Muchos trabajos confirman los aspectos beneficiosos de la
práctica deportiva sobre la salud biológica. Siguiendo la bibliografía
existente, se puede hacer una relación entre el ejercicio físico y una mejora
de la atención tanto mantenida como selectiva. La mejora no solo resulta en
adultos, si no también niños, lo cual es muy importante en el desarrollo de sus
capacidades cognitivas e intelectuales, también es muy beneficioso ya que
durante la infancia y la adolescencia, están en un periodo académico y es en
esa época donde aprenden gran parte de los conocimientos que van a utilizar en
el futuro.
El efecto del ejercicio físico sobre la cognición se ha
estudiado con diferentes intensidades, duración y tipos de ejercicio. La
duración que se ha visto más recomendable para el aumento de la atención, es
una sesión de 50 minutos, en sesiones menores el ejercicio físico no tenía
efectos notables y en sesiones con una duración mayor los efectos eran incluso inversos
a los buscados.
Con una intensidad del 60-75% de la frecuencia máxima
cardiaca, el ejercicio físico moderado tiene el potencial de mejorar el
rendimiento cognitivo, sin embargo, el ejercicio con una intensidad mayor
podría disminuir el rendimiento.
La relación entre el nivel de activación del sistema
nervioso central y la intensidad del ejercicio tiene una relación de U
invertida. La intensidad óptima de ejercicio físico para las funciones
cognitivas parece estar cerca del umbral anaeróbico.
Los ejercicios aeróbicos como la carrera y los juegos de
equipo deportivos se han visto como los más recomendables. Siempre que se
encuentren en un rango de intensidad moderada.
La evidencia sobre cómo afecta el ejercicio en la atención de los niños con Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDAH) es escasa, y los pocos estudios que han tratado de obtener conocimientos hasta la fecha carecen de diagnósticos precisos y pruebas psicológicas apropiadas. Aunque unos pocos artículos muestran que la relación del ejercicio físico y el aumento de la atención en niños con TDAH es positiva.
El TDAH es el trastorno con mayor incidencia en la infancia,
el 5,3% de los niños y adolescentes del mundo lo padecen. El TDAH se mantiene
en la adultez pero se suele camuflar mejor al aprender las normas sociales y
adaptarse a ellas aun así el 4,4% de la población mundial adulta se estima que
presenta el síndrome.
Las personas con este trastorno suelen ser más impulsivas que el resto, por lo que les resulta más difícil quedarse quietos, callados, estos rasgos en un niño en el colegio se asocia a un alborotador por lo que se les reprime y les castiga, en vez de intentar adaptar las clases al niño para hacerlas más llevaderas, se trata de cambiar al niño por medio de medicación y castigos.
Las personas con este trastorno suelen ser más impulsivas que el resto, por lo que les resulta más difícil quedarse quietos, callados, estos rasgos en un niño en el colegio se asocia a un alborotador por lo que se les reprime y les castiga, en vez de intentar adaptar las clases al niño para hacerlas más llevaderas, se trata de cambiar al niño por medio de medicación y castigos.
Los casos de TDAH están relacionados con una disfunción
catecolaminérgica en la corteza prefrontal y áreas del cuerpo estriado, como se
muestra por la imagen y los estudios neurobiológicos. La medicación más usada
para el tratamiento del TDAH es el metilfenidato, un estimulador de las
catecolaminas con la duración de la acción de entre 1 a 4 h, y una vida media
corta (2-3 h), lo que mejora el comportamiento en el 80-85% de la población
TDAH. Sin embargo el metilfenidato también tiene sus riesgos alrededor del 20%
experimentan efectos secundarios, incluyendo la presión arterial alta,
problemas de sueño o trastornos del estado de ánimo.
Los objetivos de este estudio son, en primer lugar, observar
los efectos en la atención mantenida y selectiva en niños con TDAH que toman el
medicamento y en niños con TDAH que no lo toman y comprobar si aumenta la
atención, la hipótesis se basa en la experiencia de anteriores investigadores y
sus artículos. El segundo objetivo de la investigación es relacionar los datos
obtenidos entre los niños con medicación y la que no lo toman para comprobar si
se puede eliminar la medicación sustituyéndola por ejercicio físico o todo caso
reducirla teniendo como terapia complementaria sesiones de ejercicio.
"Es importante describir los efectos del ejercicio
físico a largo plazo en niños con TDAH ya que el metilfenidato acarrea un gran
coste económico a la familia y al estado, además de que no ofrece una solución
a largo plazo, comprometiendo la salud de los que lo ingieren, sin embargo la
práctica de algún deporte podría solucionar o disminuir los problemas causados
por este trastorno."
José María Oses
Paredes.
fuente
http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/relacion-entre-ejercicio-fisico-y-tdah.html