Uno de los tratamientos alternativos en el TDAH es el
entrenamiento en técnicas de
Mindfulness. En la actualidad este tratamiento está siendo estudiado en
clínicas y universidades de EEUU y otros países europeos y los resultados son
muy alentadores.
Entre otros, se ha concluido que el entrenamiento en
Mindfulness para padres mejora las relaciones con los hijos y se incrementa la
satisfacción como padres. (Singh 2010).
Hay indicios que los adultos que realizan el
entrenamiento en Mindfulness mejoran considerablemente el procesamiento
atencional (Jha 2007, Semple 2010,
etc.) y
que los adultos con gran experiencia en meditación muestran una mejor la
capacidad de concentración y de inhibición de respuestas automáticas comparadas
con personas que no meditan. (Van der Hurk et al. 2010).
Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2013/11/23/52909bfb0ab74076068b456e.html
Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2013/11/23/52909bfb0ab74076068b456e.html
Durante años Maribel González trabajó en un prestigioso
bufete de abogados, donde acumulaba tanto éxito profesional como estrés: «Me
iba fenomenal pero era bastante infeliz», recuerda esta ex letrada de 40 años
reconvertida en instructora de cursos de yoga y meditación. Y es que, tras
darse cuenta de que algo faltaba en su vida, decidió abandonar su carrera y
viajar a India, donde trabajó como voluntaria en centros de atención a personas
moribundas y profundizó en la meditación: «A mí me ha transformado la vida. No
ha cambiado el mundo exterior, que sigue siendo el mismo, sino el interior.
Dejé de ser una persona superestresada, con muchísima ansiedad, con
infelicidad, o mejor dicho, insatisfacción crónica, porque tenía de todo».
Aquí y ahora: 'mindfulness' trata de lograr la atención
plena y consciente en el presente
No hace falta realizar cambios tan drásticos en la forma de
vida como los que hizo Maribel para obtener beneficios de esta práctica
milenaria que gana adeptos en todo el mundo y que también ha despertado la
atención de la neurociencia y la medicina por su impacto en la salud, física y
mental.
La traducción a la cultura occidental de estas técnicas de
meditación inspiradas en la tradición budista se denomina mindfulness, que
quiere decir atención plena y consciente en el presente, sin condicionamiento o
enjuiciamiento, para intentar calmar la mente. Centrarse en el aquí y ahora.
«Por un lado, dentro del budismo hay diferentes áreas que se
trabajan a nivel mental y mindfulness es una de ellas. Por otro lado se está
convirtiendo también en un término que designa tanto a la nueva ola de
investigación científica, como a la traducción a nuestra cultura de estas
prácticas. Es decir, es como un paraguas que agrupa un conjunto de técnicas en
las que no sólo se practica mindfulness, también la compasión con uno mismo y
con los demás», aclara Gustavo G. Diex, director de Nirakara, Mindfulness &
Yoga Institute.
Diex, que practica meditación y yoga desde los 15 años
(ahora tiene 33), se muestra sorprendido por el boom que están viviendo estas
técnicas en nuestro país, donde hasta hace poco sólo algunos nombres, como
Ramiro Calle, habían logrado la atención del público: «Es un fenómeno que
ocurre siempre cuando algo es necesario para la sociedad», afirma Diex, que
cree que «en España hay muchas personas necesitadas de técnicas y prácticas que
les permitan entrar en contacto con ellos mismos».
«Actualmente se está comprendiendo que la compasión es una
parte integrante de mindfulness. Según las últimas investigaciones, es muy
posible que gran parte de los efectos beneficiosos sobre el bienestar mental se
deban a que cuando meditamos, se incrementa la autocompasión», explica Vicente
Simón, médico psiquiatra, catedrático de psicobiología por la Universidad de
Valencia e instructor de cursos estas técnicas.
«Vivimos atados a múltiples preocupaciones y con un nivel de
estrés muy grande que, por lo general, no es debido a situaciones reales. No es
que tengamos un león al lado que nos vaya a comer. Casi siempre nos generan
estrés cosas imaginarias que nos creemos. Como si estuviéramos soñando y no nos
diéramos cuenta. Es una proyección de futuro constante que nos arrastra»,
reflexiona Diex. Desde 2011 imparte en la Universidad Complutense de Madrid
(UCM) dos cursos (uno para profesionales y otro abierto a cualquier persona)
basados en los programas de mindfulness que la Universidad de Massachusetts
(EEUU) desarrolló hace décadas. Mindfulness-based
stress reduction (MBSR) y Mindfulness-based cognitive therapy (MBCT)
Los beneficios de la meditación
Asistimos a una de sus clases semanales de tres horas en el
Centro Superior de Estudios de Gestión de la UCM. Una veintena de alumnos
relata cómo han ido aplicando técnicas que les enseñaron en clases anteriores,
identifican los factores que les causan estrés, o aprenden a sentarse de manera
adecuada.
«Las personas que empiezan a hacer mindfulness nos dicen que
tienen más capacidad para regular sus emociones y su estrés, y mayor grado de
bienestar y serenidad. Que pueden, por ejemplo, hacer la compra o cocinar
tranquilamente. También hace que tengan insights, es decir, comprenden cosas de
su vida a las que no llegan por un proceso analítico. Por ejemplo, se dan
cuenta de que viven con una persona con la que no quieren estar, o que apenas
miran a su compañero». No obstante, subraya que los programas de iniciación,
como su curso de ocho semanas, «no son un milagro pero sí te muestran un camino
par toda tu vida».
"La meditación es un estado que hay que alcanzar, como
el sueño"
«La lista de beneficios de la meditación es inmensa. Hay
personas que quieren dejar de fumar y, además de lograrlo, se dan cuenta de que
duermen mejor, o que les ha bajado la presión arterial y sus problemas
respiratorios han mejorado. Otras vienen porque tienen mucho estrés y dejan de
tener miedo a los perros», enumera Maribel González. «Cada persona recibe lo
que necesita, orienta el beneficio de la meditación hacia su propio camino
personal».
Estudios neurocientíficos
Los monjes budistas, con miles de horas de meditación a sus
espaldas, han permitido a los científicos constatar los cambios que produce en
el cerebro y que han sido medidos con técnicas de imagen, como la resonancia
magnética funcional y más recientemente, la magnetoencefalografía (que mide la
actividad en distintas zonas durante un tiempo). Los sorprendentes resultados
obtenidos durante un estudio de la Universidad de Wisconsin con el monje
tibetano Matthieu Ricard hicieron que en 2007 fuera considerado «el hombre más feliz
de la Tierra».
Hay muchas otras investigaciones sobre este tema. Richard
Davidson, de la misma universidad, descubrió que las personas con tendencia a
la depresión tenían una predominancia en la activación de la zona prefrontal
derecha del cerebro, mientras que las personas con mayor capacidad para regular
sus emociones tiene más activada la izquierda. Un experimento mostró que tras
ocho semanas de meditación, éste último empezaba a activarse. Asimismo, otros
estudios revelaron que los meditadores a largo plazo tienen mayor densidad
neuronal y sus cerebros se conservan jóvenes más tiempo. O que presentan mayor
rugosidad, un aspecto relacionado con la capacidad de procesar información.
Contraindicaciones
«La cantidad de estudios es abismal y en los próximos cinco
años vamos a conseguir demostrar que el mindfulness es eficaz para muchísimas
cosas», asegura el psicólogo e investigador de la Universidad Jaume I de
Valencia Ausias Cebolla, uno de los pioneros en aplicar en las consultas estas
técnicas.
No obstante, Cebolla, que se inició en mindfulness con María
Teresa Miró, de la Universidad de La Laguna, subraya que «meditaciones hay
muchas y no todas son terapéuticas» y explica que mindfulness y meditación no
es exactamente lo mismo.
Asimismo denuncia que «hay intrusismo y gente que se mete en este mundo sin la formación adecuada». Aunque todavía no está incluido en la cartera de servicios oficiales, explica que ya hay hospitales que utilizan mindfulness:«De momento se están haciendo programas piloto o estudios pequeños». Entre ellos, destaca la labor del psiquiatra Javier García-Campallo, del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, que está introduciendo mindfulness en la atención primaria, y Joaquim Soler, del Hospital Sant Pau de Barcelona, que enseña estas técnicas a pacientes con trastornos de personalidad o trastornos alimentarios graves.
Asimismo denuncia que «hay intrusismo y gente que se mete en este mundo sin la formación adecuada». Aunque todavía no está incluido en la cartera de servicios oficiales, explica que ya hay hospitales que utilizan mindfulness:«De momento se están haciendo programas piloto o estudios pequeños». Entre ellos, destaca la labor del psiquiatra Javier García-Campallo, del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, que está introduciendo mindfulness en la atención primaria, y Joaquim Soler, del Hospital Sant Pau de Barcelona, que enseña estas técnicas a pacientes con trastornos de personalidad o trastornos alimentarios graves.
Ausias Cebolla subraya que «mindfulness no sustituye a una
terapia ni al seguimiento individual de cada paciente. Es un complemento para
enseñar determinadas habilidades», aclara.
También existen contraindicaciones: «Como con cualquier
fármaco o terapia, puede ser perjudicial si se utiliza mal. Hay que tener
cuidado con las personas con trastorno obsesivo compulsivo. También con los
pacientes con depresiones agudas, que tienen pensamientos suicidas o apenas
pueden levantarse de la cama», enumera. También considera esencial «que el
terapeuta lo practique».
La práctica
Aunque en teoría meditar es sencillo, llevarlo a cabo no lo
es en absoluto. Se trata de observar los pensamientos y emociones en el
presente, dejando que pasen como nubes en el cielo, pero sin oponerse ni
agarrarse a ellos. «Al principio es casi imposible, tienes una cascada de
pensamientos que van y vienen. Se suele decir que después se convierten en un
río, y al cabo de muchas horas de meditación, la mente se convierte en un
océano de calma», compara Diex. «No necesitas nada externo o irte a las islas
Seychelles para entrar en esos estados».
«No se trata de intentar poner la mente en blanco, como a
veces se piensa», aclara Jimena San Román, que junto con Maribel González
imparte talleres intensivos en el centro DeYoga de Aravaca (Madrid). «La
meditación es un estado que hay que alcanzar. Es como intentar alcanzar el
sueño. Para llegar a dormir puedo dar una serie de técnicas, que te pongas un
pijama, tener una cama cómoda... pero puedes dormir o no. Lo mismo sucede con
la meditación, puedes alcanzarla o no. Intentamos enseñar todas las
herramientas y técnicas para poder llegar a ese estado».
Para obtener beneficios hay que practicar a diario, al menos
10 minutos aunque suele recomendarse una hora
La clave es la práctica diaria. ¿Cuánto se debe dedicar? Los
instructores consultados coinciden en que el tiempo depende de cada persona
pero hay que meditar a diario. Lo habitual es que se recomiende dedicar entre
40 minutos y una hora diaria de práctica forma, aunque al menos habría que
hacerlo durante cinco o diez minutos e ir aumentando progresivamente. «También
es muy importante la práctica informal. Es decir, poco a poco y
progresivamente, comenzar a hacer las cosas de manera consciente y no
mecánica», propone Diex.
Budistas en España
En España hay una veintena de monjes budistas. Una de ellas
es Guen Chokga, directora espiritual de los 14 centros de budismo Kadampa que
hay en nuestro país y en los que ofrecen desde cursos para profundizar en estas
enseñanzas milenarias a clases de iniciación a la meditación de media hora para
cualquier persona: «El budismo Kadampa es una presentación moderna de las
enseñanzas de Buda de hace 2.500 años. Se adapta a la sociedad de modo que
puedes practicarlas en tu vida diaria, con tu familia y en medio de la ciudad.
No hace falta que vayas a ningún lugar», asegura tras impartir una de sus
clases de 90 minutos en el moderno centro que hace un par de meses han abierto
en el centro de Madrid.
Con la figura de Buda presidiendo la sala, en cada clase se
ensayan técnicas de meditación y se explican enseñanzas de Buda basándose en el
libro Cómo solucionar nuestros problemas humanos, del maestro Gueshe Kelsang
Gyatso (Editorial Tharpa)
«Todas las enseñanzas budistas son muy valiosas porque te
van a ayudar a tener paz, a apaciguar tu mente y a estar mejor contigo y con
los demás. A mí me han ayudado a cambiar mi vida, a sentirme bien y a estar
bien con mi familia», asegura Guen Chokga, que antes de convertirse en monja
budista, hace una década, trabajó durante años como psicóloga.
Los beneficios de Mindfulness han sido demostrados
científicamente por numerosos estudios en múltiples campos. En psicología se
está utilizando y se ha demostrado su efectividad en el tratamiento de
problemas de ansiedad, la depresión, el estrés, trastornos de personalidad… En
el ámbito de la medicina para el dolor crónico, la hipertensión, la psoriasis,
etc.
En educación para aumentar la concentración, mejorar los problemas de comportamiento... En este momento, ya existen algunos estudios que evidencian empíricamente los efectos positivos de Mindfulness en personas con TDAH: mejora de la capacidad atencional, aumenta la concentración, mejora de la memoria, promueve y aumenta la autorregulación y el autoconocimiento, favorece la empatía, la regulación de la activación fisiológica, etc.
En educación para aumentar la concentración, mejorar los problemas de comportamiento... En este momento, ya existen algunos estudios que evidencian empíricamente los efectos positivos de Mindfulness en personas con TDAH: mejora de la capacidad atencional, aumenta la concentración, mejora de la memoria, promueve y aumenta la autorregulación y el autoconocimiento, favorece la empatía, la regulación de la activación fisiológica, etc.