que muestran
una aparente falta de excitación es probable que todavía estén sobre estimulados por
experiencias traumáticas; sin embargo, puede que que se sientan adormecidos y
se disocien, aparenten ser evasivos y tienden a soñar despiertos.
En general, se ha
demostrado que las niñas utilizan más comportamientos de internalización, que
tienden más a comportamientos disociativos, mientras que los niños tienden a
comportarse de manera externa.
Ya sea que el cerebro esté haciendo frente al TDAH o al trauma, cada individuo tiene un estilo de respuesta característico, aunque responderá de manera opuesta en algunas circunstancias. Estos estilos de respuesta polarizados se producen cuando el cerebro con TDAH tiene dificultades para manejar los estímulos normales o cuando el cerebro sin TDAH tiene dificultades para manejar el material intensamente traumático.
En ambos casos, el
cerebro puede responder por encima o por debajo de la estimulación ambiental, sin
encontrar la respuesta adecuada para un funcionamiento óptimo.
Las presentaciones del TDAH y el estrés post traumático, por separados son notablemente similares, ambas condiciones tienen el sello de un sistema nervioso desregulado y la disfunción ejecutiva que obstaculiza la eficacia de las conductas dirigidas a meta. En ambos casos, en el TDAH y en el Trauma, la corteza prefrontal del cerebro es la que está implicada en el deterioro de
las funciones ejecutivas. La corteza prefrontal es un área que es particularmente susceptible
a los traumas, ya que es la última parte del cerebro en alcanzar la madurez con una mielinización completa. Es de toda lógica deducir que una persona con TDAH que viva con los efectos de traumas y del estrés post traumatica, sufra una exacerbación intensa de los síntomas del TDAH y de estrés post traumático.
Las personas con TDAH por su misma condición suelen tener un importante historial de experiencias dolorosas y traumáticas con características propias.
Las personas con TDAH por su misma condición suelen tener un importante historial de experiencias dolorosas y traumáticas con características propias.
Dado que el TDAH es
una afección altamente hereditaria, generalmente hay al menos un padre con TDAH. Puede ser difícil para un
padre con TDAH supervisar adecuadamente la hiperactividad, impulsivad y las
provocaciones de su hijo con TDAH.
Debido a la propia impulsividad del padre puede expresar su enojo en ataques verbales o
incluso físicos que pueden infligir heridas emocionales en su hijo.
El agravante es que todas estas situaciones traumáticas se produjeron para el afectado, en un lugar aparentemente bueno y seguro como es por ejemplo el colegio; un lugar al que te llevaban tus padres, tus cuidadores, y del cual es imposible salir o escapar. Lo kafkeano de muchos traumas vividos en la casa o en la escuela, hace que estas experiencias sean difíciles de integrar en un relato de identidad personal a falta de categorías sociales a dónde encajarlas, pero dejan profundas heridas que se gatillan en el presente.
El trauma es mucho más que una historia sobre el pasado que explica por qué las personas están asustadas, enojadas o fuera de control. El trauma se vuelve a experimentar en el presente, no sólo como una historia, sino como sensaciones físicas y emociones profundamente perturbadoras que pueden no asociarse conscientemente con recuerdos de traumas pasados.
Estar traumatizado puede interferir con la capacidad de relacionarse con otros seres humanos y para sentirnos curiosos, abiertos y vivos. El terror, la rabia y la impotencia se manifiestan como reacciones corporales, como un corazón palpitante, náuseas, sensaciones desgarradoras y movimientos corporales característicos que significan colapso, rigidez o rabia, pereza ...
El desafío de recuperarse del trauma es aprender a tolerar sentir lo que siente y saber lo que sabe, sin sentirse abrumado. El objetivo del tratamiento es lograr una conciencia orgánica, corporal, de que el evento ha terminado y de que estás completamente vivo en el presente
Un pequeño estudio piloto sugiere que el metilfenidato puede mejorar los síntomas emocionales y cognitivos en pacientes con trastorno de estrés postraumático (TEPT).