El TDAH en adultos o adolescentes existe y se da hasta en un 30-80% de los niños diagnosticados en la infancia. Y más del 50% tienen TDAH desde la adolescencia hasta la edad adulta. En estos casos la “hiperactividad”, entendida como exceso de movimiento, no suele ser muy evidente, de ahí que se crea que desaparece, sin embargo los síntomas relacionados con la impulsividad y el déficit de atención persisten.
Los padres con frecuencia quieren saber si la pubertad llevará a cambios emocionales y físicos específicos en los adolescentes con TDAH.
Contrariamente a lo que se podría pensar, los adolescentes no siempre pasan “por un mal momento” cuando se ajustan a la pubertad y a los procesos de desarrollo de la adolescencia. De acuerdo con el trabajo de Conger (1977), existen al menos cinco de dichos procesos para el adolescente promedio:
- Independizarse de sus padres
- Establecer su propia identidad. Quien es él y en qué cree
- Aprender a tener relaciones personales positivas con personas de los dos sexos
- Entender y aceptar su sexualidad emergente
- Completar su educación y escoger una carrera de la cual vivir
Robin (1998) comenta que los adolescentes deben completar estos procesos con éxito, al mismo tiempo que se llevan bien con sus familias y hacen sus tareas. Así que aunque la pubertad por sí misma no hace que los adolescentes con TDAH tengan problemas distintos a los de los adolescentes que no lo tienen, la adolescencia sí es un período del desarrollo que presenta más dificultades para los jóvenes que tienen TDAH.
Para los niños con TDAH la llegada de la primera etapa de la adolescencia (entre los 11 y los 14 años), encontramos varios factores que pueden afectar su habilidad para salir adelante.
La educación de un adolescente con TDAH es un reto, en muchos casos no responden a las recompensas y castigos ni aprenden de sus errores en la misma medida que los adolescentes sin TDAH, claro que dependerá también de:
- El grado de TDAH.
- El medio ambiente familiar.
- La presencia de otros problemas o trastornos que el adolescente tenga, pueden ser problemas del aprendizaje, trastornos de la ansiedad, problemas del comportamiento como el Trastorno de la Oposición o el Trastorno de la Conducta…
Durante la adolescencia, los jóvenes con TDAH tienen varios cambios, tal y como está resumido en la investigación hecha por la Doctora Lily Hechtman. Mientras que a un pequeño grupo de niños aparentemente se les quita el TDAH, la mayoría de ellos continúa teniendo problemas con la atención, la concentración y el control de sus impulsos. Estos problemas posiblemente continuarán perjudicándoles su funcionamiento en la escuela y en casa, e impactándoles negativamente su autoestima y su habilidad de completar varios de los procesos del desarrollo necesarios en la adolescencia.
Un grupo pequeño de adolescentes con TDAH podrá desarrollar patrones de comportamiento antisociales, y empezará a abusar drogas incluyendo el alcohol. Los adolescentes con el mayor riesgo de abuso de drogas son aquellos cuyo TDAH no ha sido tratado adecuadamente. (El tratamiento tempranero de los niños con TDAH puede tener un efecto directo en el rebajar la posibilidad de que ellos abusen las drogas cuando sean adolescentes)
Una persona “impulsiva” tiene más probabilidades de implicarse en “conductas de riesgo”. Si un día, en una discoteca por ejemplo, un amigo invita a otro a “probar una nueva pastilla”, las posibilidades de que el segundo acepte son mucho más altas si su funcionamiento es impulsivo, que si es reflexivo, siendo la primera una conducta habitual en el TDAH en adolescentes y adultos. El “párate y piensa”, sin un entrenamiento adecuado, es francamente difícil para un adolescente con TDAH. De hecho, es sabido que los niños con este trastorno, sin tratamiento, al llegar a la adolescencia “experimentan” más con las drogas que aquellos sin TDAH, y que muchos de éstos acaban desarrollando trastornos de abuso y dependencia de sustancias tóxicas asociados al TDAH en adolescentes y adultos. De la misma manera pueden tomar decisiones precipitadas en las relaciones de pareja, conduciendo su moto o bicicleta, al iniciarse en el mercado laboral, etc.
No hay que olvidar las repercusiones del déficit de atención del TDAH en los adolescentes/adultos. Un adolescente con dificultades para mantener la atención, si no ha seguido tratamiento, con mucha probabilidad habrá fracasado en los estudios aún siendo notablemente inteligente. Este fracaso, que siempre lleva asociado críticas, “sermones” y reflexiones de los adultos, contribuirá a disminuir todavía más su autoestima (no hemos de olvidar que la adolescencia es el periodo de la vida en el que la autoestima está más baja y que es un síntoma destacado en el TDAH en los adolescentes y adultos).
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