ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS EN LOS ADULTOS CON TDAH.
Se suman evidencias empíricas de la eficacia de la piscoterapia Cognitivo-Conductual para el tratamiento del Déficit Atencional, lo que amplía también el sólido cuerpo de estudios que demuestran su efectividad para el tratamiento de la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental. En este artículo mostraremos la estrategia de resolución de problemas aplicada en adultos con déficit de atención/hiperactividad, TDAH.
CINCO PASOS PARA LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Se ha demostrado que los adultos con TDAH emplean estrategias de enfrentamiento mal-adaptativas, como
1.- La confrontación,
2.- Escape-evitación y
3.- Una solución de problemas menos planeada que los
personas sin este problema.
La habilidad cognitiva de los adultos con TDAH influye en la forma en que enfrentan las situaciones estresantes.
Ciertamente, las discapacidades en el funcionamiento ejecutivo
pueden conducir a que un persona no tenga flexibilidad en sus
habilidades para tener acceso a utilizar un repertorio de estrategias
de enfrentamiento apropiadas.
Por ejemplo, las dificultades con el control de los impulsos pueden
provocar que los personas enfrenten los problemas respondiendo
rápidamente y sin pensar; esto puede significar que reaccionan de
forma agresiva o defensiva.
Es posible que les sea difícil emplear estrategias enfocadas en los
problemas si se sienten emocionalmente abrumados por la ira y la
ansiedad, lo cual, a su vez, los impulsa a volcar sus sentimientos.
Por otra parte, debido a las experiencias adversas previas y a las
dificultades atencionales, algunos personas con TDAH pueden
responder al estrés o a los problemas no reconociendo el
conflicto o evitando a toda costa enfrentarlo.
Las estrategias de enfrentamiento que emplean los adultos con
TDAH también pueden verse afectadas por una falta de relaciones
íntimas y confiables, ya que el apoyo social puede actuar como un
amortiguador para el estrés.
Las relaciones interpersonales cercanas y solidarias brindan la
oportunidad de consultar los problemas, obtener consejos útiles,
beneficiarse de la experiencia de los demás y aprender del
modelado de mecanismos de enfrentamiento que han tenido éxito o
que han fracasado.
Sin embargo, las “palabras de sabiduría” y la observación de un
funcionamiento adaptativo puede ser menos accesible para los
personas que experimentan múltiples relaciones interpersonales a
corto plazo, les resulta difícil conservar sus relaciones con
conocidos o viejos amigos y pueden tener relaciones tirantes con
sus familiares.
El estilo de funcionamiento adaptativo del persona determinará el
resultado de una solución de problemas, en otras palabras, su éxito
y viabilidad.
Un estilo de enfrentamiento funcional proporciona el contexto para
la generación e implementación de solucione óptimas. Un estilo de
enfrentamiento disfuncional puede afectar de forma negativa la
cualidad de las soluciones generadas y puede conducir a tomar
decisiones inapropiadas.
El estrés depende de la apreciación cognitiva que una persona hace
de una situación y sus percepciones de los recursos que posee
para enfrentarla. Sugieren que es posible atenuar los sentimientos
de estrés por medio de un enfrentamiento enfocado en la emoción y
de una solución instrumental de problemas.
El enfrentamiento enfocado en la emoción se usa cuando el objetivo
es controlar las emociones que se generan por una situación, por
ejemplo, una muerte o el fin de una relación.
La solución de problemas se usa como una estrategia de
enfrentamiento general en situaciones que se perciben como fáciles
de cambiar o controlar.
La solución de problemas puede afectar el sentido de control de una
persona y cambiar su apreciación negativa de las situaciones. Una
respuesta funcional al estrés incluye la habilidad de usar el
enfrentamiento enfocado en las emociones y en la solución de
problemas en las situaciones apropiadas.
Existen situaciones de género en que posiblemente se empleen las
estrategias de enfrentamiento enfocado en las emociones y
enfocado en las soluciones.
Las mujeres tienen más probabilidades de involucrarse en el
enfrentamiento enfocado en las emociones, mientras que los
hombres tienen más probabilidades de usar el enfrentamiento
enfocado en la solución de problemas.
No obstante, cuando las personas tienen TDAH, parece que éstas
son las áreas exactas en las que tanto los hombres como las
mujeres necesitan más ayuda. Las mujeres con TDAH suelen tener
dificultades relacionadas con las emociones, como ansiedad y
labilidad emocional, lo que puede afectar su habilidad para enfrentar
situaciones estresantes.
Además se ha demostrado que las adolescentes tienen menos
probabilidades de confiar en los pares y de recurrir al apoyo social,
lo cual es un recurso común empleado por los jóvenes. Por otro
lado, los hombres con TDAH tienden más a externalizar su angustia
y a responder impulsivamente con conductas agresivas o
antisociales, más que a involucrarse en la solución adaptativa de
problemas.
Por estas razones, resulta importante iniciar un entrenamiento con
psicoeducación relacionado con el momento en que cada tipo de
enfrentamiento pudiera ser más apropiado y llevar esto a cabo
enseñando habilidades y técnicas efectivas.
Si un persona se encuentra en una situación que está más allá de
su control y el terapeuta necesita revisar si su percepción es
propensa a una distorsión cognitiva, como catastrofizar el
problema), entonces las estrategias enfocadas en las emociones
pueden ser más apropiadas para ayudar a que el persona controle
sus sentimientos.
No obstante, es posible abordar las situaciones que están dentro
del control del persona promedio del modelo de las cinco etapas
para la solución de problemas que aparece a continuación.
CINCO PASOS PARA LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Tanto los hombres como las mujeres pueden beneficiarse si
aprenden a aplicar un método instrumental y estructurado de
analizar y resolver sus problemas. Esto requiere adoptar un proceso
de cinco etapas:
Etapa 1: Identificar y definir el problema
Los problemas pueden acechar a las personas con TDAH o
suceder de forma inesperada. Pueden ser obstáculos externos para
una meta que surge como parte de un proceso natural (p. ej., no
poder comprar materiales para completar una tarea porque están
agotados); pueden ser el resultado de acciones tanto positivas
como negativas (p. ej., un colega se ausentará por enfermedad y el
paciente tiene que hacer su trabajo) o de la interferencia de los
demás; también pueden ser acciones autogeneradas y construirse
por la culpa (p. ej., “mi jefe me odia”, “estoy solo en las fiestas”).
Sin embargo, el persona puede necesitar cierto impulso y ayuda
para dilucidar poco a poco el problema en cuestión. Esto se puede
lograr si se formulan cuatro preguntas principales para determinar si
la persona tiene un problema “solucionable” o preocupaciones y
ansiedades más generales.
Las preguntas ayudarán a determinar si el problema en realidad
necesita abordarse. Si el problema se deriva más de la actitud
general de un paciente o de su estilo ansioso de respuesta,
entonces las técnicas esbozadas en el capítulo 9 sobre el
enfrentamiento de la ansiedad serán de gran utilidad.
1. ¿Por qué es un problema?
2. ¿Cómo afecta?
3. ¿La situación tiene potencial de cambio?
4. ¿Qué pasaría si no se resuelve?
Por ejemplo, tómese el caso de Pepe, un paciente con TDAH.
Pepe empezó una nueva relación y no sabía si decirle a su novia,
Ana, que tenía TDAH.
1 ¿Por qué era un problema? Pepe tenía que tomar
medicamentos con frecuencia cuando estaba con Ana y lo hacía en
secreto. Si estaban juntos cuando el efecto de sus medicamentos
desaparecía, Pepe a veces se sentía un poco molesto e irritable.
2. ¿Cómo afectó al paciente? Pepe se preocupaba por cómo
reaccionaría Ana si se ente raba. El no quería mentirle porque le
preocupaba que ella pensara que estaba loco o que se sintiera
incómoda porque él tomaba medicamentos.
3. ¿La situación tenía potencial de cambio? Si Ana se enteraba
de que Pepe tenía TDAH y no era un problema para ella, él se
sentiría muy aliviado. Pepe pensaba que tendrían cimientos más
firmes y honestos sobre los cuales construir su relación. La des
ventaja era que podían terminar si Ana no lo aceptaba.
4. ¿Qué habría pasado si el problema no se resolvía? La
relación no tendría bases abiertas ni honestas. Si Ana se enteraba
por alguien más, podría enojarse con Pepe y sentir que no podía
confiar en él.
El ejemplo ilustra que los problemas pueden ser complejos. No son
simples ni fáciles de resolver. Si lo fueran, no serían un conflicto!
Así, parte del proceso de solución de problemas es la investigación.
Saber tanto como sea posible acerca del problema y cómo ha
surgido, brindará al paciente los conocimientos para encontrar la
solución apropiada, así como a autoconfianza para implementarlo.
Esto implica no sólo recopilar datos relacionados con la tarea
misma sino también examinar la información personal, por ejemplo,
las autoexpectativas y exigencias.
Por ello, si una persona establece metas poco realistas e
inalcanzables, entonces el problema no es la incapacidad para
alcanzar las metas establecidas, sino la incapacidad para reconocer
de forma realista sus capacidades y habilidades, sus problemas de
administración del tiempo, su actitud perfeccionista, etc.
Se pueden formular tres preguntas para ayudar a entender el
problema:
1. ¿Cuál es el problema o la situación?
2. ¿Qué quiero?
3. ¿Cuáles son los obstáculos para entender lo que quiero?
Etapa 2: Generar soluciones
La mejor manera de generar soluciones es hacer una lluvia de ideas
de todas las formas posibles de resolver el problema. Hay tres
reglas básicas para generar soluciones alternativas por medio de la
lluvia de ideas. La cantidad lleva a la calidad, es decir, cuantas más
soluciones se produzcan, habrá más ideas de buena calidad.
2. Aplazamiento del juicio, es decir, la persona necesita esperar a
elegir una solución para generar soluciones de mejor calidad en
esta etapa.
3. Variedad, es decir, cuanto mayor sea el rango de soluciones,
habrá más posibilidades de que se genere una buena solución.
Pensar de forma más parcial puede impedir que la persona elija una
aproximación probada pero poco exitosa.
Así, es necesario alentar al paciente a producir ideas que incluyan
soluciones extremas que van de lo sublime a lo ridículo.
Un obstáculo común para generar soluciones creativas son los
“hábitos”.
Dichos hábitos obstaculizan la solución de problemas al causar que
los personas respondan automáticamente y en una forma a la que
se han acostumbrado.
Las personas con TDAH bien pueden tener una historia de
respuestas habituales e impulsivas que provocan el desarrollo de
“hábitos maladaptativos”, los cuales se vuelven estrategias de
enfrentamiento maladaptativas.
Por ejemplo, una persona puede responder de forma habitual a una
situación que se percibe como amenazante de algún modo al
manifestarse con violencia repentina y no poder abordar el
problema.
Siempre que Pepe se preparaba para decirle a su María, su madre que tenía TDAH, se ponía ansioso y empezaba una discusión que lo distraía de seguir con su intención de revelar su condición de TDAH. Es posible identificar esos hábitos de manera conjunta en las sesiones,
de modo que la persona pueda reconocerlos cuando ocurran y se
resista al impulso de responder automáticamente en un patrón
predeterminado de pensamiento y conducta.
Uno de los métodos más útiles para resolver los problemas que a
menudo los adultos con TDAH pasan por alto es revisar las
soluciones previas que han aplicado a problemas similares.
Es necesario alentar a la persona para que piense acerca de la
forma en la que suele enfrentar los problemas y lo que ha
funcionado (o lo que no ha funcionado) en el pasado.
También deben evaluar los métodos gracias a los que han evitado
con éxito los problemas en el pasado. Esto requerirá involucrar a la
persona en un análisis de los procesos previos de toma de
decisiones (costo-beneficio). Se debe motivar a las personas a que
piensen no sólo acerca de qué y quién ayudó en el pasado, sino
también a recordar qué empeoró las cosas.
-Necesitan identificar el proceso, cómo llegaron a esa decisión y si
esto tuvo un resultado negativo o positivo.
-También podrían buscar el consejo de alguien que los haya
conocido cuando se encontraron en una situación similar en el
pasado y que pueda ser más objetivo con respecto a lo que
funcionó y lo que no fue muy útil.
Por ejemplo, se le pidió a Pepe que considerara lo que había
ocurrido en el pasado cuando les dijo a sus hermanos y hermanas que tiene TDAH.
Cuando le dijo a su hermano mayor y a a la mediana, en el festival del pueblo, se rieron y le dieron las gracias por comunicárselos. Su hermano le preguntó si había algo que él pudiera hacer para
ayudarlo. Su hermano le hizo muchas preguntas acerca del trastorno.
Semanas después él y su hermano se pelearon, ya que el tenía que
Viajar y pepe le debía un favor antes de irse.
La madre de Pepe le dijo a la familia que él tenía TDAH; al
parecer, algunos de ellos no entendieron la naturaleza del trastorno.
Una tía le envío una tarjeta que decía: “Alíviate pronto”. A partir de
esta experiencia, Pepe decidió que sería mejor si él daba su propia
explicación.
Etapa 3: Evaluar soluciones
Hasta el momento, el paciente ha identificado y definido sus
problemas; además, ha generado múltiples soluciones alternas.
Una vez que se han producido ciertas soluciones, es necesario
evaluarlas de acuerdo con el grado de satisfacción que el persona
siente con el resultado de cada una de ellas. Se recomiendan varios
métodos para ayudar con este proceso, como:
-evaluar el esfuerzo,
-examinar las alternativas,
-practicar las soluciones,
-participar en dramatizaciones y –
-desafiar las distorsiones cognitivas.
Evaluación del esfuerzo
Las personas con TDAH pueden evitar una solución de problemas
adaptativa cuando el esfuerzo implicado en llevar a cabo una
solución se percibe como demasiado grande.
Un deseo por gratificación inmediata significa que un atajo podría
ser una mayor recompensa que la alternativa de hacer un esfuerzo
mayor para alcanzar una meta más grande. Las técnicas de la
entrevista motivacional ayudarán al persona a enfocarse en la meta
o tarea que debe lograr y los motivará a dedicarse a la tarea y
lograrla, evitando los distractores.
Por ejemplo, para que Pepe alcanzara una relación exitosa,
necesitaba hacer un esfuerzo con el fin de planear cómo explicarle
a Ana que tenía TDAH. El atajo alterno, era no decirle y continuar la
relación sobre la base de la deshonestidad. Esta última opción
podría haber brindado un alivio inmediato para la ansiedad que se
despertaba en Pepe cada vez que contemplaba revelar su estado
a Ana, pero el problema seguía sin resolverse.
Ciertamente, incluso pudo haber empeorado si, por decir, Ana
hubiera observado a Pepe tomando tabletas a escondidas y
entonces hubiera terminado la relación por suponer que él
consumía drogas ilícitas.
Pepe examinó su motivación para cambiar la situación y lograr una
mejor relación si hablaba de su disposición para involucrarse en el
cambio al formular su posición en el modelo de Etapas de Cambio
(Prochaska & DiClemente, 1982). Pepe identificó que había estado
oscilando entre el estado de pre-contemplación y el de
contemplación.
Su ambivalencia se expresó en sus intentos por encontrar un “punto
medio” al argumentar que debía esperar a decirle a Ana de su
TDAH (“Lo haré la próxima semana”). En el caso de Pepe, esto fue
una táctica de demora, la cual se cuestionó en las sesiones. Sin
embargo, en algunos casos sería prudente alentar a los pacientes a
que eviten la revelación prematura en las relaciones nuevas o en
las menos cercanas (p. ej., conocidos, colegas).
Se trata de hacer lo correcto para el paciente y conseguir el balance
adecuado.
Lo que inevitablemente implicará alentar al paciente a planear y
pensar acerca de las consecuencias de sus acciones.
Como terapeuta, la tarea primaría es ayudar al paciente a aprender
a pensar antes de hablar y actuar de manera impulsiva.
No es muy probable que ventilar su historial de medicación en una
fiesta sea muy útil para reducir el problema de Pepe. Él determinó
avanzar a una etapa de preparación por medio de
-examinar las soluciones alternativas,
-practicar y
-dramatizar las soluciones privilegiadas como preparación para la
etapa de acción.
Examen de las alternativas
Luego de eliminar todas las opciones ridículas y menos probables,
al paciente le quedarán dos o tres posibles soluciones “realistas”.
Éstas suelen tener distintos cursos de acción. Entonces es el
momento de elaborar una lista de “pros” y “contras” para cada una
—a menudo las ventajas de una solución son las desventajas de
otra—
Las ponderaciones pueden hacerse de acuerdo con la importancia
de cada “pro” y “contra” para el paciente; pueden depender de la
probabilidad de lograr la meta, el bienestar emocional, el tiempo y el
esfuerzo.
Pepe decidió que debía escoger entre decirle a Ana (“sentarse y
decirle con prudencia”) y no decirle, pero continuar su relación. Los
pros y contras de que Pepe le dijera a Ana que tenía TDAH
aparecen en el cuadro 6-3.
Una versión en blanco se encuentra en el sitio web de apoyo para
usarla con los pacientes.
A continuación, se le pidió a Pepe que jerarquizara los cinco temas
más importantes identificados en la lista de pros y contras. El
escogió:
1. Le ayudada a Ana a entender por qué soy como soy (pro)
2. Es honesto (pro)
3. Podría asustarla (contra)
4. Podría descubrirlo de todas formas, y podría enojarse porque no
le dije (pro)
5. Podría dejarme (contra)
Entonces, fue más claro para Pepe que no sólo eligió más pros
que contras en su lista de importancia, sino también los clasificó en
un orden más alto. Por lo tanto, decidió decirle a Ana que tenía
TDAH. La siguiente etapa para él era determinar con exactitud la
mejor forma de llevarlo a cabo.
Práctica
Practicar es una forma efectiva de prepararse para una
conversación o situación difícil. Se debe conducir al paciente a un
plano imaginario pidiéndole que visualice la situación anticipada y
se vea actuando la solución elegida. Es posible orientar al paciente
ante la situación al indicarle que imagine y describa el entorno a
detalle, por ejemplo, el color de las cortinas, el tipo de piso, el olor
de la comida.
Al principio, algunos pacientes pueden presentar dificultades para
involucrarse en un plano imaginario, pero esto se hará más fácil con
la práctica.
En esos casos, podría ser de utilidad que el entrenador identifique
los escollos posibles para el éxito que no fueron inmediatamente
obvios y que se determine en conjunto cómo éstos pueden
superarse y manejarse de forma constructiva. El paciente también
debe considerar cómo se siente durante el proceso y ante el
resultado.
Por ejemplo, se le pidió a Pepe que imaginara la situación con
cuidado. Pensó que sería mejor decirle a Ana en su casa, cuando
estuvieran relajados viendo televisión.
Sin embargo, cuando esto se practicó en el plano imaginario, Pepe
descubrió que la TV lo distraía.
Pepe entonces decidió decirle a Ana en la cocina mientras
tomaban una taza de café. Pepe practicó lo que le diría a Ana y, al
usar esta técnica, sintió más confianza en su habilidad para llevar a
cabo la tarea con éxito y alcanzar el resultado que él deseaba.
Antes de trabajar en un plano imaginario, es importante determinar
un estado imaginario calmado y feliz con el que el paciente se
relacione de manera positiva.
La persona puede angustiarse al trabajar en un plano imaginario y
puede imaginar consecuencias alternas que podrían ser negativas.
En ese caso, el paciente puede manifestarle sentimientos de
angustia al terapeuta usando un código predeterminado (p. ej.,
levantar un dedo) y entonces el terapeuta dirigirá verbalmente al
paciente para que imagine una escena tranquila y neutral y se
enfoque en ejercicios de respiración.
Dramatización de toma de perspectiva
La siguiente etapa requirió que Pepe dramatizara el escenario con
su terapeuta. Un método de dramatización es especialmente útil
para practicar la solución de problemas que involucran a otras
personas, como dar una noticia en el trabajo o terminar una
relación. En el caso de Pepe, la dramatización se invirtió, de
manera que el terapeuta fingió ser Pepe (el paciente) y Pepe
desempeño el papel de su novia Ana (la persona que recibe la
información).
Esto ayudó a Pepe a pensar en el posible impacto, sobre Ana, de
su solución del problema y a arreglar sus planes de acuerdo con
ello, como usar palabras más sensibles para explicar a su novia lo
que es el TDAH y tener información escrita para darle con el fin de
ayudarla a disipar cualquier creencia común estereotipada e
inexacta que pudiera tener. Que Pepe fuera capaz de pensar en
las preguntas que Ana podría preguntar (para las que entonces
podría preparar respuestas y practicar ya sea en un plano imaginario o por medio de dramatizaciones adicionales en las sesiones).
Practicar esas situaciones de este modo hará que los personas se
sientan menos nerviosos cuando la situación ocurra en realidad y se
sentirán más preparados. Esto mejorará su sentido de autoeficacia,
así como su creencia de que los problemas pueden resolverse y
que el cambio es posible.
Desafío de las distorsiones cognitivas
Es probable que en cierta etapa, durante el entrenamiento, el
pensamiento distorsionado obstaculice el proceso de solución de
problemas, en particular cuando se privilegian las respuestas
habituales maladaptativas (“no soy bueno para eso”, “fracasaré”,
“soy estúpido”, “no me quieren”).
El paciente necesita aprender cómo revisar sus ideas acerca de las
distintas soluciones que sean productivas y viables.
El pensamiento cognitivo distorsionado tal vez sabotee las
soluciones útiles a favor de otras que aporten poco para resolver el
problema, y lo empeoren. En tales circunstancias, las soluciones
con utilidad potencial pueden descartarse erróneamente a causa de
un proceso de “pensamiento defectuoso” que provoca:
Una sobregeneralización, por ejemplo: “Todo lo que hago siempre
sale mal, así que ¿para qué me molesto en intentar?”
Pensamiento extremo, por ejemplo: “Si no puedo hacerlo 100%
bien, entonces no tiene caso hacerlo”
• Sacar conclusiones precipitadas, por ejemplo: “Apenas pude para
completar la parte 3 así que nunca podré terminarla parte cuatro”
Pepe tendía a sacar conclusiones precipitadas y a
sobregeneralizar.
De hecho, su primera Novia terminó su relación antes de irse a
viajar por Europa con una amiga. Esto ocurrió inmediatamente
después de que Pepe le revelara que padecía TDAH. Pudo haber
sido un mal momento para hacerlo.
Pepe se había formado la creencia de que sus finuras relaciones
terminarían si es decía a sus amigos y novias que tenía TDAH. Se
sentía muy ansioso por eso. No obstante, Pepe nunca había
considerado posibilidades alternas, como que su ex novia quería
viajar durante años, que lo había planeado durante mucho tiempo y
que no tenía nada que ver con el hecho de que él le revelara que
tenía el trastorno.
De hecho, Pepe había ignorado las evidencias de lo contrario, ya
que su ex novia le había dicho que quería que fueran amigos. Ella
se había mantenido en contacto y le había enviado postales de
varios países. Además, Pepe tendía ha enfocarse en el hecho de
que sus amigos no habían respondido de igual manera. Seguía
frecuentándolos en el bar y su mejor amigo había obtenido un
folleto informativo acerca del TDAH en los adultos.
Etapa 4: Implementar la solución elegida
La persona debe estar motivado para efectuar el cambio y resolver
los problemas, además de que habrá generado múltiples soluciones
para su problema y habrá elegido las mejores.
La persona se habrá preparado por medio de practicar en las
sesiones y de dramatizar los resultados posibles.
La siguiente etapa es planear e implementar la solución. Una vez
que se ha determinado y practicado la solución apropiada, se
alienta al paciente para que la implemente, asegurándose de evitar
la procrastinación y las trampas de pérdida de tiempo.
Por ejemplo, digamos que el problema es una deuda y que el
objetivo es liquidar £200 del estado de cuenta de una tarjeta de
crédito para fin de año. La solución implementada es ahorrar £5
cada semana. Esto ilustra cómo los pasos para lograr el objetivo
deben planearse por medio de dividir la meta en pasos más
pequeños y fáciles de lograr.
Sin embargo, el proceso suele ser más complejo, en especial
cuando las dificultades de solución de problemas involucran las
relaciones interpersonales. Esto requiere pensar en el mejor
momento y situación para abordar el problema y, si es posible,
“establecer el escenario”.
Dependiendo del problema, los principios de administración de
tiempo, también pueden ser útiles si la resolución decisiva y el logro
de las metas requieren que el persona cree pasos o tareas
pequeñas y fáciles de llevar a cabo, con el fin de que lo conduzcan
al éxito.
Es necesario definir claramente las tareas y revisar que las metas
sean realistas.
En el caso de Pepe, se le motivó a determinar una tarde y un lugar
específicos que fueran los más apropiados para revelar su TDAH a
su novia.
Etapa 5: Evaluar el éxito
Después de implementar una solución, el paciente debe evaluar su
éxito. ¿Obtuvo el resultado deseado?
La retroalimentación positiva por parte del medio social es una
recompensa poderosa. Es importante que la persona esté orgullosa
de sus logros y que se enfoque en los beneficios del éxito.
Debe reflexionar sobre el impacto del éxito en su autoconfianza, en
su estado de ánimo y, también, en su comprensión del problema
original fue tan amenazante como pensaba. La retroalimentación
positiva aumentará la posibilidad de que el paciente se involucre en
un proceso de solución de problemas sin demora en el futuro y lo
motivará a perseguir otras metas.
Por ejemplo, Pepe le dijo a su novia y ella se sintió complacida de
que él confiara en ella y le contara.
Ana le dijo a Pepe que ella tenía diabetes y que tenía que
inyectarse insulina todos los días.
En el futuro, Pepe adoptó un modelo similar de revelación ante sus
amigos en el momento apropiado. Tanto Pepe como Ana sintieron
más confianza en su relación.
En el caso de un éxito parcial o un fracaso, el entrenador debe
evaluar de manera sistemática todos los obstáculos y dificultades
que surjan y recomenzar con el proceso de solución de problemas
para explorar una mejor manera de enfrentarlos.
Algunas áreas para explorar son los sentimientos de la persona
acerca de resoluciones exitosas, como temer a las consecuencias,
la ansiedad ante el cambio o la incertidumbre.
Tal vez el problema necesite ser reevaluado y resuelto de otra
forma. Por ejemplo, si Pepe no hubiera sido capaz de hablar del
tema del TDAH con Ana, el terapeuta podría examinar dónde yacía
el obstáculo.
¿Había una distracción externa que se lo impidiera (p. ej., otras
personas a su alrededor) o Pepe había estado pensando
negativamente sobre su plan de solución?
Las recompensas son cruciales para alentar al paciente y brindarle
motivación. El sistema de recompensas debe incluir a éstas por
intentar la solución de problemas y una recompensa más grande
por resolver el problema con éxito. Pepe y Ana fueron a cenar a un
romántico restaurante.
REEVALUACIÓN POSITIVA
A pesar de los muchos escollos que experimentan los adultos con
TDAH al resolver sus problemas, se ha demostrado que reevalúan
las situaciones estresantes de forma positiva (Voung, 2005).
Esto podría significar que son más resilientes a las desilusiones y
más capaces de “recuperarse” de las dificultades.
Se ha descubierto que este rasgo se asocia de manera positiva con
la impulsividad.
Esto tal vez indique que los personas más impulsivos pueden ser
menos propensos a hacer demasiado hincapié en sus dificultades e
intenten seguir con su vida.
Esto puede ser muy ventajoso y puede sustentar muchas de las
características de personalidad creativas y emprendedoras, así
como los éxitos, de los personas con TDAH.
CONCLUSIONES
Las personas con TDAH a menudo se enfrentan con múltiples
problemas que requieren solución. Su dificultad radica en afrontar
los problemas de manera adaptativa y encontrar soluciones
apropiadas. Con frecuencia, las personas con TDAH responden a
los problemas en sus vidas cotidianas de manera perjudicial, por
ejemplo, al posponer objetivos, evitar situaciones o personas,
responder de manera irracional e impulsiva, etc.