"La palabra valor, cada vez vale menos"
Metas del artículo
- Entenderr los valores como principios de acción
- La importancia de los valores para enfrentar los miedos
- La importancia de los valores para enfrentar los miedos
- Practicar un ejercicio para identificar los valores personales
resumen
Lo valores no son sólo reglas y normas de
comportamiento, son lo que mueve las decisiones . Mostraremos cómo los valores nos ayudan a enfrentarnos a lo que temenos. Finalmente mostaremos una versión (algo perturbadora) de un ejercicio de Steve Covey.
Palabras clave: valores, miedo, significado
¿Qué son los valores ?
Antes de aprender a rellenar una agenda con propósitos y pendientes, es útil identificar cuales son las cosas valiosas en tu vida. Los valores son lo importante y significativo, y la base sobre la que construir objetivos bien planteados. Tras un objetivo la pregunta que apunta a los valores es: ¿Qué te aportará ese objetivo?.
¿Que te aportará, llevar una agenda, leer un libro, o correr 10 kilómetros? Los
valores son estados mentales y principios de acción. Por lo general son
abstractos, como eficacia, eficiencia, voluntad, amor, honestidad, diversión, salud, respeto, libertad,
lealtad, integridad, seguridad, amistad, vigor, energía, capacidad, belleza,
sabiduría, paz, equilibrio, armonía. Valoramos estas cualidades en los demás y
en nosotros mismos.
Los
valores suelen depender del contexto. Por ejemplo, lo que alguien valora en las
relaciones puede ser distinto de lo que valora en su vida profesional. Sin
embargo, también tendemos a tener valores fundamentales que se mantienen con
independencia del contexto.
No
juzgues tus valores aunque te parezcan extraños.
Los
valores se demuestran con el comportamiento, aunque el comportamiento
correspondiente a un mismo valor puede cambiar de persona a persona. Cada cosa que deseamos en el
mundo material es la expresión de un valor que queremos satisfacer.
Si en nuestra prisa por llegar al objetivo final desdeñas esos valores, habremos vaciado de contenido el objetivo final, si es que lo
alcanzamos alguna vez. Al marcar el destino final de tu viaje de acuerdo con
tus valores, cartografías automáticamente el recorrido que te llevará hasta él.
Los valores que generaron ese objetivo son tu brújula para el camino.
Garantizan que lo alcances de forma satisfactoria.
A
veces nos marcamos objetivos, pero tratamos de alcanzarlos sin satisfacer los
valores que los hacían tan atractivos al principio.
Tal es el caso, por
ejemplo, del padre de familia que ama a los suyos y quiere darles una vida
maravillosa. Valora el amor de su familia y trabaja duro para ganar mucho
dinero y proporcionarle muchas cosas. Sin embargo, en el proceso siempre está
trabajando, no ve a su familia, se convierte en un extraño para sus hijos y
ellos se sienten cada vez más infelices.
Él también es cada vez menos feliz,
sabe que algo va mal, pero justifica lo que hace porque «lo hace por su
familia». Eso es cierto, pero sus acciones se oponen a las razones por las que
las realiza.
Puede que alcance el objetivo de ganar mucho dinero para su
familia, pero todos serán infelices porque en el camino para alcanzarlo no
respetó el valor que inicialmente lo generó.
Cuando
conocemos nuestros valores tenemos más libertad para encontrar el mejor modo de
satisfacer nuestras necesidades más íntimas. Por otro lado, vivir nuestros
valores durante el viaje nos mantiene motivados.
La
cuestión es descubrir ese valor que está generando determinado objetivo.
Aproximaciones como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus
siglas en inglés) plantean el compromiso de la persona con sus valores como
parte del proceso de desarrollo personal y salud psicológica.
Los valores y el miedo.
Una de las maneras para controlar la ansiedad y el miedo, es ponerle un nombre al sentimiento y enfrentarse a lo que tememos, apoyándonos en nuestros valores.
El objetivo de exponerse y no evitar las cosas que nos prooducen temor (al fracaso, las arañas, hablar en público, las sensaciones corporales etc, etc, etc..) es potenciar la flexibilidad que permita a la persona realizar la conducta necesaria para seguir sus valores, aún ante la presencia del estímulo negativo.
Una de las maneras para controlar la ansiedad y el miedo, es ponerle un nombre al sentimiento y enfrentarse a lo que tememos, apoyándonos en nuestros valores.
El objetivo de exponerse y no evitar las cosas que nos prooducen temor (al fracaso, las arañas, hablar en público, las sensaciones corporales etc, etc, etc..) es potenciar la flexibilidad que permita a la persona realizar la conducta necesaria para seguir sus valores, aún ante la presencia del estímulo negativo.
Si la persona acepta la sensación como un elemento positivo
para poder hacer la acción comprometida con sus valores, la sensación que
percibe cambia, porque tiene un sentido..
La persona no solamente se tiene que enfrentar por ejemplo a dar
una conferencia ante un público exigente, sino que tiene que hacerlo
centrándose en comunicar lo que desea en lugar de tratar de controlar su
ansiedad. de esta forma la persona tiende a abandonar sus conductas de evitación de la ansiedad y centrarse en
sus valores.
Si quieres comprender Haz!
En el caso de que no tengas aún del todo claro lo que anhelas y tus valores profundos, quizás este
ejercicio te ayude. Empecemos....
¿Sabías que curiosamente las estadísticas dicen que el miedo a hablar en
público va por sobre el miedo a la muerte?
Por favor, para leer lo que sigue procura estar a solas y nadie te interrumpa (si lo deseas puedes poner música evocadora).
Suprime todo de tu mente, salvo lo que vayas leyendo y lo que yo te
invitaré a hacer. Olvídate de tu agenda, el TDAH, de tu familia, de tus
amigos. Dirije hacia mí toda tu atención y abre tu mente.
Véte mentalmente asistiendo al funeral de un ser querido. Imagínate conduciendo tu coche al velatorio o a la capilla, aparcando y saliendo. Estás nervioso porque tendrás que hablar sobre el difunto desde el púlpito ante decenas de personas, pero como buen TDAH, has escrito todo el discurso en una chuleta, que creiste guardar en el bolsillo del pantalón antes de salir de casa.
Mientras caminas dentro del edificio advierte las flores, la suave música
de órgano. Ve los rostros de amigos y parientes. Sientes la pena compartida de
la pérdida y la alegría de haber conocido al difunto que irradia de las
personas que se encuentran allí.
De pronto te das cuenta con pánico que la chuleta no está.
Cuando llegas al ataúd y miras adentro te das cuenta-casi con alivio-que no
tendrás que hablar ya que de pronto quedas cara a cara contigo mismo….
....el muerto eres tú.
Éste es tu propio funeral, que tendrá lugar dentro de algunos años años. Todas esas personas han ido a rendirte un último homenaje, a expresar sentimientos de amor y aprecio por tu persona.
....el muerto eres tú.
Éste es tu propio funeral, que tendrá lugar dentro de algunos años años. Todas esas personas han ido a rendirte un último homenaje, a expresar sentimientos de amor y aprecio por tu persona.
Cuando tomas asiento y esperas a que comience el servicio religioso, miras el programa que tienes en la mano. Habrá cuatro oradores.
El primero pertenece a su familia (la familia inmediata y la extensa: hijos, hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, tíos y tías, primos y abuelos, que han viajado desde distintos puntos del país).
El segundo orador es uno de sus amigos, alguien que puede hablar de lo que usted era como persona.
El tercer orador es un colega o compañero de trabajo. Y el cuarto proviene de alguna organización comunitaria en la que has servido. Ahora, piensa profundamente.
El primero pertenece a su familia (la familia inmediata y la extensa: hijos, hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, tíos y tías, primos y abuelos, que han viajado desde distintos puntos del país).
El segundo orador es uno de sus amigos, alguien que puede hablar de lo que usted era como persona.
El tercer orador es un colega o compañero de trabajo. Y el cuarto proviene de alguna organización comunitaria en la que has servido. Ahora, piensa profundamente.
¿Qué es lo que te gustaría que a uno de esos oradores dijera sobre tu vida?
¿Qué tipo de esposo o esposa, padre o madre, le gustaría que reflejaran
sus palabras?:
¿Qué clase de hijo, hija o primo?:
¿Qué clase de amigo? :
¿Qué clase de compañero de trabajo?:
¿Qué carácter le gustaría que ellos hubieran visto en usted?:
¿Qué aportaciones, qué logros quiere que ellos recuerden?:
Mira con cuidado a la gente que te rodea:
¿Cómo te gustaría haber influido en sus vidas?:
¿Qué ingredientes hicieron que tu vida fuera feliz?:
¿Qué te gustaría que dijera su epitafio?:
....Si te quedaran seis meses de vida ¿Con que actividad llenarías esos
meses?
1. Dedica tiempo a registrar las impresiones que pueda recoger en la
visualización del funeral.
2. Tómate unos momentos y describe por escrito tus roles tal como los ves ahora. ¿Estás usted satisfecho con esa imagen de su vida?
3. Identifica un proyecto que deberás afrontar en un futuro próximo, imaginando vívidamente el resultado
que deseas, como si fuera la escena de una película. Escribe los resultados que
deseas obtener, y los pasos que lo conducirán a esos resultados.
Palabras Finales
-Si alguno o varios de los oradores de la historia a ti no te gustan , elíminalos o cambialos por otros , que pueden ser reales o imaginarios, cómo por ejemplo alguien a quien admiras, es tu funeral imaginario!!!):
-En el
caso que aún te cueste identificar tus valores, fíjate en las próximas dos
semanas:
¿Qué cosas pasan en su vida que le gustaría que siguieran pasando?
Y en esos momentos identifica: ¿Qué conversas (con otros y contigo)?, ¿Qué haces?, ¿Qué cosas estás imaginando?,¿Qué cosas ves , oyes, y/o sientes?, ¿Que estado de ánimo tienes en esos momentos? ¿Qué valores crees que se están satisfaciendo?)
¿Qué cosas pasan en su vida que le gustaría que siguieran pasando?
Y en esos momentos identifica: ¿Qué conversas (con otros y contigo)?, ¿Qué haces?, ¿Qué cosas estás imaginando?,¿Qué cosas ves , oyes, y/o sientes?, ¿Que estado de ánimo tienes en esos momentos? ¿Qué valores crees que se están satisfaciendo?)
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