Mantener la información en la memoria durante un
periodo corto es una tarea aparentemente simple y cotidiana.
Usamos la memoria a corto plazo para recordar un
nuevo número de teléfono si no hay nada a mano para escribirlo, o para
encontrar dentro de una tienda el maravilloso vestido que acabamos de admirar
en el escaparate.
Aún a pesar de la aparente simplicidad de estas
acciones, la memoria a corto plazo es un acto cognitivo complejo que implica la
participación de múltiples regiones cerebrales.
Un grupo de investigadores del Instituto Max
Planck de Cibernética Biológica en Tübingen, Alemania, ahora se acercan a
responder esta pregunta.
Descubrieron que las oscilaciones entre distintas
regiones del cerebro son cruciales en el recuerdo visual de cosas a lo largo de
breves periodos de tiempo.
Memoria a corto
plazo
La memoria a
corto plazo (MEMORIA A CORTO PLAZO), también conocida como "memoria
primaria" o "memoria activa", es la capacidad para mantener en
mente de forma activa una pequeña cantidad de información, de forma que se
encuentre inmediatamente disponible durante un corto periodo de tiempo.
La duración de la
MEMORIA A CORTO PLAZO está estimada en varios segundos, y respecto a su
capacidad, está comúnmente aceptada la cifra de 7 ± 2 elementos.
Por el contrario,
la memoria a largo plazo almacena de forma indefinida una cantidad de
información que se supone puede ser ilimitada.
La MEMORIA A
CORTO PLAZO debe distinguirse de la memoria de trabajo, o "memoria
operativa" que hace referencia a las estructuras y procesos que
intervienen en el almacenamiento y manipulación de la información.
La MEMORIA A
CORTO PLAZO como almacén independiente
La idea de una
división de la memoria en términos de corto y largo plazo se remonta al siglo
XIX. En los años sesenta se desarrolló un modelo clásico explicativo del
funcionamiento de la memoria que asume que todos los recuerdos pasan del
almacén a corto plazo a un almacén a largo plazo tras un breve periodo de
tiempo. A esta teoría se la conoce como "modelo modal" o "modelo
multialmacén", y ha sido ampliamente desarrollado por Atkinson y
Shiffrin.
A día de hoy, aún existen controversias al respecto del funcionamiento
de los mecanismos concretos por los cuales tiene lugar esta tranferencia, así
como sobre si todos los recuerdos, o sólo una parte de ellos, pasan a ser
retenidos de forma indefinida. Algunos autores ponen en duda incluso la
existencia de una separación genuina entre ambos almacenes.
Uno de los
argumentos citados en favor de la existencia separada de un almacén a corto
plazo tiene que ver con el fenómeno de la amnesia anterógrada; esto es, la
incapacidad de aprender nuevos hechos o episodios concretos.
Los afectados por
este tipo de amnesia conservan intacta la capacidad para retener pequeñas
cantidades de información durante breves periodos de tiempo (hasta treinta
segundos), pero tienen serias dificultades para formar recuerdos a largo plazo
(un famoso ejemplo de ello es el caso del paciente HM, cuya forma de amnesia
fue objeto de numerosos estudios por parte de la comunidad científica).
Estos datos han
sido interpretados como una prueba de la existencia de un almacén de memoria a
corto plazo que no se ve afectado por la amnesia.
Otra evidencia
emana de los estudios que demuestran que algunas manipulaciones experimentales
pueden afectar al rendimiento memorístico. Así, por ejemplo, realizar una tarea
distractora (por ejemplo, una serie de restas de un número mayor)
inmediatamente después de la lectura de una lista de palabras, empeora los
resultados provocando que disminuya recuerdo de las últimas 3-5 palabras de la
lista (probablemente, aquellas que aún permanecen en la MEMORIA A CORTO PLAZO).
Por contra, el recuerdo
de las primeras palabras de la lista (que presumiblemente ya han sido
transferidos a la MLP) se mantiene en unos niveles normales.
Otro tipo de
manipulaciones experimentales, como por ejemplo, utilizar palabras
semánticamente relacionadas, afecta únicamente al recuerdo de las primeras
palabras de la lista, pero no al de las últimas.
Estos resultados
demuestran que existen determinados factores que afectan a la MEMORIA A CORTO
PLAZO (distracciones o repeticiones), y otros que afectan a la MLP (similitud
semántica).
Esto indicaría
que ambos tipos de memoria son independientes y responden a mecanismos
distintos.
Sin embargo, no
todos los estudios concuerdan en señalar esta independencia entre tipos de
memoria. Algunos autores proponen un modelo unitario para todas las escalas
temporales, desde milisegundos hasta años.
Los apoyos en favor de esta teoría
provienen del hecho de que resulta difícil trazar límites claramente definidos
y precisos entre la MEMORIA A CORTO PLAZO y la MLP. Por ejemplo, Tarnow señala
que, en una tarea de memorización, no existe discontinuidad en la curva del
olvido sobre un periodo de latencia entre exposición y recuerdo que vaya desde
los 6 hasta los 600 segundos, como cabría esperar si existiera una división
clara entre la MEMORIA A CORTO PLAZO y la MLP.
En otra
investigación se ha encontrado que el patrón de errores cometidos tras una
tarea de recuerdo de una lista inmediatamente después de haberla aprendido
(tarea de recuerdo inmediato) era marcadamente similar al patrón de errores
cometido en una tarea de recuerdo diferido (24 horas después del aprendizaje).
Es decir, entre
ambos casos había similitudes en el rendimiento a pesar de que según la teoría
multialmacén, debería haber funcionando dos tipos distintos de memoria.
Bases biológicas
Tarnow propuso
que en la MEMORIA A CORTO PLAZO intervienen mecanismos de activación de
neuronas que provocan la depleción del pool de liberación rápida de las
vesículas neurotransmisoras en las terminales presinápticas.
El patrón de
activación de las terminales presinápticas deplecionadas representan el trazo o
huella de memoria a largo plazo, y la depleción en sí misma es la memoria a
corto plazo.
Cuando la activación neuronal se reduce, la endocitosis causa la
decaída de la memoria a corto plazo. Si la endocitosis se completa (es decir,
si el recuerdo no se vuelve a activar), el patrón de activación de las
terminales postsinápticas exhaustas desaparece, y con ello, desaparece la MEMORIA
A CORTO PLAZO. La MLP permanece como un patrón metaestable de activación
neuronal (potenciación a largo plazo).
Relación entre MEMORIA
A CORTO PLAZO y memoria de trabajo
La relación entre
la MEMORIA A CORTO PLAZO y la memoria de trabajo (o memoria operativa) ha sido
descrita de forma diferente desde varias teorías, pero está generalmente
aceptado el hecho de que ambos conceptos están bien diferenciados.
La memoria de
trabajo es un marco de trabajo teórico que se refiere a las estructuras y
procesos que intervienen en el almacenamiento temporal y la manipulación de la
información.
Así, a la memoria
de trabajo también se la conoce como "atención de trabajo".
Generalmente, por MEMORIA A CORTO PLAZO se entiende un almacén a corto plazo de
información, lo que no implica ningún tipo de manipulación u organización del
material retenido en la memoria. Así, a pesar de que existen componentes de la MEMORIA
A CORTO PLAZO que forman parte de algunos modelos de memoria de trabajo, el
concepto de MEMORIA A CORTO PLAZO en sí mismo es diferente de estas propuestas
teóricas de carácter más hipotético.
Alan Baddeley
desarrolló un influyente modelo de funcionamiento de la memoria de trabajo que
incluye dos mecanismos de almacenaje de información a corto plazo: el bucle fonológico y la agenda
visoespacial.
La mayoría de las
investigaciones al respecto se centran en el bucle fonológico, ya que la mayor
parte de los estudios realizados sobre la MEMORIA A CORTO PLAZO se han
desarrollado empleando material verbal.
No obstante, en
los últimos años ha surgido un interés en el estudio de la memoria visual a
corto plazo, y también ha aumentado el número de estudios referidos a la memoria
espacial a corto plazo.
Duración de la MEMORIA
A CORTO PLAZO
La limitada
duración de la MEMORIA A CORTO PLAZO sugiere que su contenido decae de forma
espontánea con el transcurso del tiempo. La asunción de este decaimiento forma
parte de muchas teorías explicativas del funcionamiento de la MEMORIA A CORTO
PLAZO, como ocurre en el caso del modelo de Baddeley, considerado el más
influyente.
Esta idea de
decaída o desvanecimiento de la información va en paralelo con la del ensayo
encubierto o repetición encubierta: para sortear las limitaciones temporales de
la MEMORIA A CORTO PLAZO y retener la información durante más tiempo es
necesario repetir periódicamente la información (ya sea mediante una
articulación en voz baja, o bien simulando mentalmente esa articulación).
De este modo, la
información vuelve a re-introducirse en el almacén a corto plazo y puede ser
retenida durante un periodo de tiempo adicional.
No obstante,
algunos investigadores han puesto en tela juicio que este desvanecimiento
espontáneo desempeñe un papel significante en el olvido a corto plazo.,10 11 y
hasta el momento las evidencias al respecto están lejos de ser concluyentes.
Algunos autores
dudan de que el desvanecimiento espontáneo cause el olvido de la información
almacenada en la MEMORIA A CORTO PLAZO, y proponen como alternativa algún modo
de interferencia: cuando varios elementos (tales como dígitos, palabras o
imágenes) están siendo mantenidos simultáneamente en la MEMORIA A CORTO PLAZO,
sus representaciones compiten entre sí para ser recordadas y cada una de ellas
puede dificultar el recuerdo de las demás.
Así, a medida que
se va introduciendo nuevo contenido en el almacén a corto plazo, se va
desplazando el contenido más antiguo, a menos que éste se encuentre protegido
contra estas interferencias mediante repeticiones encubiertas, o siendo objeto
de una atención directa y consciente.13
Capacidad de la MEMORIA
A CORTO PLAZO
Sean cuales sean
las causas del olvido de la información almacenada en la MEMORIA A CORTO PLAZO,
existe un consenso al respecto de que existen unos límites estrictos en la cantidad
de nueva información que puede ser retenida durante esos breves periodos de
tiempo.
Esto tiene que
ver con la capacidad limitada de la MEMORIA A CORTO PLAZO. A esta capacidad se
la conoce con el nombre de span de memoria, en referencia al procedimiento más
común que se utiliza para medirla.
En una prueba de
span de memoria, el experimentador va presentando listas de ítems (por ejemplo,
números o palabras) cada vez más largas. Se considera el span de memoria
individual como la lista de mayor longitud que el sujeto es capaz de recordar
correctamente en el orden recibido al menos en la mitad de los ensayos.
En un artículo
clásico y muy influyente, The Magical Number Seven, Plus or Minus Two, el
psicólogo George Miller sugirió que la MEMORIA A CORTO PLAZO humana tiene un
span de memoria de aproximadamente siete elementos más/menos dos.
Algunos estudios
recientes han demostrado que este "número mágico" de siete es
bastante preciso cuando se ha probado en tests de recuerdo de listas de dígitos
sobre muestras de estudiantes escolares.
No obstante, el
span de memoria varía en función de las poblaciones estudiadas y del material
utilizado en los estudios.
Por ejemplo, la
capacidad de recordar palabras en un orden determinado depende en gran medida
de las características de estas palabras.
Cuando las
palabras requieren un tiempo de articulación mayor, el número de palabras que
se recuerda disminuye, lo que se conoce como «efecto de longitud de la palabra»
(Baddeley, Thomson & Buchanan, 1975).
Análogamente, el
recuerdo también se ve perjudicado cuando las palabras son fonéticamente
similares, lo que se conoce como «efecto de la similitud fonológica» (Conrad
& Hull, 1964).
En el sentido
opuesto, puede facilitarse el recuerdo de un número mayor de palabras cuando
éstas resultan familiares, o se usan frecuentemente (Poirier & Saint-Aubin,
1996). El recuerdo también resulta favorecido cuando todas las palabras de la
lista pertenecen a una misma categoría semántica; por ejemplo, términos
relacionados con el deporte (Poirier & Saint-Aubin, 1995). De acuerdo con
las evidencias disponibles, la mejor aproximación a la estimación de la
capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO se ha realizado en términos de «piezas» o
«chunks» de información.
Por el contrario, en tareas de recuerdo libre,
se ha demostrado que no existe un límite «cuantificado», si no que más bien
entra en juego el decaimiento del recuerdo con el paso del tiempo.16
Chunk
El chunking (de
chunk o fragmento de información) es el proceso a través del cual se puede
expandir la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO para poder retener en ella un
mayor número de elementos.
Es el modo en que
una persona organiza el material en grupos significativos. Aunque el individuo
medio sólo es capaz de retener alrededor de cuatro o cinco elementos diferentes
en la MEMORIA A CORTO PLAZO, el chunking o agrupación significativa puede
incrementar esta capacidad de forma notable.
Por ejemplo, a la
hora de recordar un número de teléfono, se pueden agrupar los dígitos en tres
grupos. Esta técnica mnemotécnica hace que resulte más sencillo recordar el
número de teléfono que si se intentara recordar la serie de nueve números
independientes.
La práctica y el
uso de la información existente en la memoria a largo plazo puede llevar a
mejoras en la capacidad de organizar la información de forma significativa en
chunks.
En una sesión de
prueba, un corredor estadounidense fue capaz de recordar una serie de 79
dígitos tras escucharlos una sola vez, al agruparlos significativamente como
resultados de tiempo de carreras (por ejemplo, si los primeros números eran
1548, el corredor recordaba 1 minuto, 548 milésimas) (Ericsson, Chase &
Faloon, 1980)
Factores que
afectan a la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO
Resulta muy
complicado demostrar la capacidad exacta de la MEMORIA A CORTO PLAZO, porque
sufre variaciones en función del material a recordar utilizado en las distintas
pruebas.
No existe un modo
satisfactorio de definir la unidad básica de información que se registra en el
almacén de la MEMORIA A CORTO PLAZO. También es posible que la MEMORIA A CORTO
PLAZO no sea exactamente igual que el almacén de memoria propuesto por Atkinson
y Shiffrin, en cuyo caso la explicación del papel y funcionamiento de la MEMORIA
A CORTO PLAZO se hace aún más difícil. En cualquier caso, se puede afirmar que
la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO se ve afectada por factores como la
influencia de la MLP, la lectura en voz alta, la longitud de la palabra, y las
diferencias individuales.
Se ha sabido
desde hace mucho que las regiones cerebrales de la parte frontal del cerebro
están implicadas en la memoria a corto plazo, mientras que el procesamiento de
información visual tiene lugar, principalmente, en la parte trasera del mismo.
Sin embargo, para
recordar con éxito información visual a lo largo de un periodo corto de tiempo,
estas distantes regiones necesitan coordinarse e integrar información.
Para comprender
mejor cómo ocurre esto, científicos del Instituto Max Planck para Cibernética
Biológica del departamento de Nikos Logothetis registraron la actividad
eléctrica tanto del área visual como de la parte frontal del cerebro de monos.
Los científicos
mostraron a los animales imágenes distintas o idénticas en intervalos de tiempo
cortos mientras registraban su actividad cerebral. Los animales tenían que
indicar si la segunda imagen era la misma que la primera.
Los científicos
observaron que, en cada una de las dos regiones cerebrales, la actividad
mostraba fuertes oscilaciones en un cierto conjunto de frecuencias, conocidas
como banda theta. Es importante señalar que estas oscilaciones no tuvieron
lugar de forma independiente entre ellas, sino que sincronizaron su actividad
temporalmente:
"Es como si
tuvieses dos puertas giratorias en cada una de las dos áreas.
Durante el
funcionamiento de la memoria, se sincronizan, permitiendo de esta manera que la
información pase a través de ellas de manera mucho más eficiente que si
estuviesen desincronizadas", explica Stefanie Liebe, primera autora del
estudio llevado a cabo en el equipo de Gregor Rainer en cooperación con Gregor
Hörzer de la Universidad Técnica de Graz.
Cuanto más
sincronizada estaba la actividad, mejor recordaban los animales la imagen
inicial. De esta manera, los autores fueron capaces de establecer una relación
directa entre lo que observaron en el cerebro y el resultado del animal.
Estudios con sujetos neurológicamente normales,
estudios clínicos e investigaciones con animales han puesto de manifiesto la
existencia de múltiples tipos dememoria que se sustentan en el adecuado
funcionamiento de diversos sistemas neuronales.
El conjunto de estructuras cerebrales que
participan en los procesos de memoria está profusamente difundido en el
cerebro, participando tanto estructuras corticales como subcorticales.
Sin embargo, para que ésta se pueda dar, nuestro
cerebro necesita de la entrada de estímulos que debemos seleccionar, mantener,
codificar y transferir a ese almacén o memoria a largo plazo.
Todas esas funciones se realizan en otra
estructura de memoria denominada memoria a corto plazo (MEMORIA A CORTO PLAZO)
o memoria de trabajo (MT). Siguiendo el Modelo Modal de Atkinson y Shiffrin, la
MEMORIA A CORTO PLAZO se encuentra entre el almacén sensorial y la memoria a largo
plazo.
La información en MEMORIA A CORTO PLAZO decae
rápidamente y su información no puede transferirse a MLP a menos que se
utilicen procesos de atención y funciones ejecutivas.
Por tanto, el curso del procesamiento sería el
siguiente. La información accede a nuestro cerebro a través de los distintos
sistemas sensoriales, constituyendo de esta forma, y para algunos autores, la
primera huella mnésica del material adquirido.
Posteriormente, la información es codificada en lo
que podríamos denominar memoria a corto plazo, algunas veces denominada memoria
de trabajo.
La consolidación a largo plazo de la información
codificada, así como la evocación inmediata de la misma, parecen ser funciones
altamente dependientes de la memoria de trabajo. Al mismo tiempo, se observa
que hacemos uso de la memoria de trabajo cuando evocamos información retenida a
largo plazo.
La memoria de trabajo es una extensión del concepto anterior de MEMORIA A CORTO PLAZO
ejemplificado en el modelo modal de Atkinson y Shiffrin. Baddeley y Hitch
promueven reemplazar el concepto de sistema a corto plazo unitario por un
sistema múltiple.
Así la memoria de trabajo (MT) está formada por
tres componentes que son el Ejecutivo Central y dos sistemas de almacenamiento:
La Agenda Visoespacial y el Bucle Fonológico.
El ejecutivo central es un sistema de control
atencional y coordinador de los subsistemas "esclavos".
El bucle fonológico estaría implicado en la
información auditiva y relacionado con el habla, es responsable del
almacenamiento temporal de información verbal para su uso.
Por último, la agenda visoespacial estaría
relacionada con el mantenimiento y manipulación de información espacial y
visual, responsable del almacenamiento temporal de información no verbal.
Así pues, la memoria de trabajo, con sus tres
subsistemas, posee capacidad limitada, y es la encargada de almacenar y
manipular información.
La formulación de la memoria de trabajo en los
términos planteados por Baddeley ha incentivado, desde la neuropsicología, la
búsqueda de correlatos anatómicos a cada uno de los componentes.
Así, parece que el cortex prefrontal es la
estructura responsable de la integración de los distintos componentes de la
memoria de trabajo.
Las regiones que contribuyen a esta función son
múltiples.
El ejecutivo central estaría regulado por la
corteza prefrontal; el bucle fonológico estaría vinculado a regiones
temporoparietales izquierdas, así como áreas motoras y premotoras del
hemisferio izquierdo; y la agenda visoespacial está regulada por regiones
parieto-occipitales derechas.
En resumen, parece que no hay un único tipo de
memoria ni un único sistema neural subyacente a ésta.
Al contrario, existen estructuras de memoria y
múltiples sistemas neurales que los sustentan.
Las investigaciones realizadas sobre memoria en
niños con TDAH muestran resultados inconsistentes, encontrándose diferencias en
memoria en algunos estudios pero no en otros.
Así, Kaplan et al administraron la batería de
memoria WRAML (Wide Range Assesment of Memory and Learning) a niños con TDAH y
controles.
Dicha batería está formada por distintos subtests
que miden memoria verbal (memoria de historias, memoria de frases y memoria de
números y letras), memoria visual (memoria de imágenes, memoria de diseños) y
aprendizaje (verbal, de sonidos y visual).
Los resultados mostraron que los niños con TDAH
tenían un peor rendimiento que el grupo control en memoria de frases y memoria
de números y letras.
Sin embargo, no se encontraron diferencias
significativas en la memoria de imágenes y de diseño. Así como tampoco se
encontraron diferencias en los subtests que medían aprendizaje verbal, visual y
de sonidos.
Para el grupo de Kaplan, estos resultados ponen de
manifiesto que los déficits de memoria verbal no son una característica
definitoria del trastorno por déficit de atención con hiperactividad dado que
en la prueba de memoria de historias no se encontraron diferencias entre ambos
grupos, sino que los niños TDAH tienen dificultades en los procesos de atención
empleados para almacenar la información como se pone de manifiesto en las
diferencias encontradas en las pruebas de memoria de frases, números y letras,
pruebas especialmente sensibles a los procesos de atención/concentración.
El estudio
destaca la importancia de las oscilaciones cerebrales para la comunicación e
interacción de distintas regiones cerebrales. Casi todos los actos cognitivos
polifacéticos, como el reconocimiento visual, surgen a partir de una compleja
interconexión de redes neuronales especializadas y distribuidas.
Cómo se
establecen las relaciones entre tales
zonas distribuidas y cómo contribuyen a representar y comunicar la información
sobre eventos externos e internos para lograr una percepción coherente es algo
que aún no se comprende bien.
Por otra parte,
Ott y Lyman no encuentran diferencias significativas entre TDAH y controles en
una prueba de memoria espacial, aunque los sujetos con TDAH lograron en el
recuerdo libre algunos ítems menos que el grupo control.
Resultados en la misma línea son aportados
también por Kitazawa, Hirabayashi y Kobayashi quienes examinaron el rendimiento
de niños con TDAH y controles en el Auditory Verbal Learning Test (AVLT), y en
el ReyOsterrieth Complex Figure Test (RCFT), además de tareas de memoria
extraídas de las baterías WISC-III y KABC, no encontrando diferencias
significativas entre ambos grupos. Cornoldi, Barbieri, Gaiani y Zocchi
examinaron las estrategias de memoria de un grupo de niños controles y TDAH. En
una serie de tres experimentos a los participantes se les administraron pruebas
de recuerdo libre utilizando materiales algunos de los cuales podían
categorizarse y otros estaban repetidos.
Los resultados
mostraron que los niños con TDAH presentaban un menor recuerdo de los
materiales y un mayor número de intrusiones comparado con los niños del grupo
control.
Sin embargo,
cuando se les prestaba ayuda para que utilizasen estrategias, que consistían en
organizar el material semánticamente, su nivel de ejecución era similar al del
grupo control.
Un análisis
pormenorizado de sus resultados reveló que el patrón de déficit mostrado por
los TDAH era indicativo de déficit en el funcionamiento ejecutivo, no en el
conocimiento.
En la misma línea
se sitúan los trabajos de Ott y Lyman quienes encontraron un peor rendimiento
en el grupo de niños TDAH en pruebas de recuerdo libre y las investigaciones de
Douglas y Benezra que mostraron que los TDAH presentan déficits en tareas de
memoria que requieren organización y repetición deliberada de la información.
Los niños TDAH
según Douglas tienen déficits en el procesamiento ejecutivo responsable de la
organización y monitorización del procesamiento de la información, la
movilización de la atención, el esfuerzo y la inhibición de la respuesta
inapropiada.
En esta misma
línea se expresa Denckla para quien los déficits de memoria observados en TDAH
no son tanto de atención sino de intención, enfatizando nuevamente el papel
que desempeñan las funciones ejecutivas en el rendimiento en memoria.
Los estudios
anteriores muestran inconsistencia en los resultados en memoria en TDAH. Sin
embargo, la memoria de trabajo no es una única estructura, sino que está
compuesta por tres componentes como son el ejecutivo central, el bucle
fonológico y la agenda visoespacial, y por tanto esta población puede presentar
problemas en una subestructura concreta de la memoria de trabajo tener otras intactas.
O lo que es lo
mismo, el déficit mnésico no es cuestión de todo o nada, y los niños TDAH
pueden rendir igual que los controles en alguna prueba y presentar problemas en
otras.
Así, se ha
encontrado que los niños TDAH no presentan dificultades cuando los estímulos
que se les presentan son visuales o en forma de figuras como por ejemplo la
Figura Compleja de Rey o los que aparecen en la Escala Wechsler de Memoria.
Sin embargo,
cuando las pruebas utilizadas presentan material verbal como listas de palabras
o pares asociados como las incluidas en el Test de Aprendizaje Verbal
California sí se encuentran diferencias entre TDAH y controles.
Incluso en el
subtest de span o amplitud de dígitos de la Escala Wechsler de Inteligencia
para Niños se ha encontrado una menor amplitud en niños TDAH comparado con
controles.
Resultados en
esta misma línea de investigación han sido encontrados recientemente por
nuestro grupo de investigación. Así, administramos pruebas de memoria verbal,
visual y memoria de trabajo a una muestra de niños con TDAH y niños controles.
Cuando la prueba
consistía en aprender una lista de palabras (medida con la AVLT- Rey) no se
encontraron diferencias significativas en recuerdo libre entre los grupos en el
primer ensayo de aprendizaje, pero sí en los cuatro ensayos posteriores.
Tampoco se
encontraron diferencias en el recuerdo de la lista de interferencia, ni en la
prueba de reconocimiento. Sin embargo, sí se encontraron diferencias entre
ambos grupos cuando la prueba de recuerdo se realizaba tras la presentación de
la lista de interferencia y tras un intervalo de 30 minutos.
Cuando la prueba
requería el recuerdo de una historia (Memoria de Historias del TOMAL) no se
encontraron diferencias entre niños TDAH y controles en recuerdo libre
inmediato, pero sí en el recuerdo demorado.
En las pruebas de
material visual, tanto visoperceptivo (medido con la Figura Compleja de Rey)
como visoespacial (medido con Recuerdo Selectivo Visual del TOMAL) no se
encontraron diferencias significativas entre ambos grupos en memoria visual.
Finalmente, en la memoria de trabajo verbal (medida con la prueba de Memoria de
trabajo de Frases) se encontraron diferencias entre los grupos; sin embargo,
cuando la misma función fue medida con la prueba Dígitos del WISC-R en la
versión inversa no se encontraron tales diferencias. Tampoco se encontraron
diferencias en la memoria de trabajo visoespacial (medida con la prueba de
localización espacial de la Wechsler Memory Scale III).
En resumen, en lo
referente a memoria verbal, no se encontraron diferencias entre los niños con
TDAH y los controles para la adquisición de información y, en cambio, sí se
objetivaron diferencias en el recuerdo libre, tanto inmediato como demorado.
Indicando la presencia de dificultades en la búsqueda espontánea de información
que ha sido previamente almacenada junto a beneficio cuando la prueba les
facilita claves o ayudas.
Esto muestra que las dificultades son de evocación
espontánea. De
esta manera, los niños con TDAH tienen déficit en las estrategias de
organización, búsqueda, selección y/o recuperación de la información de
naturaleza verbal, reflejando este perfil de resultados un rendimiento
ejecutivo deficiente.
Con respecto a la
memoria visual, los resultados ponen de manifiesto que el rendimiento del grupo
TDAH es similar al grupo control, es decir parecen no tener dificultades en la
recuperación espontánea de información de naturaleza visual, ni para material
visoperceptivo ni visoespacial. Por lo que respecta a la amplitud de memoria,
tanto directa como inversa, no se encontraron diferencias entre los grupos ni
para material verbal ni visual.
Sin embargo, sí
se encontraron diferencias en la amplitud de la memoria de trabajo medida con
la prueba de Memoria de Trabajo de Frases.
Estudios
realizados con tomografía por emisión de positrones muestran que los niños TDAH
usan regiones de su cerebro asociadas con tareas visuales (región occipital)
cuando están realizando tareas en la memoria de trabajo, en mayor medida que el
cortex prefrontal que utilizan los sujetos controles.
La conclusión a
la que se puede llegar es que los datos obtenidos en la población TDAH son
consistentes con un déficit en el funcionamiento del bucle fonológico y del
ejecutivo central, dos estructuras importantes de la memoria de trabajo.
Por lo que respecta
a la agenda visoespacial, estructura encargada del mantenimiento y manipulación
de información visual y espacial, los niños TDAH no presentan problemas.
Siguiendo la
propuesta de localización de Baddeley, esto haría esperable la existencia de
alteraciones en el funcionamiento de la cortezaprefrontal dorsolateral,
temporoparietal izquierda y motora y premotora también izquierdas.
Dado que los
componentes del bucle fonológico son críticos para el reconocimiento de
palabras, el desarrollo del lenguaje y las habilidades lectoras es importante
su estudio para una mejor comprensión del TDAH que facilite la intervención en
aquellos aspectos más deteriorados en esta población.
Fuente
Bibliográfica.
Revista de
Psiquiatria Infanto-Juvenil R. Martin, S. Hernandez, M.A., Alonso, M.
Izquierdo, P. Gonzalez-Perez, J. Bravo "Procesos psicológicos complejos en
niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad: una perspectiva
neuropsicológica"
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