martes, enero 27, 2015

TDAH y la memoria a corto plazo

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Mantener la información en la memoria durante un periodo corto es una tarea aparentemente simple y cotidiana.

Usamos la memoria a corto plazo para recordar un nuevo número de teléfono si no hay nada a mano para escribirlo, o para encontrar dentro de una tienda el maravilloso vestido que acabamos de admirar en el escaparate.

Aún a pesar de la aparente simplicidad de estas acciones, la memoria a corto plazo es un acto cognitivo complejo que implica la participación de múltiples regiones cerebrales.
Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Cibernética Biológica en Tübingen, Alemania, ahora se acercan a responder esta pregunta.

Descubrieron que las oscilaciones entre distintas regiones del cerebro son cruciales en el recuerdo visual de cosas a lo largo de breves periodos de tiempo.

Memoria a corto plazo


La memoria a corto plazo (MEMORIA A CORTO PLAZO), también conocida como "memoria primaria" o "memoria activa", es la capacidad para mantener en mente de forma activa una pequeña cantidad de información, de forma que se encuentre inmediatamente disponible durante un corto periodo de tiempo.

La duración de la MEMORIA A CORTO PLAZO está estimada en varios segundos, y respecto a su capacidad, está comúnmente aceptada la cifra de 7 ± 2 elementos.

Por el contrario, la memoria a largo plazo almacena de forma indefinida una cantidad de información que se supone puede ser ilimitada.

La MEMORIA A CORTO PLAZO debe distinguirse de la memoria de trabajo, o "memoria operativa" que hace referencia a las estructuras y procesos que intervienen en el almacenamiento y manipulación de la información.

La MEMORIA A CORTO PLAZO como almacén independiente
La idea de una división de la memoria en términos de corto y largo plazo se remonta al siglo XIX. En los años sesenta se desarrolló un modelo clásico explicativo del funcionamiento de la memoria que asume que todos los recuerdos pasan del almacén a corto plazo a un almacén a largo plazo tras un breve periodo de tiempo. A esta teoría se la conoce como "modelo modal" o "modelo multialmacén", y ha sido ampliamente desarrollado por Atkinson y Shiffrin.

A día de hoy, aún existen controversias al respecto del funcionamiento de los mecanismos concretos por los cuales tiene lugar esta tranferencia, así como sobre si todos los recuerdos, o sólo una parte de ellos, pasan a ser retenidos de forma indefinida. Algunos autores ponen en duda incluso la existencia de una separación genuina entre ambos almacenes.

Uno de los argumentos citados en favor de la existencia separada de un almacén a corto plazo tiene que ver con el fenómeno de la amnesia anterógrada; esto es, la incapacidad de aprender nuevos hechos o episodios concretos.

Los afectados por este tipo de amnesia conservan intacta la capacidad para retener pequeñas cantidades de información durante breves periodos de tiempo (hasta treinta segundos), pero tienen serias dificultades para formar recuerdos a largo plazo (un famoso ejemplo de ello es el caso del paciente HM, cuya forma de amnesia fue objeto de numerosos estudios por parte de la comunidad científica).

Estos datos han sido interpretados como una prueba de la existencia de un almacén de memoria a corto plazo que no se ve afectado por la amnesia.

Otra evidencia emana de los estudios que demuestran que algunas manipulaciones experimentales pueden afectar al rendimiento memorístico. Así, por ejemplo, realizar una tarea distractora (por ejemplo, una serie de restas de un número mayor) inmediatamente después de la lectura de una lista de palabras, empeora los resultados provocando que disminuya recuerdo de las últimas 3-5 palabras de la lista (probablemente, aquellas que aún permanecen en la MEMORIA A CORTO PLAZO).

Por contra, el recuerdo de las primeras palabras de la lista (que presumiblemente ya han sido transferidos a la MLP) se mantiene en unos niveles normales.

Otro tipo de manipulaciones experimentales, como por ejemplo, utilizar palabras semánticamente relacionadas, afecta únicamente al recuerdo de las primeras palabras de la lista, pero no al de las últimas.

Estos resultados demuestran que existen determinados factores que afectan a la MEMORIA A CORTO PLAZO (distracciones o repeticiones), y otros que afectan a la MLP (similitud semántica).

Esto indicaría que ambos tipos de memoria son independientes y responden a mecanismos distintos.

Sin embargo, no todos los estudios concuerdan en señalar esta independencia entre tipos de memoria. Algunos autores proponen un modelo unitario para todas las escalas temporales, desde milisegundos hasta años.

Los apoyos en favor de esta teoría provienen del hecho de que resulta difícil trazar límites claramente definidos y precisos entre la MEMORIA A CORTO PLAZO y la MLP. Por ejemplo, Tarnow señala que, en una tarea de memorización, no existe discontinuidad en la curva del olvido sobre un periodo de latencia entre exposición y recuerdo que vaya desde los 6 hasta los 600 segundos, como cabría esperar si existiera una división clara entre la MEMORIA A CORTO PLAZO y la MLP.

En otra investigación se ha encontrado que el patrón de errores cometidos tras una tarea de recuerdo de una lista inmediatamente después de haberla aprendido (tarea de recuerdo inmediato) era marcadamente similar al patrón de errores cometido en una tarea de recuerdo diferido (24 horas después del aprendizaje).

Es decir, entre ambos casos había similitudes en el rendimiento a pesar de que según la teoría multialmacén, debería haber funcionando dos tipos distintos de memoria.

Bases biológicas

Tarnow propuso que en la MEMORIA A CORTO PLAZO intervienen mecanismos de activación de neuronas que provocan la depleción del pool de liberación rápida de las vesículas neurotransmisoras en las terminales presinápticas.

El patrón de activación de las terminales presinápticas deplecionadas representan el trazo o huella de memoria a largo plazo, y la depleción en sí misma es la memoria a corto plazo. 

Cuando la activación neuronal se reduce, la endocitosis causa la decaída de la memoria a corto plazo. Si la endocitosis se completa (es decir, si el recuerdo no se vuelve a activar), el patrón de activación de las terminales postsinápticas exhaustas desaparece, y con ello, desaparece la MEMORIA A CORTO PLAZO. La MLP permanece como un patrón metaestable de activación neuronal (potenciación a largo plazo).

Relación entre MEMORIA A CORTO PLAZO y memoria de trabajo

La relación entre la MEMORIA A CORTO PLAZO y la memoria de trabajo (o memoria operativa) ha sido descrita de forma diferente desde varias teorías, pero está generalmente aceptado el hecho de que ambos conceptos están bien diferenciados.

La memoria de trabajo es un marco de trabajo teórico que se refiere a las estructuras y procesos que intervienen en el almacenamiento temporal y la manipulación de la información.

Así, a la memoria de trabajo también se la conoce como "atención de trabajo". Generalmente, por MEMORIA A CORTO PLAZO se entiende un almacén a corto plazo de información, lo que no implica ningún tipo de manipulación u organización del material retenido en la memoria. Así, a pesar de que existen componentes de la MEMORIA A CORTO PLAZO que forman parte de algunos modelos de memoria de trabajo, el concepto de MEMORIA A CORTO PLAZO en sí mismo es diferente de estas propuestas teóricas de carácter más hipotético.

Alan Baddeley desarrolló un influyente modelo de funcionamiento de la memoria de trabajo que incluye dos mecanismos de almacenaje de información a corto plazo: el bucle fonológico y la agenda visoespacial.

La mayoría de las investigaciones al respecto se centran en el bucle fonológico, ya que la mayor parte de los estudios realizados sobre la MEMORIA A CORTO PLAZO se han desarrollado empleando material verbal.

No obstante, en los últimos años ha surgido un interés en el estudio de la memoria visual a corto plazo, y también ha aumentado el número de estudios referidos a la memoria espacial a corto plazo.

Duración de la MEMORIA A CORTO PLAZO

La limitada duración de la MEMORIA A CORTO PLAZO sugiere que su contenido decae de forma espontánea con el transcurso del tiempo. La asunción de este decaimiento forma parte de muchas teorías explicativas del funcionamiento de la MEMORIA A CORTO PLAZO, como ocurre en el caso del modelo de Baddeley, considerado el más influyente.

Esta idea de decaída o desvanecimiento de la información va en paralelo con la del ensayo encubierto o repetición encubierta: para sortear las limitaciones temporales de la MEMORIA A CORTO PLAZO y retener la información durante más tiempo es necesario repetir periódicamente la información (ya sea mediante una articulación en voz baja, o bien simulando mentalmente esa articulación).
De este modo, la información vuelve a re-introducirse en el almacén a corto plazo y puede ser retenida durante un periodo de tiempo adicional.
No obstante, algunos investigadores han puesto en tela juicio que este desvanecimiento espontáneo desempeñe un papel significante en el olvido a corto plazo.,10 11 y hasta el momento las evidencias al respecto están lejos de ser concluyentes.
Algunos autores dudan de que el desvanecimiento espontáneo cause el olvido de la información almacenada en la MEMORIA A CORTO PLAZO, y proponen como alternativa algún modo de interferencia: cuando varios elementos (tales como dígitos, palabras o imágenes) están siendo mantenidos simultáneamente en la MEMORIA A CORTO PLAZO, sus representaciones compiten entre sí para ser recordadas y cada una de ellas puede dificultar el recuerdo de las demás.
Así, a medida que se va introduciendo nuevo contenido en el almacén a corto plazo, se va desplazando el contenido más antiguo, a menos que éste se encuentre protegido contra estas interferencias mediante repeticiones encubiertas, o siendo objeto de una atención directa y consciente.13

Capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO
Sean cuales sean las causas del olvido de la información almacenada en la MEMORIA A CORTO PLAZO, existe un consenso al respecto de que existen unos límites estrictos en la cantidad de nueva información que puede ser retenida durante esos breves periodos de tiempo.
Esto tiene que ver con la capacidad limitada de la MEMORIA A CORTO PLAZO. A esta capacidad se la conoce con el nombre de span de memoria, en referencia al procedimiento más común que se utiliza para medirla.
En una prueba de span de memoria, el experimentador va presentando listas de ítems (por ejemplo, números o palabras) cada vez más largas. Se considera el span de memoria individual como la lista de mayor longitud que el sujeto es capaz de recordar correctamente en el orden recibido al menos en la mitad de los ensayos.

En un artículo clásico y muy influyente, The Magical Number Seven, Plus or Minus Two, el psicólogo George Miller sugirió que la MEMORIA A CORTO PLAZO humana tiene un span de memoria de aproximadamente siete elementos más/menos dos.
Algunos estudios recientes han demostrado que este "número mágico" de siete es bastante preciso cuando se ha probado en tests de recuerdo de listas de dígitos sobre muestras de estudiantes escolares.
No obstante, el span de memoria varía en función de las poblaciones estudiadas y del material utilizado en los estudios.
Por ejemplo, la capacidad de recordar palabras en un orden determinado depende en gran medida de las características de estas palabras.
Cuando las palabras requieren un tiempo de articulación mayor, el número de palabras que se recuerda disminuye, lo que se conoce como «efecto de longitud de la palabra» (Baddeley, Thomson & Buchanan, 1975).
Análogamente, el recuerdo también se ve perjudicado cuando las palabras son fonéticamente similares, lo que se conoce como «efecto de la similitud fonológica» (Conrad & Hull, 1964).
En el sentido opuesto, puede facilitarse el recuerdo de un número mayor de palabras cuando éstas resultan familiares, o se usan frecuentemente (Poirier & Saint-Aubin, 1996). El recuerdo también resulta favorecido cuando todas las palabras de la lista pertenecen a una misma categoría semántica; por ejemplo, términos relacionados con el deporte (Poirier & Saint-Aubin, 1995). De acuerdo con las evidencias disponibles, la mejor aproximación a la estimación de la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO se ha realizado en términos de «piezas» o «chunks» de información.
 Por el contrario, en tareas de recuerdo libre, se ha demostrado que no existe un límite «cuantificado», si no que más bien entra en juego el decaimiento del recuerdo con el paso del tiempo.16

Chunk
El chunking (de chunk o fragmento de información) es el proceso a través del cual se puede expandir la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO para poder retener en ella un mayor número de elementos.
Es el modo en que una persona organiza el material en grupos significativos. Aunque el individuo medio sólo es capaz de retener alrededor de cuatro o cinco elementos diferentes en la MEMORIA A CORTO PLAZO, el chunking o agrupación significativa puede incrementar esta capacidad de forma notable.
Por ejemplo, a la hora de recordar un número de teléfono, se pueden agrupar los dígitos en tres grupos. Esta técnica mnemotécnica hace que resulte más sencillo recordar el número de teléfono que si se intentara recordar la serie de nueve números independientes.

La práctica y el uso de la información existente en la memoria a largo plazo puede llevar a mejoras en la capacidad de organizar la información de forma significativa en chunks.
En una sesión de prueba, un corredor estadounidense fue capaz de recordar una serie de 79 dígitos tras escucharlos una sola vez, al agruparlos significativamente como resultados de tiempo de carreras (por ejemplo, si los primeros números eran 1548, el corredor recordaba 1 minuto, 548 milésimas) (Ericsson, Chase & Faloon, 1980)

Factores que afectan a la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO
Resulta muy complicado demostrar la capacidad exacta de la MEMORIA A CORTO PLAZO, porque sufre variaciones en función del material a recordar utilizado en las distintas pruebas.
No existe un modo satisfactorio de definir la unidad básica de información que se registra en el almacén de la MEMORIA A CORTO PLAZO. También es posible que la MEMORIA A CORTO PLAZO no sea exactamente igual que el almacén de memoria propuesto por Atkinson y Shiffrin, en cuyo caso la explicación del papel y funcionamiento de la MEMORIA A CORTO PLAZO se hace aún más difícil. En cualquier caso, se puede afirmar que la capacidad de la MEMORIA A CORTO PLAZO se ve afectada por factores como la influencia de la MLP, la lectura en voz alta, la longitud de la palabra, y las diferencias individuales.
Se ha sabido desde hace mucho que las regiones cerebrales de la parte frontal del cerebro están implicadas en la memoria a corto plazo, mientras que el procesamiento de información visual tiene lugar, principalmente, en la parte trasera del mismo.
Sin embargo, para recordar con éxito información visual a lo largo de un periodo corto de tiempo, estas distantes regiones necesitan coordinarse e integrar información.
Para comprender mejor cómo ocurre esto, científicos del Instituto Max Planck para Cibernética Biológica del departamento de Nikos Logothetis registraron la actividad eléctrica tanto del área visual como de la parte frontal del cerebro de monos.
Los científicos mostraron a los animales imágenes distintas o idénticas en intervalos de tiempo cortos mientras registraban su actividad cerebral. Los animales tenían que indicar si la segunda imagen era la misma que la primera.
Los científicos observaron que, en cada una de las dos regiones cerebrales, la actividad mostraba fuertes oscilaciones en un cierto conjunto de frecuencias, conocidas como banda theta. Es importante señalar que estas oscilaciones no tuvieron lugar de forma independiente entre ellas, sino que sincronizaron su actividad temporalmente:
"Es como si tuvieses dos puertas giratorias en cada una de las dos áreas.
Durante el funcionamiento de la memoria, se sincronizan, permitiendo de esta manera que la información pase a través de ellas de manera mucho más eficiente que si estuviesen desincronizadas", explica Stefanie Liebe, primera autora del estudio llevado a cabo en el equipo de Gregor Rainer en cooperación con Gregor Hörzer de la Universidad Técnica de Graz.
Cuanto más sincronizada estaba la actividad, mejor recordaban los animales la imagen inicial. De esta manera, los autores fueron capaces de establecer una relación directa entre lo que observaron en el cerebro y el resultado del animal.
Estudios con sujetos neurológicamente normales, estudios clínicos e investigaciones con animales han puesto de manifiesto la existencia de múltiples tipos dememoria que se sustentan en el adecuado funcionamiento de diversos sistemas neuronales.
El conjunto de estructuras cerebrales que participan en los procesos de memoria está profusamente difundido en el cerebro, participando tanto estructuras corticales como subcorticales.

Sin embargo, para que ésta se pueda dar, nuestro cerebro necesita de la entrada de estímulos que debemos seleccionar, mantener, codificar y transferir a ese almacén o memoria a largo plazo.
Todas esas funciones se realizan en otra estructura de memoria denominada memoria a corto plazo (MEMORIA A CORTO PLAZO) o memoria de trabajo (MT). Siguiendo el Modelo Modal de Atkinson y Shiffrin, la MEMORIA A CORTO PLAZO se encuentra entre el almacén sensorial y la memoria a largo plazo.
La información en MEMORIA A CORTO PLAZO decae rápidamente y su información no puede transferirse a MLP a menos que se utilicen procesos de atención y funciones ejecutivas.
Por tanto, el curso del procesamiento sería el siguiente. La información accede a nuestro cerebro a través de los distintos sistemas sensoriales, constituyendo de esta forma, y para algunos autores, la primera huella mnésica del material adquirido.
Posteriormente, la información es codificada en lo que podríamos denominar memoria a corto plazo, algunas veces denominada memoria de trabajo.
La consolidación a largo plazo de la información codificada, así como la evocación inmediata de la misma, parecen ser funciones altamente dependientes de la memoria de trabajo. Al mismo tiempo, se observa que hacemos uso de la memoria de trabajo cuando evocamos información retenida a largo plazo.
La memoria de trabajo es una extensión del  concepto anterior de MEMORIA A CORTO PLAZO ejemplificado en el modelo modal de Atkinson y Shiffrin. Baddeley y Hitch promueven reemplazar el concepto de sistema a corto plazo unitario por un sistema múltiple.
Así la memoria de trabajo (MT) está formada por tres componentes que son el Ejecutivo Central y dos sistemas de almacenamiento:
La Agenda Visoespacial y el Bucle Fonológico.
El ejecutivo central es un sistema de control atencional y coordinador de los subsistemas "esclavos".
El bucle fonológico estaría implicado en la información auditiva y relacionado con el habla, es responsable del almacenamiento temporal de información verbal para su uso.
Por último, la agenda visoespacial estaría relacionada con el mantenimiento y manipulación de información espacial y visual, responsable del almacenamiento temporal de información no verbal.
Así pues, la memoria de trabajo, con sus tres subsistemas, posee capacidad limitada, y es la encargada de almacenar y manipular información.

La formulación de la memoria de trabajo en los términos planteados por Baddeley ha incentivado, desde la neuropsicología, la búsqueda de correlatos anatómicos a cada uno de los componentes.
Así, parece que el cortex prefrontal es la estructura responsable de la integración de los distintos componentes de la memoria de trabajo.
Las regiones que contribuyen a esta función son múltiples.
El ejecutivo central estaría regulado por la corteza prefrontal; el bucle fonológico estaría vinculado a regiones temporoparietales izquierdas, así como áreas motoras y premotoras del hemisferio izquierdo; y la agenda visoespacial está regulada por regiones parieto-occipitales derechas.
En resumen, parece que no hay un único tipo de memoria ni un único sistema neural subyacente a ésta.
Al contrario, existen estructuras de memoria y múltiples sistemas neurales que los sustentan.
Las investigaciones realizadas sobre memoria en niños con TDAH muestran resultados inconsistentes, encontrándose diferencias en memoria en algunos estudios pero no en otros.
Así, Kaplan et al administraron la batería de memoria WRAML (Wide Range Assesment of Memory and Learning) a niños con TDAH y controles.

Dicha batería está formada por distintos subtests que miden memoria verbal (memoria de historias, memoria de frases y memoria de números y letras), memoria visual (memoria de imágenes, memoria de diseños) y aprendizaje (verbal, de sonidos y visual).
Los resultados mostraron que los niños con TDAH tenían un peor rendimiento que el grupo control en memoria de frases y memoria de números y letras.
Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en la memoria de imágenes y de diseño. Así como tampoco se encontraron diferencias en los subtests que medían aprendizaje verbal, visual y de sonidos.
Para el grupo de Kaplan, estos resultados ponen de manifiesto que los déficits de memoria verbal no son una característica definitoria del trastorno por déficit de atención con hiperactividad dado que en la prueba de memoria de historias no se encontraron diferencias entre ambos grupos, sino que los niños TDAH tienen dificultades en los procesos de atención empleados para almacenar la información como se pone de manifiesto en las diferencias encontradas en las pruebas de memoria de frases, números y letras, pruebas especialmente sensibles a los procesos de atención/concentración.


El estudio destaca la importancia de las oscilaciones cerebrales para la comunicación e interacción de distintas regiones cerebrales. Casi todos los actos cognitivos polifacéticos, como el reconocimiento visual, surgen a partir de una compleja interconexión de redes neuronales especializadas y distribuidas.
Cómo se establecen las relaciones entre  tales zonas distribuidas y cómo contribuyen a representar y comunicar la información sobre eventos externos e internos para lograr una percepción coherente es algo que aún no se comprende bien.

Por otra parte, Ott y Lyman no encuentran diferencias significativas entre TDAH y controles en una prueba de memoria espacial, aunque los sujetos con TDAH lograron en el recuerdo libre algunos ítems menos que el grupo control.

 Resultados en la misma línea son aportados también por Kitazawa, Hirabayashi y Kobayashi quienes examinaron el rendimiento de niños con TDAH y controles en el Auditory Verbal Learning Test (AVLT), y en el ReyOsterrieth Complex Figure Test (RCFT), además de tareas de memoria extraídas de las baterías WISC-III y KABC, no encontrando diferencias significativas entre ambos grupos. Cornoldi, Barbieri, Gaiani y Zocchi examinaron las estrategias de memoria de un grupo de niños controles y TDAH. En una serie de tres experimentos a los participantes se les administraron pruebas de recuerdo libre utilizando materiales algunos de los cuales podían categorizarse y otros estaban repetidos.

Los resultados mostraron que los niños con TDAH presentaban un menor recuerdo de los materiales y un mayor número de intrusiones comparado con los niños del grupo control.
Sin embargo, cuando se les prestaba ayuda para que utilizasen estrategias, que consistían en organizar el material semánticamente, su nivel de ejecución era similar al del grupo control.
Un análisis pormenorizado de sus resultados reveló que el patrón de déficit mostrado por los TDAH era indicativo de déficit en el funcionamiento ejecutivo, no en el conocimiento.
En la misma línea se sitúan los trabajos de Ott y Lyman quienes encontraron un peor rendimiento en el grupo de niños TDAH en pruebas de recuerdo libre y las investigaciones de Douglas y Benezra que mostraron que los TDAH presentan déficits en tareas de memoria que requieren organización y repetición deliberada de la información.

Los niños TDAH según Douglas tienen déficits en el procesamiento ejecutivo responsable de la organización y monitorización del procesamiento de la información, la movilización de la atención, el esfuerzo y la inhibición de la respuesta inapropiada.
En esta misma línea se expresa Denckla para quien los déficits de memoria observados en TDAH no son tanto de  atención sino de  intención, enfatizando nuevamente el papel que desempeñan las funciones ejecutivas en el rendimiento en memoria.

Los estudios anteriores muestran inconsistencia en los resultados en memoria en TDAH. Sin embargo, la memoria de trabajo no es una única estructura, sino que está compuesta por tres componentes como son el ejecutivo central, el bucle fonológico y la agenda visoespacial, y por tanto esta población puede presentar problemas en una subestructura concreta de la memoria de trabajo  tener otras intactas.
O lo que es lo mismo, el déficit mnésico no es cuestión de todo o nada, y los niños TDAH pueden rendir igual que los controles en alguna prueba y presentar problemas en otras.
Así, se ha encontrado que los niños TDAH no presentan dificultades cuando los estímulos que se les presentan son visuales o en forma de figuras como por ejemplo la Figura Compleja de Rey o los que aparecen en la Escala Wechsler de Memoria.

Sin embargo, cuando las pruebas utilizadas presentan material verbal como listas de palabras o pares asociados como las incluidas en el Test de Aprendizaje Verbal California sí se encuentran diferencias entre TDAH y controles.
Incluso en el subtest de span o amplitud de dígitos de la Escala Wechsler de Inteligencia para Niños se ha encontrado una menor amplitud en niños TDAH comparado con controles.
Resultados en esta misma línea de investigación han sido encontrados recientemente por nuestro grupo de investigación. Así, administramos pruebas de memoria verbal, visual y memoria de trabajo a una muestra de niños con TDAH y niños controles.
Cuando la prueba consistía en aprender una lista de palabras (medida con la AVLT- Rey) no se encontraron diferencias significativas en recuerdo libre entre los grupos en el primer ensayo de aprendizaje, pero sí en los cuatro ensayos posteriores.
Tampoco se encontraron diferencias en el recuerdo de la lista de interferencia, ni en la prueba de reconocimiento. Sin embargo, sí se encontraron diferencias entre ambos grupos cuando la prueba de recuerdo se realizaba tras la presentación de la lista de interferencia y tras un intervalo de 30 minutos.

Cuando la prueba requería el recuerdo de una historia (Memoria de Historias del TOMAL) no se encontraron diferencias entre niños TDAH y controles en recuerdo libre inmediato, pero sí en el recuerdo demorado.
En las pruebas de material visual, tanto visoperceptivo (medido con la Figura Compleja de Rey) como visoespacial (medido con Recuerdo Selectivo Visual del TOMAL) no se encontraron diferencias significativas entre ambos grupos en memoria visual. Finalmente, en la memoria de trabajo verbal (medida con la prueba de Memoria de trabajo de Frases) se encontraron diferencias entre los grupos; sin embargo, cuando la misma función fue medida con la prueba Dígitos del WISC-R en la versión inversa no se encontraron tales diferencias. Tampoco se encontraron diferencias en la memoria de trabajo visoespacial (medida con la prueba de localización espacial de la Wechsler Memory Scale III).

En resumen, en lo referente a memoria verbal, no se encontraron diferencias entre los niños con TDAH y los controles para la adquisición de información y, en cambio, sí se objetivaron diferencias en el recuerdo libre, tanto inmediato como demorado. Indicando la presencia de dificultades en la búsqueda espontánea de información que ha sido previamente almacenada junto a beneficio cuando la prueba les facilita claves o ayudas.
Esto muestra que las dificultades son de evocación espontánea. De esta manera, los niños con TDAH tienen déficit en las estrategias de organización, búsqueda, selección y/o recuperación de la información de naturaleza verbal, reflejando este perfil de resultados un rendimiento ejecutivo deficiente.

Con respecto a la memoria visual, los resultados ponen de manifiesto que el rendimiento del grupo TDAH es similar al grupo control, es decir parecen no tener dificultades en la recuperación espontánea de información de naturaleza visual, ni para material visoperceptivo ni visoespacial. Por lo que respecta a la amplitud de memoria, tanto directa como inversa, no se encontraron diferencias entre los grupos ni para material verbal ni visual.
Sin embargo, sí se encontraron diferencias en la amplitud de la memoria de trabajo medida con la prueba de Memoria de Trabajo de Frases.
Estudios realizados con tomografía por emisión de positrones muestran que los niños TDAH usan regiones de su cerebro asociadas con tareas visuales (región occipital) cuando están realizando tareas en la memoria de trabajo, en mayor medida que el cortex prefrontal que utilizan los sujetos controles.

La conclusión a la que se puede llegar es que los datos obtenidos en la población TDAH son consistentes con un déficit en el funcionamiento del bucle fonológico y del ejecutivo central, dos estructuras importantes de la memoria de trabajo.
Por lo que respecta a la agenda visoespacial, estructura encargada del mantenimiento y manipulación de información visual y espacial, los niños TDAH no presentan problemas.
Siguiendo la propuesta de localización de Baddeley, esto haría esperable la existencia de alteraciones en el funcionamiento de la cortezaprefrontal dorsolateral, temporoparietal izquierda y motora y premotora también izquierdas.
Dado que los componentes del bucle fonológico son críticos para el reconocimiento de palabras, el desarrollo del lenguaje y las habilidades lectoras es importante su estudio para una mejor comprensión del TDAH que facilite la intervención en aquellos aspectos más deteriorados en esta población.



Fuente Bibliográfica.

Revista de Psiquiatria Infanto-Juvenil R. Martin, S. Hernandez, M.A., Alonso, M. Izquierdo, P. Gonzalez-Perez, J. Bravo "Procesos psicológicos complejos en niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad: una perspectiva neuropsicológica"






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